Capítulo 35 Pandemonium

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Cuando bajas tus expectativas, Solamente en lo que vez, te ciegas a ti mismo a las posibilidades de una nueva realidad.

- Sonia García Quirós

Una luz roja iluminó la oscura habitación y Cooper agitó los brazos frenéticamente, atrayendo a la enfurecida bestia Grimen. Sin advertir a los demás tomo el equipo de Cooper y corro hacia el otro extremo donde nos acechaba la temible bestia. No necesito mirar hacia atrás para asegurarme que me están siguiendo, puedo escuchar el inconfundible sonido que generan las botas al trotar. El capitán Adrien, Booba y el Cabo Dean varían el ritmo de sus pasos mientras se acercan hacia mi dirección. A lo lejos escucho el estallido de una bomba, la onda expansiva generada por la explosión me arroja hacia el extremo de la habitación, mi rostro golpea violentamente el frio suelo. Al recuperar la consciencia giro con dificultad mi cabeza y observo a mi alrededor. Puedo ver restos de escombros por toda la habitación, una barra de acero atraviesa el costado izquierdo del Biofísico Akihiro, trato de arrastrarme hacia su dirección, pero el dolor en mi brazo derecho me impide moverme. Con el último gramo de fuerza que hay en mi cuerpo, tomó el trozo de metal que brota de mi brazo, trato de no perder el conocimiento mientras retiro el fragmento. Con un cuchillo trozo un retaso de tela de mi camisa, para cubrir la herida.

Una silueta se posa delante de mi — Doreen — Murmure al distinguir la extraña figura. Hace una breve mueca y con un pañuelo húmedo cubre mi boca y nariz, trato de escapar, pero lentamente pierdo el conocimiento, siento un leve ardor sobre mi brazo, puedo ver a Doreen cubriendo mi herida con una venda antes de desmayarme. Una luz y el sonido de un tren atraen mi atención., Me reclino contra el asiento y cierro los ojos. Había sido un día largo en la académica, aún tenía dos semanas de vacaciones por delante podría relajarme y descansar, salvo salir al exterior y dar un paseo.

Mi madre se encuentra sentada enfrente de mí leyendo un libro.

¡Cuando lleguemos a casa piensas pasar lo que resta de tus vacaciones recostada sobre el sofá!— Exclamó sin apartar la mirada de su lectura.

Me supongo que esa es la idea — respondí.

Tal vez podrías emplear tu tiempo en casa terminando las tareas que te encomendé, o quizás puedes hacer algo productivo.

¡Madre!

Milenka, no es mi intención fastidiarte solo intento lograr hacer que hagas algo con tu tiempo, tal vez podrías explorar el mundo.

Es por ello que tomamos el primer tren de la estación y nos dirigimos a un lugar alejado donde pasaremos mis dos últimas semanas de vacaciones.

Sólo intento pasar un tiempo de calidad madre e hija.

Perdona madre, no quería parecer desconsiderada contigo.

Lo sé.

Cuando los ojos de mi madre se encuentran con los míos una sonrisa ilumina su rostro.

¡Silvana!

La visión del recuerdo todavía nubla mi mente.

— ¡Silvana! ¡Despierta!

Es la voz del Capitán Adrien. No puedo dudarlo. Y me grita ¿por qué? ¿qué ha sucedido?

— ¡Despierta de una vez!

Abrí los ojos y parpadeé, frente a mí hay una luz brillante parece ser una linterna, cubro la luz con mi mano para poder ver con claridad.

— ¡Temía que no despertaras! — exclamó haciendo un suspiro exagerado — había comenzado a preocuparme.

En un instante el dolor en mi brazo estremeció mi cuerpo, había tardado más que el despertarme. Lancé un alarido de dolor e intente cubrir mi brazo.

— ¡Ay! — fue lo único que logro decir.

— Parece que has recibido un duro golpe, es bueno saber que aun tienes algo de buena suerte.

Parpadeo de nuevo y espero a que el dolor ceda, luego echo un vistazo a mi alrededor. A unos treinta metros se encuentra Bobba intentado retirar los escombros, sus manos sangran, parece que había tenido horas intentado cavar un hueco entre los escombros.

— ¿Que ocurrió? — digo con un hilo de voz.

— ¿No recuerdas nada?

— Solo algunas cosas justo después de la explosión.

— No hay mucho que contar. Cooper se sacrificó para mantenernos a salvo, ahora Bobba intenta recuperar sus restos y te traje hasta aquí. Después me quede sentado esperando a que despertaras.

— ¿Qué hay del Biofísico Akihiro?

— Recibió una herida en un costado izquierdo pero logré estabilizarlo, de igual modo la ayuda está en camino.

Media hora después de la explosión un grupo de rescate avanzan hacia nuestra dirección, logro observar que llevaban puesto trajes amarillos de control biológico y mascarillas de oxígeno. El ritmo cardíaco de mi corazón comienza acelerarse, no tengo idea para que son esos trajes, uno de ellos se acerca hacía Bobba, siento sobre mi brazo un pinchazo y adormecimiento. Observo cómo se desploman contra el suelo el Cabo Dean y Booba. El capitán Adrien aun permanece cerca de mí, con lo último que quedaba de mi conciencia veo al Biofísico Akihiro siendo subido en una camilla. En medio de todo lo que parece ser un estrecho túnel escucho un murmuro, antes de desmayarme: — Coloquen al Biofísico dentro de un tanque de éxtasis para recuperar sus tejidos, y al resto del equipo los quiero en cuarentena.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERWhere stories live. Discover now