Capítulo 28 Recuerdos del pasado

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¿Sabéis cuando notas que tu mundo no te puede, que todo a tu alrededor va a otra velocidad, ¿Que no te sientes cómodo con nadie y sólo deseas no pensar?

- Albert Espinosa, si tú me dices ven, lo dejo todo...

Pero dime ven.

Inconscientemente palpé el bolsillo de mi chaqueta, sentí confusión al notar aquella nota << Encuéntrame en Sarajevo B-1 012234 >>

— Es en donde se encuentra la casa de seguridad bunkers uno — murmuré.

Sentí alivió al frotar la pulsera, Adlef me la había regalado el día en que me dieron mi ascenso, siempre la llevo puesta. Significa muchas cosas para mí: mi fuerza, mi destino, mi camino. Tras el despegue de la nave decidí cerrar los ojos y recordar el día en el que Adlef me pidió como su prometida.

Volví al día en el que viajamos en barco hacia la isla de Terán. Recuerdo que Adlef había conseguido un ascenso como oficial mayor en las fuerzas especiales. Y para celebrar su ascenso decidimos que la mejor forma era haciendo un viaje en barco hacia la isla de termin. Temí que nuestras rutinas pudieran terminar con el viaje antes de poder realizarlo.

— ¿Temes que me caiga de la cubierta del barco y caiga al mar? — preguntó, mientras colocaba sus manos sobre el barandal.

— Un poco — contesté apartándolo del barandal.

— Nunca me he caído. No sufras por ello. Antes de enseñarnos rescate nos enseñaron a caer fuera de la borda de un barco.

— ¿Antes de rescatar les enseñaron a caer? — indagué.

— Así logramos perder el miedo a las caídas. Y si pierdes el miedo a las caídas puedes realizar mejor un rescate.

Sonreí. Me acerqué a él, quería que supiera que confiaba en él.

En aquella nave rumbo a Gu Dong, me di cuenta de que no había vuelto a casa desde la última vez que había estado con él. No sé por qué le di tan poco valor a los momentos que pasamos juntos, ¿cómo pude olvidarlo?

Creé y aprendí tanto cuando estaba a mi lado.

Aunque quizás deje de crear momentos por qué no encontraba a la persona indicada con quién hacerlo.

Debí haber advertido que no encontraría a otra persona como lo era Adlef, se necesitaban dos personas para hacer girar mi mundo y que una sola persona no podría siquiera detenerlo.

Tan solo al aterrizar la nave recibí un mensaje de texto:

Verónica 10:30:

¿Has logrado librarte de la concejal?

Tenía diez minutos de haberlo recibido, y el PDA comenzó a sonar, respiro hondo y conteste: << Diga>>

La situación parecía surrealista, el sonido que se producían los vehículos Push-back en el exterior remolcando la aeronave contrastaba con el silencio que había en el interior. Sabía que aceptaría cualquier caso que me asignaran. No deseaba quedarme sola en aquella casa donde habitaba mi antigua vida. Continúe apuntando los datos del trabajo.

Como siempre, la voz que se escuchaba del otro lado de la línea intentaba parecer tranquila.

— ¿Cuánto tiempo lleva abierta la investigación? — solicité.

Si tenía menos de dos meses de ser reabierto la investigación no aceptaba el caso. Era muy estricta con esa regla.

— Está a punto de cumplir los dos meses de ser reabierto la investigación — contestó el sujeto del teléfono. Su voz tembló ligeramente.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERWhere stories live. Discover now