0.28 Dédalo

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La caída lenta e interminable se iba resolviendo en el desenfrenado forcejeo de la memoria.

La incertidumbre controla mi mente.

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4 días antes.

El silencio dentro de los vestidores era bajo y miserable, empero, el silbido apenas audible de una vaga respiración que buscaba atrapar oxígeno, era lo suficiente molesto para resultar estruendoso, pues las feromonas que el alfa de ojos rubíes em...

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El silencio dentro de los vestidores era bajo y miserable, empero, el silbido apenas audible de una vaga respiración que buscaba atrapar oxígeno, era lo suficiente molesto para resultar estruendoso, pues las feromonas que el alfa de ojos rubíes emanaba eran capaces de mantener inerte y a la vez trépido el cuerpo del pelinegro, como si se hubiese encargado de formar una barrera de gravedad que cayera sobre él, obligándolo a permanecer en el suelo.

La impotencia de no poder levantarse comenzaba a perturbar al omega, y aquello era tan claro como la manera en que arrugaba su gesto, detestaba al alfa, sobre todo cuando sus rojos orbes lo observaban desde arriba, gozando de la superioridad que había ganado.

Su cuerpo ya no reaccionaba ante la presencia delante suya y sus dedos no podían hacer más que aferrarse a las gastadas lozas del piso buscando mantener el equilibrio, la sensación de mantenerse allí comenzaba a tornarse borrosa.

El ambiente era denso y los sonidos confusos, claro que la excepción fue el de aquel chirrido que producía la manija de la puerta siendo apenas girada, anticipando la entrada de alguien más a la vejestoria habitación, la dignidad que para entonces le quedaba al pelinegro no era más que una humillación, completamente diferente a la expresión vana del cenizo.

—Bakugo, ¿estás dentro? —la voz de Kirishima se pronuncia a corta distancia y tras unos segundos la puerta es abierta, las agobiantes feromonas que libera el de ojos carmín se han escabullido y han alertado al pelirrojo, que, tras presenciarlas, no ha pensado lo suficiente al entrar—. Hey… ¿qué estás haciendo? —interroga al instante al ver que mantiene postrado a alguien ante él, la rigidez de la figura ajena traza una línea que advierte el límite de pasos que le permite dar, mensaje que su confuso sistema no logra captar.

La tensión que existe comienza a abrumarlo y sin querer, la mandíbula se le ha atirantado antes al interrogar, el omega hincado de rodillas frente a Katsuki no luce mejor que él, el color de su rostro y la facción que trae impostada es suficiente para notar su ira. Él no le dirige la mirada, pero sabe que ha notado su presencia en cuanto ha entrado, la certeza de la idea solo hace que el chico baje más la cabeza, incapaz de seguir oponiéndose a la demandante situación, después de todo, el aroma que desprende el alfa de cabello ceniza, siempre ha sido pesado, casi insoportable, sobre todo cuando se propaga sin control alguno, como ahora.

Además, ¿quién era ese chico? su fragancia es apenas perceptible y, encima, logra presenciar un tercer aroma bajo aquella capa saturada de ámbar y neroli, es sumamente suave, pero no logra distinguirla del todo, tampoco sabe cuál es la razón por la qué ahora él, de aproximadamente 50 personas en el edificio, está ahí, en medio de un problema para el cual no ha sido capacitado, al menos no con alguien que tuviese un temperamento similar al de Bakugo.

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⏰ Last updated: Feb 05, 2023 ⏰

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SEMPITERNO  [Katsudeku]Where stories live. Discover now