Veintidós.

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—No puedo creer que no nos dijeras nada... —musitó Renjun, tan bajo que casi parecía que no había dicho nada. Pero Donghyuck lo había oído—. Que no me dijeras nada, hablamos todos los días, Hyuck. 

Estaban en el auditorio, como cada día después de clases, ubicados en el hombro izquierdo del escenario ya que los actores principales estaban ocupando el proscenio, ensayando la pelea entre los Sharks y los Jets. El avance con la producción parecía increíble, todos se sabían sus líneas y ahora eran pocos los errores que cometían con la coreografía. La utilería estaba casi lista también, y si todo seguía así llegarían al día de estreno con nada menos que perfección.

—También nos vemos todos los días —añadió él, con la vista fija en el libreto, repasando las líneas que ya se sabía de memoria.

—Exactamente mi punto —el chino dejó de pintar el cartón que haría parte de la utileria (una pared de uno de los edificios) para mirarlo con reproche—. Pudiste aunque sea darnos una pista de que te estaba gustando alguien, o algo así... Somos tus amigos. 

—Lo sé, lo sé.

Donghyuck exhaló y se sentó con las piernas cruzadas, dejando el libreto sobre el piso para darle toda su atención a Renjun. El almuerzo con Mark y sus amigos había ido bastante bien, obviamente habían llamado la atención del resto de la escuela que parecían estar al pendiente de todo lo que hacían, pero Donghyuck había decidido que no le importaba porque su cabeza había estado llena de Mark, Mark y Mark... Y también de Renjun, Renjun y Renjun, que era el único de sus dos amigos que no dejaba de verlo con sospecha, como si todo el tema de su relación con Mark se tratara de una broma.

No lo era, y se encargaría de dejarselo claro.

—Tardé mucho en darme cuenta... Que me estaba gustando Mark, quiero decir —admitió entonces—. Aunque en el fondo creo que lo supe desde aquella vez que fuiste a mi casa y me dijiste que no debía jugar con sus sentimientos. Y luego, me sentí cobarde. No quería confesarme y que después él dijera que ya no sentía lo mismo, y pensé que si iba a sufrir de un amor no correspondido mejor ahorrarme la pena de confesarme. 

—¿Y qué pasó?

—Me sentí celoso, como en una de esas historias clichés de Wattpad y... ¡Ay! —sintió que el calor le subía por el cuello y se cubrió la cara con las manos—. Creo que en realidad me gusta más de lo que creía. Y odio admitirlo, pero tenías razón.

—¿En qué?

—Que las personas maduran y cambian de opinión... Y que Mark está buenisimo y que le intereso mucho y... Besa taaaaaan bien.

Se descubrió apenas los ojos para mirar a Renjun, enfrentando la mirada seria de su amigo que poco a poco se fue suavizando hasta mostrar una sonrisa contenta (y casi brillante) y ojos brillantes. Renjun dejó la brocha a un lado y entonces se le lanzó encima, abrazándolo de manera efusiva y soltando un chillido minúsculo en su oreja. 

—Amo cuando me das la razón... Aunque no recuerdo haber dicho lo del beso.

—Lo sé y lo sé, eso último lo comprobé solito.

—¡Ahhhhh! Si dices que te gusta entonces te creo, y estoy muy feliz por ti también. El Hyuck enamorado siempre va a ser mi favorito.

—Yah, no digas eso... Solo estamos saliendo, viendo que pasa y eso.

—Pero quieres que vaya bien, ¿no?

—Pues claro, es un viendo que pasa, pero en serio. 

Renjun lo soltó, apartándose para volver a su labor de pintura—. ¿Y cómo fue? 

Se dice que le gustas ➳  MarkhyuckWhere stories live. Discover now