Hefesto [Olímpicos mortales #5]

Capítulo 16: Athenea

Dedicado a OctaviannyAguilar 🖤 Gracias por seguir la saga, me alegra que te guste 🖤🖤🖤

Pd: Este pov de Athenea se ubica cronológicamente después del final de Dionisio 👀 y en paralelo con capítulos anteriores.

***

Después del desastre en el hospital Athenea había tenido que tomarse un tiempo para respirar y organizarse sobre la marcha con cada variable que aparecía en su camino y con la que debía tratar.

En sus planes nunca estuvo que Zeus se viera afectado por la profecía de Poseidón, pero como siempre el Destino jugaba con ellos y les complicaba las cosas, eso no quería decir que ella fuera darse por vencida, menos ahora que Hera estaba fuera de combate y pronto fuera de foco.

—Ese chico sigue abajo —le dijo su madre dándole un poco de té— Me pone nerviosa lo serio que se ve para alguien tan joven.

—No se esta llevando la mejor parte de este trato —le respondió sabiendo perfectamente porque Ares no la abandonaba ni a sol ni sombra.

No había sido fácil acostumbrarse a su presencia, pero los planes que él tenía con Hera se ajustaban a los suyos, por lo que, ser aliados no fue difícil desde un inicio. Lo complicado llegó después cuando fue conociéndolos y se dio cuenta cuanto ambos estaban dispuestos a sacrificar por amor, un amor que a pesar de no ser el mismo ella entendía; solo tenía que mirar a su madre para ello.

—¿Cuánto tiempo más van a tener que sufrir?

—Lo preguntas como si tú no sufrieras —le dijo y Mina le sonrió como si no estuviera señalándole algo grave.

—Yo sabía a lo que me apuntaba cuando decidí criarte, cuando decidí quedarme en este pueblo —y eso era lo peor, que aún con todo eso ella seguía ahí, a su lado. No la había abandonado ni estaba dispuesta a sacrificarla por una mejor vida porque lo único que Mina quería era que fuera feliz.

Como si eso fuera una opción.

—Eres demasiado buena.

—Igual que tú —le señaló acariciando su rostro— recuerda que tu tú del pasado jamás hubiera hecho lo que haces por los otros.

No estaba tan segura, pero no iba a discutir con su madre, por lo que se quedó callada y pensó en su siguiente movimiento durante todo el día; sin embargo, al caer la noche la respuesta llegó por si sola a su ventana, literalmente.

—¿Qué quieres?

—Quiero que me digas todo lo que sabes.

—¿Y si no lo hago?

—¿De verdad me estas retando? —le preguntó Hades mirándola como si fuera superior.

Mal para él que no fuera de las que agacharan la cabeza.

—¿Qué quieres Hades?

—Que me digas cual es tu trato con Hera, con Apolo y con cualquier otra persona que tengas alguno.

—Y yo solo tengo que obedecerte ¿No? —se burló—, piénsalo mejor Hades. Me conoces bien y sabes que yo no cedo ante nadie.

—¿Ni siquiera por la vida de tu preciada tía? —la pregunta era un farol y ella lo sabía; sin embargo, había límites que no iba a dejar que nadie cruce por lo que sin apartarle la vista le dijo:— Tócala y te mato.

—¿Me estas amenazando?

—Te estoy advirtiendo —le señaló antes de extender una bandera blanca entre ambos— Sabes que las profecías deben cumplirse y yo no puedo evitarlas aunque quisiera.