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9 años después

Distrito norte

El camino se encontraba algo oscuro y las hojas de los árboles se movían con bastante insistencia. Al parecer, una nueva tormenta se acercaría del sur y no tardaría en llegar.

Pero nada de eso importaba, al menos no para Jungkook, quién corría por el bosque con total libertad y con una enorme sonrisa en el rostro. Le gustaba correr de noche, el viento en su cara lo hacía sentir vivo, lo hacía sentir como que valía la pena seguir con vida.

—¡Esto es muy divertido! —grito con fuerza, mientras se tiraba sobre un campo de flores y reía por las cosquillas que estás le daban.

Había descubierto aquel campo desde hace unos meses y continuamente lo visitaba. Las flores y su aroma lo ayudaban a relajarse, además de que alejaban su mente de la vida que llevaba.

Había pasado once años, desde que comenzó a formar parte de la familia Kim. En parte, su vida había mejorado, ya no pasaba hambre, ni debía ir temprano al campo a trabajar por unas pocas monedas, sin embargo, no podía decirse que todo era de color rosa dentro del castillo.

Finalmente, Jungkook, se había presentado y tal como Jin apostó, resultó ser un hermoso omega, cumpliendo una de las mayores pesadillas del menor. Ese día, sufrió un fuerte ataque de pánico, que incluso tuvieron que sedarlo para qué dejará de lastimarse y desde ese entonces Jungkook no podía evitar odiarse y odiar el mundo que lo rodeaba, por qué las palabras de Taehyung aún seguían intactas en su piel.

Había veces que pensaba que sí, Jin, no lo hubiera adoptado, su vida sería en cierto punto mejor, estaría con su verdadera familia y no tendría por qué ser comprometido con aquel hombre cruel y despiadado.

Desde el último encuentro, en aquella cena, Jungkook no había vuelto a saber de Taehyung y era algo que agradecía inmensamente, pero aun así, escuchaba algún que otro rumor acerca de él. Rumores que no eran agradables, tanto que prefería simplemente ignorarlos.

—¿Otra vez perdido en tus pensamientos? —la voz de Yoongi sonó por el campo y Jungkook se levantó inmediatamente, buscándolo con la mirada y frunciendo el ceño al no encontrarlo. Finalmente, algo pareció prenderse en su cabeza y dirigió su mirada hacía los enormes árboles, donde un hombre de cabello negro lo observaba divertido.

—¡Hyung! —saludó el menor mientras movía una de sus manos muy animadamente. —¿Hace cuánto está ahí? —murmuró con un puchero en los labios, temiendo que Yoongi hubiera visto el acto tan infantil que tuvo al tirarse sobre el campo de flores y oler una que otra flor que estaba cerca de él.

Yoongi se encogió de hombros, con una media sonrisa en los labios. —Lo suficiente para comprobar que sigues amando las flores —comentó mientras bajaba del árbol de un salto, cayendo perfectamente en el suelo y provocando un sonrojo en las mejillas del menor.

Yoongi finalmente se había presentado, un año después de aquella cena, había resultado ser un Alfa, uno muy apuesto ante los ojos de Jungkook, quién se había enamorado de él.

Al principio no lo comprendía, Jungkook nunca había sentido una sensación similar, la cual aparecía solamente en presencia del alfa. Poco a poco y con algunos consejos de Namjoon, logró descubrir que lo que sentía por Yoongi no era una simple amistad o hermandad como muchos creían, si no, que estaba enamorado de él.

Sin embargo, Jungkook no se atrevía a decirle al mayor sobre lo que sentía, después de todo, Yoongi iba a ser comprometido con Jimin, si así el rey lo decidía, mientras que él... él sería comprometido con Taehyung. A demás de que Jungkook no creía tener lo necesario para pelear contra Jimin.

[CORRIGIENDO] Flor Marchita حيث تعيش القصص. اكتشف الآن