✝Through The Dark #2T✝ |L.P & Tú|

Cap 27: ¿Secuestrado?

Quise mentalizarme de que eso no podía ocurrir, él había decidido dejar de lado sus poderes para que no lo pudiesen localizar de nuevo. Quería tranquilizarme y confiar en la inteligencia de Liam, pero simplemente no podía.

Si su jefe , había casi logrado ponernos en contra con uno de sus juegos, podría ser capaz de armar otra mentira para que Liam volviese a él.

Mis nervios se dispararon al escuchar el timbre de la puerta. En mi vida había tardado menos en abrir la puerto como aquella vez. Rogaba porque Liam estuviera detrás de esa puerta y poder chillarle lo que no estaba escrito.

- ¿Y esa cara, chiquita? -el chico de ojos curiosos frunció el ceño preocupado. ¿Qué pasó?

Mi corazón dio un vuelco al ver a Sebas parado frente a la puerta.

Quería gritarle por el simple hecho de no ser Liam, pero lo único que me salió fue una repentina lágrima que ni yo misma sabía que se comenzaba a acumular.

Los brazos de moreno me envolvieron fuertemente.

- ¿Qué ocurre, _____? -su voz preocupada y angustiada retumbaba en mi cabeza haciendo que me doliera más que antes.

Podía parecer una paranoia mía, Liam podría estar en cualquier lado y haberse ido sin avisarme sólo por no despertarme.

Pero sabía que no era así. Una de esas sensaciones, esas, que te dicen que alfo va mal, muy mal, incluso antes de que ocurran las cosas.

Todo eso se acentuaba si se trataba de mi situación. Esto no era un juego, de eso me di cuanta hace muchos años atrás.

Todo lo que la gente piensa que no existe, lo hace de verdad, incluso cuando no nos damos cuenta. Y cuando toca sufrirlo te das cuenta de que todo lo que pueda ocurrir a tu alrededor puedo causarte consecuencias muy graves en tan sólo minutos.

Comenzaba a notar los zarandeos en busca de mi contestación, en medio de un ataque de ansiedad que comenzaba a tener.

- ¡______! ¡Escúchame! -sus zarandeos cada vez se hacían más agresivos y su voz más ahogada. Mis piernas pesaban y necesitaba sentarme cuanto antes, todo me daba vueltas y tenía náuseas horribles.

Al igual que las piernas, mis párpados parecían tener más kilos de lo normal, obligándome a cerrar los ojos y dejar de sentir por unos momentos mis extremidades.

(...)

- Chs...¿estás? -las nauseas seguían presentes al igual que el mareo. No quería abrir los ojos por miedo a volver a desmayarme. Sentía leves golpes en la mejilla, pero esta vez no era la misma voz. -¡____! ¡Responde! -gritó más fuerte haciéndome abrir los ojos y al instante volverlos a cerrar para evitar ver la silueta femenina doble.

- ¿Qué? -susurré colocando mis manos en la cabeza.

- Joder, ¿qué mierda ha pasado, ____? ¡Abre los ojos! -la voz de Ashley comenzó a hacerse más reconocida y contundente.

- Ash... -susurré aún incómoda ante esa sensación de dar vueltas en ausencia de movimiento.

- Ni Ash ni mierda, ¿qué cojones ha pasado? -volvió a preguntar más fuerte.

Gruñí molesta. Acababa de sufrir un desmayo, lo último que necesitaba en esos momentos era escuchar los gritos de alguien.

Abrí los ojos lentamente y después los froté.

Me incorporé despacio mirando el panorama de mi salón.

- ¿Te encuentras mejor? -el chico del pelo ondulado y castaño claro me miró con una sonrisa. -Nos has asustado. -susurró sonriente.