Una historia rodeada de misterios, suspenso y arrebatos.
Un sueño inocente, un hombre frío y tenaz no son buena combinación. Sin embargo muchas veces los polos opuestos se atraen. ¿Para bien o para mal?
Los Secretos de Jasón
Una historia oscura, tor...
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Al parecer Ben cree en mis palabras. Por otro lado Carol sigue haciendo lo que se supone hace Carol… mejor dicho, lo que la obliga a realizar Ben.
No quiero que ella muera, tampoco quiero perdonarla, solo se que no quiero cargar con nada más que mis problemas. No la ayudaré, solo intervendré si veo mucha violencia o que ella no pueda defenderse.
Los dolores no cesan, pero aún no está a término el embarazo, debe ser el estrés de toda esta situación. ¿Me pregunto si Iván, estará buscándome? Me pregunto si él… Jasón estará preocupado. Soy una maldita que estúpidamente no se lo saca de la cabeza aunque él, es quien me arruinó la poca paz mental que pude lograr tener en algún momento.
El dolor en la pelvis es más prominente, siento que agujas se me clavan y siento que comienzo que transpirar frío. Carol, me mira preocupada desde su lugar mientras Ben, habla solo de los planes que tiene para el futuro con mi hija. Debo buscar la manera de salir de aquí.
— ¿Estas bien? —pregunta Carol, mientras me da algo en una taza. No confío en ella ni en nadie, menos después de las cosas que causó.
— Sí —respondo seca.
— Se que no lo merezco, pero de verdad quiero que me perdones, yo no lo sé, me vi acorralada y encontré en mi boca las palabras para cuidarme el culo. Después aquel día que fuiste a casa buscando ayuda, yo te escuché hablando con tu hermana y me asusté, pensé, mejor dicho no pensé, solo creí que había hecho lo correcto.
— Aun así no te —mis palabras se ven interrumpidas por una puntada en el vientre— necesito un médico —pido con la voz quebrada.
— Ben, por favor ven aquí —escucho a Carol pero el dolor me nubla la vista, no se que están haciendo… necesito respirar, calmarme , que pase el dolor y lograr que me dejen ir a buscar a un doctor.
— Mi niña está en camino —acota Ben mientras se abalanza a mi vientre.
— No creo —susurro pero el se abalanza sobre mi vientre como si este fuera lo más preciado en su vida…
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