1

4.3K 481 89
                                    

2 meses después

Distrito norte

—¿Por qué tenemos que ir?—preguntó Jungkook incómodo debido al hanbok que traía puesto. Lo habían obligado a usarlo en esa noche. Era de colores pasteles y resaltaba el cabello rojizo del menor, aunque era demasiado pesado e incómodo para él.

Estaba acostumbrado al estilo simple y sencillo en los hanbok, que los campesinos y artesanos solían utilizar a menudo. Contrario a la vestimenta que ahora debía portar por pertenecer a la clase alta, en la que fue adoptado.

—Ya te lo había explicado —le recordó Jin una vez más, mientras era arreglado por un grupo de sirvientes y elegía de manera cuidadosa las joyas que portaría esa noche. Realmente no quería nada llamativo ni ostentoso, pero tenía que ser lo suficientemente elegante para verse bien. Era el esposo del líder del clan Kim, su deber era encontrarse presentable ante las personas.

—Ahora quédate quieto para que puedan arreglarte —ordenó con la mirada puesta en las joyas que los sirvientes le mostraban, mientras iba eligiendo las que más le gustaban.

El menor gruño molesto, pero decidió obedecer a las palabras del omega.

Dos meses era lo que había pasado desde que llegó al castillo y contrario a lo que había pensado, las cosas allí no estaban nada mal. Jin lo trataba bien, le daba comida, ropa e incluso le había conseguido maestros para qué le enseñarán la cultura y el idioma de esa región.

Jin no se arrepentía de la decisión que habían tomado, Jungkook con el tiempo que llevaba con ellos, había avanzado bastante con respecto a sus clases y modales, dominando el idioma sin ningún problema en tan solo unos días. Estaba seguro, que esa noche, Jungkook sería elegido como uno de los cinco candidatos para ser el prometido de alguno de los dos príncipes. Lo había preparado bien en esos meses y le había enseñado lo que necesitaba saber para ser seleccionado. Podría decirse que tenía fe en el asunto.

—¿Por qué tengo que usarlo?—preguntó el menor. —Es molestó.

La verdad es que si lo era, pero esa no era la única razón por la que se encontraba de mal humor e irritante con toda aquella situación. Se encontraba despierto desde muy temprano, para revisar los últimos preparativos para esa noche y, por lo tanto, no contó con las horas de sueño adecuadas para él.

—Debes verte elegante —le recordó Jin sonriendo un poco cuando sostuvo los anillos que había elegido para esa noche. No eran llamativos ni ostentosos, pero si contaban con pequeños y hermosos detalles a sus alrededores. —No quieres verte feo.... ¿O sí?

Jungkook negó con la cabeza de manera rápida. —No, no quiero verme feo —dijo por lo bajo. —Nunca feo.

—Eso es —dijo con una sonrisa.

El menor no comprendía por qué Jin insistía demasiado en el asunto de verse bonito. Desde que había llegado, él siempre insistía en que debía verse bien y lo obligaba a usar ropa incómoda y costosa. Pero aun así, Jungkook nunca decía algo al respecto, por miedo a ser regañado y devuelto con los hombres malos que lo habían traído hasta allí.

—El señorito Jungkook está listo —anunció una de las sirvientas, minutos después, mientras giraba al menor en dirección al Omega.

Jin lo examinó de arriba a abajo y sonrió feliz cuando le gusto lo que veía. —Perfecto —dijo con una sonrisa. —Te ves muy bien ¿No crees cariño? —Jungkook asintió dudoso y Jin suspiró un poco.

No estaba acostumbrado a rodearse de niños, mucho menos a hacerse cargo de uno, cómo era en ese caso. Y las cosas parecían empeorar cuando el lazo de cachorro y omega no se formó entre ellos, provocando que el omega de Jin comenzará a rechazar internamente al cachorro que habían adoptado.

[CORRIGIENDO] Flor Marchita Where stories live. Discover now