Capítulo 17 Nuevos y viejos demonios

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Es un gigante, su estatura sobresale por encima de los demás. Algo en la forma de su físico me parece distinto, pero logra levantarse lo suficientemente rápido y no logro observar bien como para disipar mi duda de si en realidad había algo diferente. Nos agachamos, mis músculos se congelan, negándose a mover de la seguridad detrás del muro. Hasta ahora no se han percatado de nuestra presencia. De repente la alarma de un auto comienza a sonar, sus luces comienzan a titilar es uno de los pocos autos que no han sido aplastados todavía. Ese solitario y estruendoso sonido es demasiado estridente y tenebroso. Una espesa nube comienza a cubrir el sol, resaltando los contrastes y ofreciendo la suficiente nitidez como para mostrarme a las bestias Grimen un poco mejor. Uno tiene un par de alas. El que se estrelló con el auto tiene un enorme cuerno que sobresale de sus enormes fauces. El gigante tiene el color de la noche. Las demás bestias su pelaje es de color azul, blanco como la nieve, con rayas de tigre. Muestran sus formas musculosas exhibiéndose en cada movimiento. Estas bestias parecen haber sobrevivido a varias batallas. Sin embargo, su pelaje está perfectamente intacto.

La bestia de enorme cuerno rueda dolorosamente del auto aplastado. Sin embargo, a pesar de sus heridas, cae en posición de ataque, listo para luchar. Su agilidad me recuerda a la de un leopardo.

Me doy cuenta de que es un contrincante formidable por la manera cautelosa en la que se aproximan las otras bestias hacia él, a pesar de que se encuentra herido y ellos son más. Comparado con él las otras bestias parecen torpes. Tiene la musculatura perfecta de un gran felino, parece listo para pelear aunque todos sus contrincantes están armados hasta los dientes. Se abalanza hacia uno de ellos, pero la bestia que tiene el color de la noche. Lanza una llamarada desde sus fauces. Lanzándolo sobre su espalda, pero la distancia en la que se desplaza es corta. Debe de ser pesado como el plomo. Pero está lo suficientemente alejado como para que la bestia de enorme cuerno tenga la oportunidad de intentar otro ataque.

Trato de tener una mejor visión para ver la ejecución de la bestia Grimen. No tengo ninguna duda de lo que está por suceder. Aun así la bestia da buena pelea. Embiste al de pelaje color azul y logra mantenerse inquebrantable contra los otros dos. Pero no puede luchar contra los cinco al mismo tiempo. Al final entre los cuatro logran derribarlo, sentándose sobre él. La bestia Grimen de color de la noche se acerca acechándolo como si se tratara de una especie de ejecutor. Tengo la impresión de que esta es la conclusión de varias batallas. Podría pensar por la manera en la que se miran hay una historia entre ellos, la bestia Grimen gigante se acerca hacia su yugular. Le lanza una mirada fulminante.

Trato de cerrar los ojos y no ver este último golpe, pero no puedo. Mis ojos están siguiendo toda la escena.

Cierra de un fuerte mordisco su mandíbula sobre su oreja expuesta. La bestia Grimen de enorme cuerno lanza un terrible alarido de dolor y furia. La calle se rodea con su fuerte eco. La sangre brota por todos lados salpicándolos, luchan intentando sostenerlo, pero la sangre hace que su cuerpo se resbale. La bestia Grimen gira mordiendo a uno de ellos. Terminando rodando sobre el suelo, mientras las otras bestias luchan por sostenerlo sobre el suelo.

Podría creer que podrá liberarse.

Pero la bestia Grimen del color de la noche aplasta su pezuña sobre la cabeza de la bestia de enorme cuerno, sobre su herida recién afligida. La bestia lanza un leve suspiro de dolor, pero no emite un gruñido. Los otros aprovechan la oportunidad para sujetarlo de nuevo contra el suelo. La bestia de color obscuro suelta de sus fauces un pedazo de su oreja cortada. Cae en el asfalto provocando un ruido seco.

La expresión de la bestia es de completa furia. Todavía tiene algo de fuerza, pero se desvanece conforme pierde sangre. La sangre mancha su piel, cubriendo su grueso pelaje. La bestia del color de la noche lanza un gruñido mientras se acerca lentamente hacia su yugular. A pesar de la admiración que le mantiene no muestra señales de arrepentimiento. Sus ojos hambrientos de sangre atrapan el tenue reflejo del sol. Permanezco paralizada en la espera de otro sangriento golpe. Detrás de mí un leve suspiro se escapa del aliento de Cora. El de pelaje verde inclina su cabeza, por un lado, detrás de la bestia con pelaje oscuro. Mira hacia nuestra dirección.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERWhere stories live. Discover now