Ya aparentemente saciado, me siento en el piso apoyado en la puerta que me mantiene cautivo, observó todo el escenario para darme cuenta de que esto recién comienza.

— ¡LOVELY! —grito de forma desesperada, sintiendo como cada letra de su nombre, dado por dos padres hippies, según ella, son la destrucción de mi ser. Seis letras que sin lugar a dudas la definen perfectamente <<Encantadora, Amorosa>>, pero yo arruine su vida más de lo que lo hizo, aquel hombre que logró que su cabeza esté perturbada, fui el demonio que le arruinó la existencia.

— ¡Qué MIERDA HICISTE ANTAL! —pregunta mi carcelero y ya agotado de tanto gritar y destrucción lograda, le imploro, es lo único que puedo hacer ahora.

— Por favor, necesito ver a mi esposa —lo digo en un susurro apenas distinguible. — Pediré que llamen a tu abogado —sollozando asiento con la cabeza…

Necesito hablar con mi esposa, necesito pedirle perdón.

Lovely
3 meses después.

Después de algunas semanas con Iván, decidí irme a la pensión donde vivía cuando llegué a Rumania, mi familia no sabe nada de lo sucedido, Antonella y Devon se quedaron en América, así que en este momento estoy sola con un periódico tratando de leer los anuncios sobre alquileres.

No cuento con tanto dinero, pero al tener que hacerme cargo de la constructora de Jasón y Ben, ya que Carol también desapareció sin dejar huellas, me vi forzada a tener que hacerme cargo, incluso legalmente.
El contador vio oportuno que se me pague un sueldo mensual, aunque este sueldo debería ser para Iván, yo no puedo encargarme de todo, en realidad solo de lo que debe ser tratado en las oficinas, el embarazo no me deja hacer mucho más.

Con el tiempo aprendí a medir planos en baja y gran escala, a realizar maquetas y analizo seriamente, comenzar la universidad y transformarse en arquitecta.

No planeo quedarme en Rumania mucho tiempo después que nazca mi hija… mi pequeña Roma, lo único bueno de esta unión entre Jasón y yo.

Roma, el nombre de la ciudad donde creo, fuimos felices, donde concebimos a mi niña, mi pequeña Roma.

— ¿Aun con la idea de buscar una casa? —pregunta Iván.

— Necesitamos un lugar, uno más amplio, me gusta estar aquí, pero lo mejor es que Roma, tenga su dormitorio y yo el mío para descansar, aunque no sé si después voy a dejarla ir al suyo —mi amigo ríe mientras me da indicaciones sobre los contratos que debo firmar para que las obras comiencen.

— Cuando seas una arquitecta recibida, vas a tener todo esto de respaldo, ya que si no encuentran a Ben, es muy difícil que Jasón salga, más por lo que ha estado pasando en el reclusorio —acota y me niego a escuchar.

— Prefiero arrancar de cero, si me tengo que quedar en Rumania me gustaría no tener que lidiar con todo esto, solo dedicarme a mi hija y al trabajo —le digo, Iván es mi único soporte, el único que sabe toda la verdad, oo gran parte de ella. Pero sé que él no me ha dicho toda la verdad y no sé si quiero saberla.

— Es un paso arriesgado, pero ya tienes abogado y cuentas conmigo —dice acariciando mi panza, a Roma le gusta sentirlo, cada vez que él está cerca comienza a moverse, sin dudas es un gran apoyo para las dos.

— ¿Por qué lo defiendes?—pregunto una vez más.

— Ellos, Jasón mejor dicho, paso por mucho, su único amigo fue Ben a quien yo debí cuidar después que nuestro padre se suicidó, pero el rencor no me permitió acercarme, aunque debí hacerlo, al cuidar a mis hermanos también hubiera cuidado a Jasón tal vez sin darme cuenta, él no era malo, él es el producto de lo que hicieron con él —termina diciendo.

◇Los Secretos De JASÓN ◇Where stories live. Discover now