Big Bear

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Olivia

Los chicos habían hecho toda clase de planes conmigo para despedirme, aunque lo que ellos no sabían es que probablemente me quedaría otro poco, pues a final de cuentas resultó que las clases se suspenderían hasta dentro de un mes más por daños en las instalaciones. No le había comentado a nadie, a nadie más que a Noah, claro, pues, ante todo, su opinión era la que más me importaba. Él dijo que a nadie le molestaría si me quedo una semana más, pero que lo pensara, que a él le encantaría tenerme todo el tiempo posible en su casa. Las cosas entre él y yo van bien de hecho, aunque no puedo evitar sentirme rara cuando Michael me toma de la mano o cosas de ese estilo estando frente a Sebastian. Dani trataba de convencerme de que quedarme más tiempo era la mejor opción para descubrir si realmente quería estar con Michael y empezaba a creer que era verdad. Necesitaba convivir más con él, supongo. Hoy iríamos a Big Bear, un lago en California en donde hacía frío, de hecho, hasta caía nieve. Nunca lo hubiera imaginado, pero era verdad. Noah dijo que siempre había querido ir allí para descansar y disfrutar del frío, pues Santa Mónica era siempre muy caluroso. Eran cerca de las 6:30 AM, ya deberíamos estar de camino al lago, pero los chicos son bastante perezosos, así que ahora mismo me dedico a despertarlos con un buen escándalo. 

- ¡DESPIERTEN! YA SON LAS 6:30 Y NO QUIERO PERDER NI UN MINUTO MÁS. ¡MUÉVANSE! - Les grité aquello mientras golpeaba una olla con una palita de madera, siempre había querido hacer eso. Noah salió adormilado y molesto de su habitación.

- ¡OLIVIA, YA! 

- Perdón... - Alargué la "e" mirando a Noah muy divertida. - Ya, vístete, tenemos que ir al lago. - Le dejé un besito en la mejilla. Bufó ligeramente y regresó a su habitación. - ¡EL RESTO, ¿QUÉ ESPERAN!? - Repetí mis acciones y entonces todos los demás bajaron de sus habitaciones en pijama.

- Está muy entusiasmada con el viaje. - Dijo Michael acercándose a mí. Me tomó por la cintura y recostó su cabeza en mi hombro. - Ojalá pudiéramos dormir otro poco. - Me susurró en el oído cayendo dormido nuevamente, lo moví suavemente.

- Sip, estoy muy emocionada y no dejaré que me lo arruinen, así que, por favor, dense prisa. 

- Si con eso dejas de golpear ollas y gritar como loca, lo haré. - Jolly regresó por donde vino, también Jesse. Mike se quedó conmigo. En cuanto todos desaparecieron, no dudó en besarme. Le correspondí casi al instante, primero me aseguré de que Noah no apareciera por el pasillo. 

- Ya, ya. Tienes que ir a ponerte otra ropa. - Me álejé de él.

- ¿Y me ayudas a quitarme esta? - Me pegó a su cuerpo otra vez, solté una risita.

- No, no, ahora no, Taylor. Ve a ponerte un bonito abrigo y un gorrito, ¿sí? - Pestañé varias veces seguidas, poniendo una expresión tierna.

- Awwww, no hagas eso, no puedo decirte que no.

- No deberías compartir esa clase de información conmigo, cariño. - Jugué con el cuello de su camisa. Me acerqué a sus labios y le di un beso corto. - Ve a cambiarte o no habrá diversión después.

- Rayos, está bien. - Corrió escaleras arriba, yo regresé al estudio para comprobar que llevaba lo necesario en mi mochila. Alguien golpeó la puerta. - Adelante.

- Creo que necesitarás esto. - Noah me dio una chamarra gigante y pesada. 

- Yo creo que voy a parecer oso con esto puesto, pero no quiero morir congelada, así que gracias. 

- ¿Quieres un gorrito? - Asentí. No estaba preparada para ese viaje, yo había empacado para la playa, pero no me quejaba, estaba feliz de poder conocer la nieve, y yo también adoraba el frío.  - Bueno, ven conmigo. - Lo seguí a su habitación, abrió un cajón. - Ven, Liv. - Me acerqué para elegir un gorro. 

Just PretendWhere stories live. Discover now