Cap. 27

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-Por el otro lado estaban los dos niños de pieles morenas andando por varias partes de aquel mundo del cual estaban ahora atrapados por un tiempo pero extrañamente no han tenido algún efecto secundario como transformado en algo no humano como el señor Bernnie (la cabeza de piedra) lo cual les dejaba una extrañeza totalmente visible cuando iban andando, bueno, solo el pelirrojo porque la azabache estaba andando de árbol en árbol hablando con las plantas sobre alguna posible ubicación donde se pueda ubicar alguna tribu que pueda conocer algún portal para que puedan entrar, sin embargo el camino estaba largo.-

Paco: ¿alguna señal?

Pilar: todas dicen que en un mismo camino se encuentra una tribu de divinos que pueden conocer un portal que nos puedan ayudar.

Paco: bien, supongo que es momento de acelerar el paso.

Pilar: si vieras esta vista desde aquí, es magistral.

Paco: ¿eh?

Pilar: solo sube.

-El pelirrojo ladeando la cabeza con extrañeza miró como la azabache estaba moviéndose por las ramas tan fácilmente como si ya fuese parte de aquella estructura natural, así que solo suspiró un poco cuando la vió detenerse a unas cuantas ramas delante suyo.-

Pilar: ¿Qué esperas? ¡Sube!

Paco: ya voy, ya voyy.

-Despacio se fue aferrando al tronco de aquel árbol para solamente ir subiendo a como podía hasta la rama más alta que alcanzaba, al alzar la vista un cielo adornado de colores se estaba mostrando ante ellos con normalidad junto a lo que pueden ser aves que volaban con tanta normalidad hacia su destino pautado desde hace tiempo, el viento llevaba las nubes hacia su dirección aleatoria pero se mantenían al mismo tiempo quietas en el firmamento.-

Paco: wooaah

Pilar: ¿ves? Te dije que te encantaría.

-El pelirrojo iba por las ramas hasta donde estaba la azabache para quedar a la par en el camino que daban de rama en rama para así mismo tener que ir por aquel camino que aquellas plantas habían indicado en su momento hasta que pasando el tiempo pudieron encontrar otra aldea que estaba celebrando una fiesta alado de una hoguera en frente de lo que parecía ser un viejo templo de piedra perfectamente construido y cuidado para todos los presentes, los dos niños estaban acercándose a una de las ramas cercanas para ver lo que estaban haciendo, esos divinos parecían tener cabezas de abanicos ya que las plumas que adornaban sus coronas estaban moviéndose de un lado a otro cuando bailaban.-

-Si no fuera poco aquellos divinos tenían una enorme mesa llena de comida estilo banquete en grandes porciones a pesar de que sus cuerpos eran del tamaño de un niño de 8 años mas o menos, los tambores rebosaban al son del fuego de las antorchas que estaban resguardando la entrada de aquel templo en donde aquellos divinos estaban dando su fiesta.-

Paco: Vaya, realmente están disfrutando su día.

Pilar: lo sé, esa melodía es totalmente contagiosa~

-Decía mientras bailaba un poco por la melodía a pesar de estar oculta junto al pelirrojo en el mismo sitio intentaba no verse muy agitada ya que un ligero sonido los pondría en alerta.-

Paco: ¿sabrán de algún portal que diriga al mundo humano?

Pilar: es posible, las plantas dijeron que era por aquí así que deberíamos intentar.

Paco: mm de acuerdo.

-Cuando la azabache dejó de bailar se quedaron fijos en ver cómo aquellos divinos realizaban su ritual tranquilamente aunque pronto quedó paralizado cuando empezaron a encender más antorchas que estaban alrededor de todos, incluyendo del árbol de donde estaban los dos niños quienes con los ojos tan abiertos como platos miraron su alrededor, esos divinos por seguir la vista con cada antorcha encendida los pudieron ver y por ende rodear desde donde estaban.-

X: ¡alto! ¿Quienes son ustedes?

-Decía uno de ellos con una lanza en su mano mientras que miraba al par fijamente, mismo el cual con una gota en la cien es que poco a poco fueron bajando del lugar pues no era el sitio más seguro para que puedan seguir mucho tiempo.-

Paco: ¡saludos! Venimos en paz.

-Decía con la voz un poco alzada.-

Paco: No queremos hacerles daño, solo nos hemos perdido.

Pilar: ¡si! No nos venimos a robar nada ni a hacerles destrozos a su morada, mucho menos molestarlos.

-A los divinos no les parecía que les fueran a creer pero poco a poco les fueron rodeando para llevarlos a donde estaría el templo.-

X: eso diganselo a nuestro jefe.

-Los dos niños alzaron las manos mientras que caminaban a donde les estaban empujando aquellos divinos, hacia el interior de aquel templo.-

Reyes divinosWhere stories live. Discover now