9

3.5K 419 69
                                    

—No quiero, no quiero, no quiero—murmuraba Jungkook mientras se desvestia en su habitación.

Finalmente había regresado a casa, después de una hora mas de tortura,  fingiendo felicidad al dado de su prometido y una sonrisa a sus padres cuando regresaban en el carruaje. Pero una vez en casa, prácticamente había corrido a su habitación, para quitarse la ropa que lo hacía sentir tan sucio y poder ver la gravedad de los golpes.

Su cuerpo dolía y también le ardía demaciado, pero más que le dolía fingir una sonrisa para el resto de las personas, más le dolía aceptar que quizás así serían todos sus días una vez que se casará. 

Cubrió su boca sorprendido, ahogando un grito, cuando finalmente apartó la ultima prenda, permitendole ver claramente los moretones morados en su cuerpo.

Estos se veían horribles, Jungkook ni siquiera podía verlos y algo le decía que se pondrían peor con el pasar de los días.

—¿Así será siempre?—murmuró al  rozar la zona afectada con la yema de sus dedos. —¿Así tendrá que ser siempre?—murmuró con los ojos llenos de lágrimas y se dejó caer en el frío suelo de la habitación.

Cubrió su boca con una de sus manos, en un intento de callar sus sollozos y que nadie más pudiera escucharlos, mientras su otra mano apretaba con fuerza una de sus piernas.

Se sentía tan pequeño, tan indefenso y por supuesto que tan débil. Odiaba sentirse así, sobre todo en presencia de aquel arrogante príncipe, odiaba no poder defenderse cuando él estaba ahí. Por un momento había pensado que con el entrenamiento diario que Nam le daba, su encuentro con Taehyung, podría ser diferente al que tuvo en aquella cena.

Y si, lo había sido, había sido diferente, pero había terminado siendo el doble de peor que en aquella ocasión.

—Odio esto—murmuró entre dientes, soltando algunos sollozos en el proceso—odio esto, odio esto...¡Te odio!—dijo y golpeó con fuerza el suelo de la habitación.

No le importaba lastimarse o verse aún más patético, lo único que deseaba era que ese sentimiento de miedo lo abandonará por completo. Quería ser valiente, quería ser fuerte, tal como Yoongi se lo había pedido, pero sentía que no podía serlo. Ya que ni siquiera pudo defenderse de los golpes del alfa y era por eso que se sentía tan miserable.

—Deja de llorar—se dijo a si mismo, limpiando bruscamente las lágrimas de su rostro. —Deja de llorar, deja de llorar...¡deja de llorar!—dijo y apretó sus puños con irá.

¿Porque no dejaba de llorar? ¿Porque no dejaba de ser tan estúpido? Se preguntaba Jungkook.

Y un golpe en la puerta, lo saco de sus pensamientos. Rápidamente intento limpiar sus lágrimas y ponerse algo de ropa que cubriera los moretones, pero cuando intento levantarse, volvió a caer al suelo con un chillido de dolor.

—¡¿Jungkook cariño?!—la voz de Jin sonó del otro lado y el menor intento hablar, pero no pudo hacerlo debido al dolor—¡Cariño voy a entrar!—aviso mientras abría la puerta e ingresaba a la habitación.

Jungkook tembló al encontrarse con la mirada de su padre e inútilmente intento alcanzar el resto de sus prendas para así cubrirse, sin embargo Jin ya había visto todo.

—¡Jungkook! ¡¿Que te paso?!—dijo mientras corría hacia el menor y se arrodillaba hasta quedar a su altura.

—N-nada papá—murmuró el menor luchando por tapar lo evidente. Jin de un rápido movimiento le saco las prendas de las manos y jadeo sorprendido al ver los golpes.

—¿Q-que....?—sus ojos recorrieron el cuerpo del menor, con un pequeño brillo de terror en ellos. —¿Q-que te paso?—pregunto rozando los moretones con las yemas de sus dedos, temiendo hacerle aún más daño.

[CORRIGIENDO] Flor Marchita Where stories live. Discover now