CAPITULO 14

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Unas por otras

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Unas por otras.

30 de abril de 2023.

Alekséi.

Saber como escabullirme es algo que tuve que aprender a la fuerza desde que era un niño huyendo de las cuatro familias que nos perseguían a mi madre y a mí. Crecer rodeado de la mala vida en las calles fue a lo que me acostumbré con los años, y tuve que aferrarme a eso para sobrevivir mientras mi madre se vendía para mantener un bocado de comida para mí.

El resentimiento vino con ello. El ver a mi madre salir cada noche mientras me quedaba en un viejo cuarto de motel esperando a que llegara el amanecer me incentivó a meterme a una escuela a escondidas para aprender lo suficiente para cuando mi madre pudiera inscribirme en una de verdad.

El deseo de venganza creció en mi pecho de la mano con el odio. La muerte de mis hermanos y de mi padre era lo que venía a mi cabeza antes de dormir mientras mi madre llegaba en la madrugada llorando, golpeada y abusada en algunas ocasiones.

No entendí lo que significó hasta años más tarde.

Todos estos hijos de puta la condenaron a eso.

Y esa zorra la mató.

—El punto es, que no quiero venderte más de la cantidad que estoy negociando, Nox —aclara la rubia cuyo cabello cae por sus hombros, enmarcando su fino rostro—. No si no confío en ti.

Sus ojos marrones parpadean sin un ápice de duda al mirarme en tanto toma la copa de vino a un costado de su mano y la levanta hasta beber un sorbo que moja sus labios rojos.

—¿El hecho de que estás a salvo en mi territorio no te da ni la más mínima confianza en mí, Carissa Conti?

Su sonrisa se desliza en sus labios antes de que lleve su dedo índice entre ellos y mordisquee vagamente su uña antes de atrapar el labio inferior entre sus dientes. Se inclina hacia el frente, mis ojos la repasan y sonríe ampliamente al notarlo. Es imposible no hacerlo.

Es bastante seductora naturalmente para su propio beneficio. Y no solo eso, sino que la forma en lo sabe y coordina sus movimientos tan sutilmente a propósito es demasiado como para no desconfiar aunque sea un poco.

—Digamos que —toma aire, dejando que las palabras se deslicen entre sus labios, reteniendo un poco la oración antes de seguir—: prefiero prevenir que lamentar.

Su voz neutral, sin el más mínimo acento, es clara y una vez adopta un tono profesional, es fácil retener la información que brinda. Y yo soy bueno en eso. Así que la escucho hablar durante una larga hora sobre los pro y los contras de venderme unas cuantas dosis de su veneno.

—Y ya que hablamos de negocios, ¿por qué escogiste ese nombre para el veneno? ¿significa algo para ti? —Repaso las letras en la servilleta que encabezan la cifra que estoy dispuesto a dar por solo una dosis mínima del «MASTELU»—. ¿Las iniciales de alguien importante tal vez?

PODEROSA VINDICTA [+21]Where stories live. Discover now