Capítulo 3

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—¿Que quieres decir con qué atacaron a Dioniosio?

La pregunta salió de su boca con mayor brusquedad de la que pretendía.

—Hasta ahora la información extra oficial es que varios escorpiones atacaron en el bar con Dionisio y Acci dentro de él —Artemisa suspiro pasando una mano por su rostro— Acetes esta herido de gravedad y Dionisio desaparecido.

—¿Cómo que desparecido?

—Nadie lo encontró cuando la policía llegó y encontró el desastre en el que se había convertido su bar y con Acetes herido a causa de bala —le informó y miró a Lay que volvió a tensarse— Por eso la detuve y no la deje ir, sabes lo que esto significa.

Lo sabía, no le gustaba, pero Artemisa no tenía que decirlo para que lo entendiera, por lo que, le dio a su amiga una mirada significativa, a la que asintió, antes de girarse a su novia.

—Ve con mi tía que esta en el restaurante —le pidió a la chica que lo miró asustada.

—Hefesto, no...

—Escucha —le ordenó. No tenía tiempo para discutir— Busca a mi tía y dile que vaya a la casa y se quede ahí —le dijo— Una chica estará cuidando la casa hasta que yo llegué.

—Hefesto...

—Y también habrá alguien vigilándote a ti.

—No.

La negativa de Lay fue tan inmediata que lo sorprendió—... No, quiero decir, sabes que no me gusta la idea de que alguien este detrás de mí —aclaró su novia— Me lo prometiste.

Y lo había hecho.

Cuando empezó su relación ella fue clara en que nada de su situación divina afectaría en su vida.

—Te prometí que mientras tu seguridad no se viera afectada de manera inminente nunca te mandaría seguir para que te cuidaran —le recordó.

—Hefesto...

—Lo siento, Lay —le dijo dejando un beso en su frente. Le sabia mal invadir el espacio de su novia—, lo siento, pero esta vez no voy a ceder —sentenció separándose de ella y viendo la terquedad en u mirada asintió a la chica detrás de ella que se acercó y la tomo por los brazos.

—¡Hefesto!

—Hefesto nada, Laynna —la cortó Artemisa—, o haces esto por las buenas o lo haces por las malas —la amenazó.

Lay observó a su amiga y a él de vuelta antes de apretar su labios y darle una mirada dolida.

—Llévatela —le ordenó a su lugar teniente que tiro de Lay; sin embargo, ella intentó soltarse con brusquedad del agarre sin éxito.

—Sé caminar sola —se quejó antes de que Alessandra la soltará  y se fuera dando zancadas sin darle una segunda mirada.

—Mandaré a Camille a vigilarla, porque si lo hago yo la arrastró por los pelos —le avisó Alessandra a Artemisa antes de seguir el mismo camino que Lay.

¿Cómo diablos todo se había complicado tanto en unas horas?

—Hefesto tenemos que irnos.

—Lo sé —le dijo a su amiga que lo miró con compasión.

—Me gustaría que esto fuera diferente.

—A mí también —murmuró— A mí también.

***

La noche había caído y Hefesto aún se encontraba con Artemisa dejando sola a Melania que no se había tomado bien la noticia de Dionisio exigiéndole volver a casa, lástima que no pudiera hacer aquello y por lo mismo seguía escuchando el sermón que le daba en ese momento.

Hefesto [Olímpicos mortales #5]Where stories live. Discover now