Sólo te quiero a ti

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Noah

Aún estaba en la bañera, debatiendo sobre qué hacer. El filo de la navaja brillaba, era tentador. Quería usarla para ocultarme de mi mente, para esconderme de mis viejas cicatrices, así me esforzaría sanando las nuevas, olvidando todo el dolor que he vivido. De alguna forma la vida se sentía muy injusta conmigo, era detestable. Era terrible que los únicos sentimientos que me llenaban eran la rabia, la ira, la tristeza y la desesperación. Me preguntaba una y otra vez qué era lo que había hecho para merecer tal martirio, me odiaba mucho, pero sabía que no todo lo que me pasaba era por mi culpa. Siempre sentí que el momento que me jodió la existencia fue ese accidente de auto cuando tenía once, ese maldito día me marcó y me dañó tanto que me llevó a tomar el camino en el que me encontraba. La vibración de mi celular me sacó de mis pensamientos, dejé de jugar con la navaja, dejándola hundirse en el agua. Saqué una mano y busqué el celular en el suelo. Una punzada me atravesó el corazón cuando vi el nombre de Olivia en la pantalla. Respondí, pero no dije nada.

- ¿Noah? 

- Liv... - La voz se me quebró en ese instante. Las lágrimas se hicieron presentes y mi llanto despechado continuó. 

- Cariño, ¿qué pasa? Me estás asustando.

- Perdón, Livi, ya no puedo con esto.

- No, no, ¿de qué hablas? Noah.

- Quiero rendirme aquí y ahora, jamás voy a tenerte ni hacerte feliz.

- Noah, tú me haces muy feliz, y no lo digo sólo para tranquilizarte, ¿tienes idea de lo feliz que era en esas noches que pasamos juntos? Cuando nos quedamos dormidos, cuando acariciabas mi pelo y yo el tuyo, cuando nada más nos abrazábamos, con eso me bastaba para ser feliz. Tú me haces feliz con el sólo hecho de verte.

- Por favor dime que no bromeas. - Pregunté en voz baja, con miedo.

- ¿Sabes por qué te llamé? 

- N-no.

- Sentí que algo estaba mal, que algo te estaba pasando porque no respondías mis mensajes, eso me angustió demasiado y no podía con eso. Tú me importas muchísimo, Noah Sebastian, te quiero como a muy pocas personas en este mundo, y no voy a permitir que te des por vencido, ni que te lastimes. Prométeme que serás fuerte hasta que pueda volver a verte, resiste hasta que pueda abrazarte de nuevo, ¿puedes hacer eso por mí? - La desesperación en su voz era notoria, estaba muy atemorizada de que fuera a cometer un error, el último en realidad. Algo me decía que Olivia sabía perfectamente lo que me pasaba y lo que estaba haciendo en esos momentos.

- No sé... Ya no puedo estar cerca de ti.

- ¿Por qué dices eso?

- Por Michael.

- ¿Qué te dijo Michael? - Su tono se transformó a uno más agresivo, aunque su manera de dirigirse a mí era suave y comprensiva, y me encantaba, porque me hacía sentir como en casa. 

- N-no, nada, sólo que... - Me dio ansiedad el notar que por poco le decía lo que Mike me había dicho, pero me detuve, no lo haría, no quería joder más las cosas, y no era justo para él.

- Puedes decirme, Noah, no me voy a enojar contigo. Todo estará bien, ¿sí? - Le respondí con un sonido, pero se percibía que no quería dejar nada al aire. - Dime que lo entiendes.

- Lo entiendo. - Sorbí mi nariz, intentado tranquilizarme. Respiré profundo varias veces.

- Bien, entonces, dime, ¿qué fue lo que te dijo Taylor? - Nunca la había escuchado llamar a Michael por su apellido, y me sorprendió bastante, porque siempre que se expresaba de él, era en un tono muy suave y tranquilo, incluso feliz.

Just PretendWhere stories live. Discover now