Capítulo 26 Presagio de un desastre

46 30 0
                                    

Soy la espuma que avanza y cubre de blanco el borde superior de las rocas, soy también una muchacha, aquí, en esta habitación.

- Virginia Woolf

Silvana se encontraba sentada delante de la ventanilla, el vidrio se empañaba mientras respiraba, su rostro era una máscara. Una luz roja se proyectaba dentro de la nave. El capitán Dae-Hyun se hallaba a cierta distancia, junto a un Humvee con las manos sobre su rifle.

- Aun nos queda un largo camino para llegar a la zona de aterrizaje, le recomiendo que descanse director adjunto Silvana - sugirió el capitán Dae-Hyun.

- Le pido una disculpa, no es mi intención causarle problemas.

- No debe disculparse, también es mi misión mantenerla a salvo.

- ¿Te lo ha pedido Dong-Sun?

- No puedo mentirle a un superior o tenerle secretos así que le responderé, Dong-Sun se preocupa por usted, así que me encargó personalmente que me encargara de su protección al menos hasta que termine la misión.

- Te lo agradezco.

Silvana se llevó la mano hacia la cabeza mientras se recargaba contra el fuselaje de la nave. Sin darse cuenta comenzó a quedarse dormida, dejo de escuchar el sonido de las turbinas de la nave. Sobre su mano izquierda sostenía su brazalete.

- ¿Sabes lo que ordenarás? - preguntó Adlef.

- Aun no puedo decidirme, todo lo que está en el menú parece delicioso.

- De nuevo tan indecisa, creo que comenzará a ponerse impaciente el camarero si no te decides pronto.

- Pediré lo que ordenaste.

- ¡Camarero! - exclamó haciendo un gesto con su mano.

- ¿Por fin logro decidirse la señorita?

- Ordenará lo mismo.

- Me parece una buena elección, enseguida les traeré sus órdenes.

- A qué se debe el motivo de esta cena.

- Celebraremos tu ascenso a jefe de cirugía.

- Aun no es seguro, solamente queda aprobar un examen.

- Sé que lo aprobarás, mientras tanto quiero darte algo - respondió Adlef, mientras metía su mano en el bolsillo de su chaqueta.

- Sera mejor que no intentes pedirme matrimonio.

- Descuida, no es una propuesta de matrimonio. Es un brazalete.

- ¿Un brazalete?

- Es para que siempre me mantengas cerca.

- Lo usaré y cuidaré con todo mi cariño.

- Estoy seguro de ello - contestó Adlef mientras besaba la frente de Silvana.

- Dime que el sonido que estoy escuchando no es de tu comunicador.

- Me temo que es el comandante.

- ¿Te enviarán a una nueva misión?

- Volveré tan pronto haya terminado.

Dae-hyun posó su mano sobre el hombro de Silvana, mientras decía: - Estamos por llegar a la zona de aterrizaje.

- ¿Qué ocurre? - murmuró.

- Estamos por arribar a la zona de aterrizaje - respondió Dae-hyun.

Entorno los ojos y lentamente tomo aliento, para responder: - De acuerdo, avisaré a la base para mantenerlos informados.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora