PODEROSA VINDICTA [+21]

CAPITULO 31

En tiempo real hoy 07 de enero sería el cumpleaños de Anastasia. La vida quiso que este capítulo tan especial fuese publicado hoy y si no leo sus comentarios en el capítulo anterior, ni lo hubiese notado.

En tiempo real, hoy se estaría desarrollando el capítulo 6 de Poderosa Vindicta.

Un día como hoy, Anastasia cumpliría 29 años.

Un día como hoy, Anastasia y Marcello se enteraban que tendrían dos bebés.

Un día como hoy, mi diabla recibió uno de los mejores regalos de cumpleaños.

Feliz cumpleaños, diavolessa.

Disfruten ustedes el regalo de cumpleaños de Anastasia para ustedes. Denle mucho amor.

***

Apacible.

05 de agosto de 2023.

Anastasia.

Mi cabeza duele, la punzada en mi sien me obliga a quedarme sobre el colchón mientras me incorporo a medias, mirando en medio de la neblina de mi visión la tranquilidad que parece rodearme.

Ya no hay caos, no siento las lágrimas manchar mis mejillas y el dolor se ha disipado apenas dejando una molestia repentina en la parte baja de mi vientre el cual miro con duda al tratar de orientarme.

Mis bebés.

Paso saliva asimilando lo que Castillo dijo antes de salir en busca de Marcello, mientras me quitaba la sonda y demás cables bajo mi responsabilidad como lo llamó cuando se lo exigí al encontrarlo de pie a mi lado.

Están bien. Soltó cuando pregunté, pero solo me dio una sonrisa avisando que estuve en coma mientras me dejaba con mil incógnitas que agitan mi respiración justo ahora.

En coma.

¿Cuánto tiempo?

¿Qué día es hoy?

Trato de calmarme cuando la falta de aire golpea mi pecho con fuerza mientras intento buscar cualquier cosa a tientas en la mesita de noche que encuentro parcialmente vacía. Tengo la garganta seca, carraspeo mientras el dolor de mi cabeza se intensifica.

Reviso en los cajones cuando intento bajarme de la cama y no puedo, mis manos tiemblan, pero no hay nada más que papeles y una goma de mascar de menta de las que Marcello comenzó a esconder cuando comenzó a fumar tras la explosión.

La explosión.

¿Cómo salimos de ese lugar?

¿Dónde están mis bebés?

¿Dónde está Aleska?

¿Dónde demonios está Marcello?

¿Y dónde coño estoy yo?

La habitación se siente extrañamente familiar, pero mi cabeza no da para hacer más que doler con la punzada en mi sien.

Mi respiración se agita y me tambaleo cuando trato de ponerme de pie. Mis manos tiemblan al tomar el vaso de agua a un costado de la mesita de noche que Castillo sirvió para mí cuando se lo pedí. Lo bebo, pero no calma mi sed, al contrario, mi sed aumenta al igual que lo hace el dolor en mi garganta cuando paso saliva acoplándome a la temperatura del líquido que pasa por mi boca.

Mastico la goma de mascar un par de veces, la menta enfría un poco mi paladar, pero los dientes me duelen y la saco de mi boca tratando de enfocarme para levantarme.