Capítulo 46 Una amarga consecuencia

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Nietzsche escribió, "la irracionalidad de una cosa no es un argumentó en contra De su existencia, sino más bien, una condición de ella".

Habían pasado tan sólo dos horas en la sala planeación la concejal Dagmar miraba con impaciencia el monitor mientras transcurría la misión, lo que de algún modo podría considerarse como el último moviendo desesperado hecho por la Oficialía concejal por recuperar el orden. El escuadrón de la muerte continuaba avanzando dejando un rastro de destrucción sobre las demás naciones que intentaban defenderse, algunas otras naciones podrían considerarse más inteligentes simplemente se rendían antes el poderío imparable del ejército de Merick. El oficial Choi observaba con horror la destrucción que había dejado a su paso el escuadrón de la muerte.

¡Oficial Choi deme un informe de la situación!, recuerde que forma parte del trato — ordeno la concejal Dagmar mientras hablaba por el comunicador.

Creó que no hay mucho que decir señora concejal lo que está viendo por el monitor es lo que estamos observando nosotros en tierra, sólo hay destrucción a un no hemos encontrado sobrevivientes.

La mención desvío la atención de la concejal Dagmar hacia un costado del monitor. La imagen de una bestia Grimen surgiendo de las ruinas, congelo su sangre. El oficial Choi a un continuaba hablando, pero sus palabras fueron interrumpidas al escuchar el rugido de la bestia Grimen.

— concejal veo una de esas bestias considérelo como nuestra retirada no arriesgare a mis hombres no trajimos el armamento necesario para enfrentarnos.

— Por primera vez estoy de acuerdo con usted oficial Choi apruebo la retirada.

— Se lo agradezco señora concejal, ¡ya escucharon retirada!

Se sorprendió el oficial Choi cuando una nueva bestia Grimen surgió de la nada. Su rostro reflejaba el mayor terror de su vida, permaneció observando mientras su cuerpo se encontraba paralizado.

— ¡Corran! — exclamó mientras cerraba los ojos y esperaba ser devorado por la bestia.

Algunos miembros del escuadrón corrían disparando a blancos al azar, al final sólo quedó una cámara que transmitía la imagen de los miembros de la Oficialía concejal siendo devorados por una bestia Grimen. Al escuchar los gritos de dolor, los pensamientos de la concejal Dagmar huyeron de su mente.

— Oficial Kant preparé el tren iremos a darle una última visita al concejo — dijo mientras apagaba el monitor.

— ¿Está segura de querer ir hacia el consejo?

— No lo estoy, pero no estoy dispuesta a continuar observando mientras miembros de la Oficialía concejal son atacados y asesinados.

— Ir al consejo sería como entrar a la cueva del lobo.

— Lo sé, sólo trato de conseguir tiempo.

— ¿Para qué tratas de conseguir tiempo?

— Para reagruparnos — agregó la concejal Dagmar seguido de una breve pausa — ahora la oficialía concejal se encuentran en peligro por mi culpa.

— Dagmar escúchame ellos decidieron seguirte por qué han creído en tu causa al igual que yo, pero si vamos a ir a entregarnos ¿has pensando en algún plan?

— Lo tengo cubierto, se pondrá en marcha el plan cuando salgamos de la base.

— En ese caso debemos de darnos prisa — añadió el oficial Kant.

A la mañana siguiente la concejal Dagmar, con aspecto ansioso se sentó frente a los cinco concejales. El sumo concejal Magnus también formaba parte del grupo. La concejal Dagmar sintió un estremecimiento en su interior.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERWhere stories live. Discover now