Reyes divinos

Cap. 7

-A medida que los dos guardias estaban de un lado a otro charlando de lo que seria la entrada, de tal forma de los 4 estaban haciendo todo lo posible para escuchar sin ser detectados de su escondite revelando así que pronto tendrían que ir a custodiar la otra entrada que quedaba en el otro lado del sirio lo que les dio una buena ventaja a los 4 niños de ir tomando la delantera.-

Paco: bien, entonces iremos por el sendero del bosque.

Azul: debemos irnos rápido antes que ellos, entre mayor tiempo nos quedamos menos oportunidad tendremos.

-Los demás asintiendo con levedad no tardaron mucho en ir tomando el camino hacia el dichoso lugar sin tener que levantar las sospechas de los guardias que con solo escuchar una rama romperse estaban alumbrando con sus linternas el ambiente pero no encontraron nada más que hojas en el suelo sin haber sido barridas por el viento, lo que le dejaron a concluir que tal vez un animal las dejo caer en su paso a donde sea que fuese los llevaría directo a su destino.-

-Entre tanto, el mencionado animal dentro del bosque andaba revoloteando de un lado a otro de rama en rama soltando una que otra hoja y algunas cascaras que dejaba en el camino, sus manos y brazos estaban llenos de rocas del mismo tamaño, su vista estaba fija hacia al frente sin detener su camino hasta llegar a toparse con un ruido algo peculiar, una manda de monos estaba terminando de construir el portal con las misma piedras que estaban siendo colocadas en un circulo cuyo centro estaba esperando el sol, aquel divino al llegar espero a que los monos estuviesen terminando par así él colocar las últimas piedras en el portal para que así todos puedan apartarse.-

??: Es momento, a esperar!

-Dijo en un tono fuerte y serio, los monos obedientes hicieron sus monerías al saltar de arría a abajo y así dispersarse en los árboles esperando a que la noche y el alba cayensen esperar a los niños para completar el ritual y así mismo empezar con lo cometido. Entre tanto, Diadoro y Gómez estaban escondidos detrás de una roca mirando todo el proceso de principio a fin.-

Diadoro: están tardando demasiado... ¿Para qué necesitan todas estas cosas?

Gómez: es un portal hecho a mano propia jefe, deben estar esperando a iniciar el plan.

-Diadoro por su parte estaba limpiándose la cera de oído con el dedo meñique.-

Diadoro: y... ¿Puedes recordarme cuál es el plan original?

-Gómez desde su bolso empezó a sacar un plano.-

Gómez: es bien simple jefe, primero dejamos que ese mono divino atraiga a los combo niños, dejamos que active el portal y cuando menos lo esperen enviamos a los combo niños adentro del portal para que entren al mundo divino y después con este cohete a control remoto destruimos el portal y dejamos a esos niños encerrados y así usted// Diadoro: y así tendré el camino libre para convertirme en alcalde! Gómez eres un genio!

Gómez: d-de verdad jefe?!

Diadoro: si si... Ahora solo nos queda esperar a que esos niños vengan y pongamos en marcha nuestro plan para de una vez por todas acabar con ellos y así tener el camino libre para el nuevo alcalde de Nova Nizza.

-Y aun escondidos de aquella roca miraban como el mono divino estaba todavía merodeando por aquellos lugares haciendo guardia, sosteniéndose desde su bastón hasta llegar a un pedestal hecho de roca para sentarse en posición de loto y dar una vista algo rápida del ambiente, delante del portal había un camino tipo vía de aterrizaje hecho con flores, rocas y hojas, algunas frutas dentro de un bolde amarillo, el cielo iba a favor y al mismo tiempo en contra, los demás monos en reposo esperaban con paciencia.-

??: Hoy es el día, no debe haber una falla.

-Ligeramente miró hacia el cielo.-

??: La nueva era empieza esta noche.

-Y a lo lejos, dentro de la guarida del maestre Grinto que con el cabeza de roca el báculo del maestre estaba resonando con mucha fuerza y constancia, además de emitir un sonido muy grave que nunca se ha dado a conocer, como si advirtiera que algo muy distinto a lo que se ha visto estuviera por ocurrir.-

Cabeza de piedra: eso no suena nada bien.

Grinto: lo sé... Espero que los niños no tarden en volver...

Cabeza de piedra: con ese divino desconocido no podemos estar seguros.

Grinto: puedo confiar en ellos...

-Pasando por ahí miró hacia la ventana para ver como el alba iba cambiando sus tonalidades de colores a uno más estrellado con cada estrella que de apoco se iba mostrando.-

Grinto: ... Pero no puedo evitar preocuparme por ellos.

-El cabeza de piedra iba rebotando por los lugares hasta llegar a la baranda de la misma ventana.-

Cabeza de piedra: no sabemos del poderío de ese divino, ni siquiera el hecho de qué es lo que podría hacer si se lo llegan a enfrentar ahora que sabemos a los responsables de esas liberaciones.

-El adulto mayor estaba meditando esas palabras mientras mantenía fija su mirada en el alba.-

Cabeza de piedra: si abre el portal... No sabemos lo que pasará.

-El adulto estaba empezando a querer soltar algo pero lo aguantaba, despacio miró hacia uno de sus costados para dar con un closet en el cual una máscara brillante estaba tintineando con la poca luz que estaba obteniendo adentro.-