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Pasaron cinco años desde que me fui de Rumania... no puedo evitar pensar en todo lo que quedo atrás, en todo lo que perdí, en todo lo que gané...

Cinco años después soy una mujer más independiente y segura, una mujer que tomas sus propias decisiones y tomo las riendas de su trastorno. Una mujer con futuro, una arquitecta que está logrando alcanzar sus metas poco a poco. Una mujer completa.

- Señora Antal-escucho decir a mi maestro mayor de obra- la propiedad está lista para ser habitada.

- Felicidades, Steven, lograste captar a la perfección los planos, hacemos un gran equipo -lo aliento, aunque sé que no es necesario

- Gracias, señora, nos encontramos en la próxima obra, tengo muchachos nuevos -asiento con la cabeza, Steven es un hombre grande que ya no está para saltar de andamio en andamio.

- ¡Eso es perfecto! Así descansas más, ya sabes que no me gusta que subas y bajes a tu edad -bromeo, aunque es un hombre mayor, no le gusta que lo traten de inútil o viejo.

- Ya quisiera usted tener mis movimientos de cadera -añade con desdén

- Es verdad, no te voy a mentir en eso mi amigo nos reímos mientras recuerdo que necesito hablar con los muchachos de la obra antes del lunes- Steven, podrían ir a la oficina tus muchachos, necesitamos pautar las medidas de seguridad antes de comenzar y el próximo lunes no puedo llegar a la obra hasta la tarde.

- Claro que sí, ya los llamo para que estén todos en una hora ahí.

- Eres el mejor, que será de mí cuando te retires -comento y lo escucho gruñir por lo bajo.

Abandono el lugar para entregar el edificio a la inmobiliaria para que se encargue de la venta de los departamentos y el ático. El lunes comenzamos la construcción de un hipermercado.

Necesito tener todos los seguros y medidas de seguridad listas. Subo al auto y conduzco por San Francisco, sonrió al ver a una pareja de ancianos trotar tomados de la mano.
Si yo fuera alguno de ellos, terminaría desparramada en la calle, sería imposible para mí correr tomada de la mano de alguien.

Sufro un déjà vu de mi tiempo en Rumania, los momentos románticos ávidos en Italia. Recuerdo esos momentos mucho más de lo que me gustaría, pero también recuerdo los malos momentos. Los abusos, las violaciones... mi infierno en la tierra. No puedo evitar que una lágrima se deslice por mi mejilla... no puedo olvidarlo y tengo un recordatorio constante en mi vida.

- Buenas tardes a todos -saludo cuando llego a la reunión de seguridad con los obreros de Steven- solo los detendré veinte minutos - afirmó mientras escuchó la puerta abrirse a mi espalda.

- Disculpen la tardanza, soy nuevo en la ciudad y aún no entiendo bien cómo se maneja el tranvía -esa voz, tan familiar. Mis músculos se congelan y siento que transpiro frío. No puede ser, no puede ser él. No me permito darme vuelta, no quiero ver quién es. El corazón me martilla a cien mil por segundo, siento que en cualquier momento las piernas me van a fallar.

- Adelante muchacho -le dice Steven y este pasa -ella es la señora Antal, nuestra arquitecta -le indica y él al fin se da vuelta hacia mí

- Jasón -susurro y mi cuerpo entra en shock, las piernas se me doblan y siento unas manos alrededor de mi cintura.

- Te encontré criatura...

Continuará...

◇Los Secretos De JASÓN ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora