Diez.

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—¿Qué haces aquí?

Renjun borró inmediatamente su sonrisa y le miró con un puchero y el ceño fruncido, para luego darle un empujón y pasar a su casa como si fuese el dueño de esta. No le importaba, los dos eran amigos de toda la vida y trataban la casa del otro como la suya, pero en realidad no podía recordar tener planes con su amigo.

—Vaya manera de recibirme, Hyuck-ah...

—No es eso, Junnie, pensaba que todavía no podías salir de casa —se excusó, cerrando la puerta.

—¡Me levantaron el reposo! —chilló entonces el chino, y volvió sonreírle con emoción. 

Donghyuck se puso a gritar también y le saltó encima a Renjun para abrazarlo. Esa era la mejor noticia que había recibido esa semana, y no podía esperar para que el día lunes llegara y su grupo estuviera completo otra vez. Sería lo mejor de lo mejor. 

Para no quedarse como unos tontos en la sala de su casa, los dos se movieron a la habitación de Donghyuck; estaba un poquito desordenada, pero no le importaba realmente porque seguro estaba de que Renjun la había visto incluso peor. Se alegraba de tener a su mejor amigo ahí con él, incluso si su visita no había sido planeada, le había alegrado considerablemente el día puesto que había estado solo y aburrido en casa. 

Dongsoon estaba de paseo con sus amigas y Taeyong estaba en casa de Johnny. Y su mamá, estaba en el trabajo como siempre. 

—¿Te pasa algo? —le preguntó Renjun, un rato después, mientras se sentaba en el alfeizar de la ventana. 

—No, ¿por qué lo dices?

—Ayer cuando hablamos por teléfono estabas raro, ni siquiera reaccionaste cuando Yangyang dijo que había conocido a alguien nuevo y siempre has sido el primero en decir que Yangles está mejor sin Kunhang —explicó Renjun que tan bien lo conocía, con una ceja alzada y los brazos cruzados—. Y hoy también te noto ausente, ¿qué pasa? ¿Son las clases? ¿O la audición?

Donghyuck tarareó por lo bajo y se tiró boca arriba en su cama sin saber bien como empezar. Bien era cierto que las clases estaban a punto de ponerlo loco, y que con la fecha de la audición para el musical de la escuela sus nervios no hacían más que crecer. Pero no era eso lo único que había estado ocupando su mente los últimos días. 

No había querido seguir insistiendo con el tema de Mark, porque no quería parecer un disco rallado y que sus amigos volvieran a decirle lo mismo, que no le hiciera caso y que siguiera con su vida. Seguro los hartaría, él mismo estaba harto de si mismo, y no culparía a sus amigos si sintieran lo mismo. 

Quizá debió haberles hecho caso desde un principio, quizá debió ignorar todo apenas ocurrió, pero Donghyuck era terco e idiota, y sentía que había complicado mucho más las cosas ahora. 

—¿Hyuck? —lo llamó Renjun, que ya no estaba en la ventana si no que había ocupado un lugar en la cama justo a su lado, sentado con las piernas cruzadas. 

—Bueno, el miércoles fallé el examen de calculo, pero el profesor Young me dejará tomarlo otra vez este miércoles —empezó con lo que consideraba era lo menos grave de todo—. Y el señor Kibum movió las audiciones para el viernes. 

—¿Qué?

Donghyuck puso mala cara—. Mhm, lo sé. Siento que todavía no me he preparado lo suficiente para audicionar. 

—Yo no creo que vaya a la audición. 

—¿No vas a ir? —Donghyuck se sentó de golpe y miró a Renjun con los ojos muy abiertos, y algo similar a la decepción se asentó en lo bajo de su estomago—. ¿Por qué?

Se dice que le gustas ➳  MarkhyuckWhere stories live. Discover now