Cap 27: ¿Secuestrado?

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(Me sentía obligada a compartir esa foto, multimedia))




Los rayos de luz parecían azotar mis párpados obligándome a abrirlos. La cabeza me retumbaba y me sentía como si hubiera estado en plena guerra clásica.

Giré sobre las sábanas para que el la luz no incidiera en mis ojos con tanta intensidad. ¿Qué hora era? Mi cuerpo se sentía pesado, signo de haber dormido más horas de las necesarias. Sentía un extraño mareo que me dejaba atontada seguido de un dolor muscular en las piernas. Sin duda no volvería a dormir tantas horas.

Mi única neurona comenzó a trabajar, haciendo que una vez más quisiera que mi cabeza explotara. Los recuerdos del día anterior se iban haciendo más presentes.

Recuerdo la inseguridad a la hora de probarme ropa para acudir a una cita, al igual que recuerdo mi sonrisa al mirarme en el espejo y ver mi cuerpo enfundado en un vestido que realmente realzaba mí figura.

El vestido.

Mis ojos vagaron por la habitación, sorprendiéndome al encontrarla tan desordenada, con tanta ropa por el suelo. Fruncí el ceño al encontrar mi vestido tirado en una de las esquinas del cuarto.

Miré mi cuerpo percatándome de que estaba desnudo, por un momento sorprendiéndome sin saber qué diablos hacía así.

Automáticamente de mis labios salió una sonrisa. Liam.

Recordé sus caricias en mi piel, sus cosquillas en mi ombligo, nuestros besos...sus palabras.

Sin duda ese demonio que había intentado destruir mi vida, me había enamorado. Al fin y al cabo él sólo es una pobre alma que busca la libertad, él no es el culpable de su condición y mucho menos de lo que pasó a mi alrededor, él lo hizo porque me amaba.

Busqué su cuerpo con la mirada en toda la habitación. No pude ver ni rastro de él, cosa que en vez de preocuparme me sacó una sonrisa. Él no se iría sin mí, él me necesita, tanto o más de lo que yo le necesito a él, estamos vinculados.

Cubrí mi cuerpo con la sábana y bajé sigilosa hacia la cocina.

Me está preparando el desayuno, pensé involuntariamente sonrojándome al instante.

Asomé mi cabeza por la puerta.

Nada.

Esta vez fruncí el ceño. ¿Dónde se había metido?

Con más calma busqué en todas las estancias de la casa. No era muy grande y no había rastro de él.

Me mordí el labio inferior sentándome cansada en el sofá.

¿Estará haciendo deporte? Mi cabeza no dejaba de dar vueltas y mi respiración iba entrecortada.

Si, era eso. Él es muy deportista, ¿por qué he de preocuparme?

Gruñí levantándome del sofá y subiendo a mi cuarto de nuevo. Recogí mi ropa, desperdigada por cada rincón del suelo, me cambié y me duché.

Tenía la más mínima esperanza de encontrarle por algún lado al salir de la ducha, pero de nuevo, nada.

La impaciencia podía conmigo, y más que ese sentimiento, comenzaba a preocuparme demasiado. Era demasiado extraño que a esas horas Liam aún no hubiese llegado. Rectifico, era demasiado extraño que él no me hubiera avisado de que se iba.

Mi corazón comenzó a bombear mucho más rápido con el último pensamiento. ¿Y si le habían vuelto a localizar? ¿Y si se lo habían llevado?

Sentía mi respiración entrecortada y unas auténticas ganas de llorar. ¿Y qué debía de hacer si eso ocurría? Me sentía impotente en esos momentos, sin saber qué hacer, sin poder pedir ayuda.

✝Through The Dark #2T✝ |L.P & Tú|Where stories live. Discover now