Veintinueve.

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Aún con la excesiva cantidad de veces que Mark le decía que quería comérselo, o tocarlo o cualquier otra cosa remotamente sexual, la verdad era que solo eran muchas palabras, y muy poca acción. Si Donghyuck lo pensaba bien, fuera de agarrarse el trasero por encima de la ropa o frotarse como animales en celo cuando se besaban, no habían hecho nada más.

Mark lo respetaba, muchísimo, pero ahora cuando estaban más cerca de su tercer mes juntos, Donghyuck empezaba a desear que no lo respetara tanto. La cuestión era que, hacérselo saber directamente le daba mucha pena.

¿Qué debía hacer? ¿Debía tomar él la iniciativa e intentar meterle la mano dentro de la ropa interior la siguiente vez que se dieran el lote? ¿O debería decirle de frente cuánto quería que lo tocara? Donghyuck recordaba a Suji, la única ex-novia que merecía la pena recordar, y la vez que ella le había dicho que estaba bien si le tocaba el busto. Recordaba haberse sentido en el séptimo cielo cuando aquello, pero si la muchacha se había sentido remotamente nerviosa como él lo estaba ahora, entonces la compadecía mucho. De solo pensar pedir lo que quería que Mark le hiciera sentía un pinchazo en el pecho (y otro entre las piernas), y ganas de gritar por la verguenza.

Había hablado con Dongsoon al respecto (no había tenido de otra después de que la morena lo encontrara hablando solo frente al espejo, ensayando una conversación en su cabeza de cómo podrían ir las cosas) y aunque su hermana insistía en que solo debía dejar las cosas fluir, Donghyuck quería que todo fluyese más rápido. Su teléfono ya estaba lleno de fotos de Mark en traje de baño, con el torso desnudo y el ridículamente diminuto speedo que usaba para entrenar, y verlas solo hacían que quisiera masturbarse hasta que se le durmiera el brazo. (Y lo había hecho, en serio, se había masturbado como un loco, antes de dormir, en la ducha, al despertarse, etc).

Era como si sus hormonas tuvieran una revolución en su contra, y hasta la más mínima cosa lo hacía sentirse caliente. Ni siquiera podía pensar en pedirle a Mark que lo tocara, porque luego se imaginaba a Mark tocándolo y lo siguiente que pasaba era que tenía un montón de fantasías sexuales en medio de su clase, y luego tenía que obligarse a pensar en cosas horribles (como las ecuaciones y trigonometría) para no tener una erección. (Donghyuck realmente deseaba que nadie de su clase pudiera leer mentes, en serio, porque estaba seguro que su cabeza no era un lugar bonito).


—Envíale una foto desnudo —fue el consejo que recibió de sus amigos cuando les contó de su predicamento, en uno de esos días donde Mark estaba demasiado ocupado con su entrenamiento de natación como para pasar la tarde con él.

Donghyuck se ahogó con su batido y Yangyang tuvo que golpearlo en la espalda para que pudiera volver a respirar y así mirar a Renjun como si le hubiese crecido otra cabeza. Porque si hubiese sido Yangyang el del comentario no le había sorprendido tanto, pero Renjun, su puro y casto y mojigato Renjun le acababa de aconsejar enviarle nudes a su novio.

—No me mires así. Apuesto que Mark lo quiere tanto como tu, pero como ya lo has dicho, te respeta mucho, así que... Mandale una indirecta muy directa.

—¿Y más o menos en qué contexto puedo pasarle una? —preguntó escandalizado, no porque considerase hacerlo sino porque, otra vez, le daba pena. A ese paso se volvería un mojigato como Renjun.

—Es un nude, no necesita contexto.

—Es horrible que te manden una que no has pedido.

Renjun sorbió de la pajilla de su batido y lo miró con cejas alzadas—. Si es de un extraño si, pero él es tu novio. 

—Entonces, ¿Si Jeno te mandara una foto pene estarías bien con eso? —preguntó Yangyang que parecía tomar el lado de Donghyuck en ese tema, cuando Renjun enrojeció y se escondió detrás de su bebida, él y Donghyuck jadearon con sorpresa—. ¿Tienes fotos del pene de Jeno?

Se dice que le gustas ➳  MarkhyuckWhere stories live. Discover now