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El cuerpo de Jungkook comenzó a temblar y su mirada se nubló por las lágrimas acumuladas. Su respiración se hizo pesada con cada segundo que pasaba, mientras que su omega se escondía asustado y arañaba para salir de allí.

—Respira—ordenó Yoongi, bastante preocupado por el estado del menor. Quién intento hacerle caso, pero la mirada intensa del príncipe encima suyo no le ayudaba para nada. —No dejes que vea tu miedo Jungkook. Eres fuerte, más fuerte que él ¿entiendes?

Jungkook asintio despacio y cerró los ojos, imaginando las flores del jardín o del campo donde solía ir. Imagino sus exquisitos aromas, las suaves que eran al tocarlas, imagino el sentimiento de libertad que estas le daban y luego de unos minutos, finalmente se sintió mejor, no tanto, pero si lo suficiente para sobrellevar la situación con calma.

—No dejes que él tome el control en esto—dijo Yoongi mientras apretaba su mano en muestra de apoyo.

—S-si—susurro el menor y aclaró su garganta cuando su voz salió algo inestable—Si, no dejaré que lo haga—dijo esta vez con voz firme.

Yoongi asintio y observó al frente, en dirección a Taehyung, quién parecía bastante divertido con la situación y comenzó a maldecirlo entre dientes.

Luego dirigió su mirada hacía Jimin, quién lucía bastante pequeño al lado de su hermano. Y por un momento no se sintió tan mal, su alfa se movía feliz ante el omega hermoso con el que se casaría, pero Yoongi no estaba de acuerdo con ello. Yoongi no deseaba a un omega a su lado en esos momentos, mucho menos alguien tan mimado como lo era ese omega.

Jimin había tenido una vida demaciado cómoda, rodeado de lujos y sirvientes, una vida digna de un príncipe. Por lo contrario, Yoongi desde muy pequeño tuvo que trabajar al lado de sus padres para salir adelante, trabajando en el campo junto a su gente y haciendo lo posible para ganar algunas monedas, aunque con el tiempo y un poco de suerte, el clan Min había prosperado bastante y ahora si, podían darse el lujo de ser uno de los clanes más importantes del imperio, aunque Yoongi no estaba acostumbrado a ello.

Por lo que podía apostar que su relación con Jimin no sería agradable, no sólo, porque ambos eran obligados a estar con el otro, si no, porque también pertenencian a mundos diferentes y eso defintivamente les haría chocar siempre.

Yoongi suspiro y observó aburrido el lugar. Al menos su clan lucía feliz.

—Hyung—murmuró el menor, llamando su atención de inmediato—N-no quiero casarme—dijo con la voz inestable y Yoongi supo que estaba llorando.

—Lo sé—susurro y acarició su mano con cuidado—Lo sé Jungkookie....

—Él es malo...él dijo que....

—¿Que dijo?—pregunto curioso ¿Acaso esos dos ya habían tenido un encuentro? Se pregunto.

—D-dijo que me haría daño....que me haría mucho daño....—susurro y sollozo un poco al recordar los golpes que Taehyung le había dado aquella noche—N-no quiero....No quiero casarme con él, me hará daño....

Yoongi apretó los puños y observó furioso al frente, deseo con mas fuerza arrancarle esa estúpida sonrisa en el rostro, por atreverse a molestar al menor. Pero no era el momento, no podría hacerlo ahora, no tenía las fuerzas necesarias ni el poder que se requería para derribar al príncipe....

Sin embargo, Yoongi sabía que un día, él tendría el poder suficiente para destruir el maldito imperio que los doblegaba....él lo destruiría todo y le daría la libertad que tanto le había prometido a Jungkook. Pero por el momento, ambos deberían agachar la cabeza e intentar sobrevivir.

—Escúchame con atención—murmuró el mayor y Jungkook lo observó enseguida—Tienes que ser fuerte ¿entiendes?....La vida con Taehyung no será linda ni mucho menos perfecta....Pero tienes que ser fuerte, no le muestres miedo, mantente firme en lo que eres ¿si?

Jungkook asintio, aunque realmente estaba asustado y no sabía si podría ser fuerte tal como su amigo se lo pedía, pero intentaría serlo, sólo por él lo intentaría.

—Te prometi que te protegería y así lo haré. Pero deberás entender que habrá momentos en lo que no podré hacerlo—Jungkook asintió estando de acuerdo—pero siempre lo intentaré y algún día te daré la libertad que te mereces...Solo confía en mí....¿puedes hacerlo?—pregunto.

—Por supuesto que sí Hyung—susurro el menor con convicción—Confío en usted y siempre lo haré—aseguró.

Por supuesto que confiaba en Yoongi, él había sido el primero y el único en aceptarlo tal cual era. Yoongi nunca lo había juzgado y en ningún momento intento cambiarlo, como lo hacían sus padres o todos aquellos a quienes conocía. Yoongi era su persona favorita en el mundo y le confiaría la vida si este se lo pedía.

Jungkook lo amaba y lo respetaba como a ningún otro. Realmente deseaba que las cosas hubieran sido diferente, que quizás se hubieran conocido mucho antes de que ambos pertenecieran a los clanes más importantes del reino y quizás y solo quizás podrían haber estado juntos.

—¡Por favor! ¡Un paso adelante a los prometidos!—anunció el consejero del reino, mientras señalaba hacía dónde ellos estaban.

Jungkook tembló un poco, pero luego recordó las palabras de su amigo y junto a él comenzó a avanzar hacía dónde estaba la familia real. Hicieron una pronunciada reverencia hacía el rey, que miraba bastante satisfecho a los dos seleccionados.

—Príncipes—llamó el consejero y ambos se pusieron de pie, para luego caminar hacía ellos. Jimin con cuidado y con la cabeza algo agachada se acercó hacía su prometido, para tomarlo del brazo y saludar al público. Taehyung imitó la acción, pero con un caminar bastante imponente y con una sonrisa arrogante en el rostro.

Jungkook tembló al sentir el tacto del mayor y quiso soltarse de su agarre, pero pronto recordó su ubicación, por lo que simplemente se mantuvo quieto, mientras fingían ser la pareja perfecta.

El público aplaudió entusiasmado, observando a los futuros reyes del imperio e inclinándose un poco hacía ellos. Jungkook divisó a los lejos a sus padres, quienes los observaban con orgullo en la mirada. Lejos de hacerlo sentir bien, esto solo lograba presionarlo aún más. 

—¿No te lo dije cachorro?—hablo Taehyung lo suficientemente fuerte, cómo para que Jungkook solamente lo escuchará. —¿No te dije que serías mío? 

El menor no respondió, solamente asintio con la cabeza, recordando perfectamente lo que había pasado la ultima vez que no le respondió.

—Deberías estar agradecido cachorro—murmuró Taehyung—Si no fuera por mí, no habrías sido seleccionado.

Jungkook deseo decirle que no estaba para nada agradecido y que defintivamente odiaba la idea de ser su esposo, pero sabía que lo pasaría si lo hacía, por lo que prefirió mantenerse en silencio.

Taehyung lo observó curioso, molesto por no ver las facciones de terror en el menor, pero luego sonrio al recordar que tendría demaciado tiempo para hacerlo. Tendría toda una vida para ver el miedo en sus ojos y escuchar su llanto o sus malditas súplicas que él le daría.

Tenía toda una vida para verlo sufrir.

—Vamos a divertirnos mucho cachorro—susurro y observó al frente esta vez—Tendré mucho tiempo para divertirme contigo.























Gracias por lee♡

[CORRIGIENDO] Flor Marchita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora