0.09 Avenoir

451 69 6
                                    

—¡¿Bakugo?! —el pelirrojo sonrió levantando las cejas confundido por ver a su amigo a esas horas de la noche en la empresa, su aspecto era preocupante—. Escuché que regresaron antes… pero no esperaba verte aquí. Ni siquiera has ido a casa, ¿cierto?

El cenizo no dijo nada y se limitó a tirarse en una de las sillas de espera mientras subía su antifaz.

—¿Dónde está Deku?

—¿Eh? Bueno, lo vi salir hace como 3 horas... querías verlo —soltó eso último en un murmullo.

—Dile a Endeavor que Jiro sigue en la comisaría llenando un reporte. Se me olvidó informar.

—Gracias, se lo diré —estrechó sus labios al ver al cenizo asentir mientras se levantaba con desgana de la silla—. Él está bien, aunque parte de la prensa estuvo por la tarde para dar a conocer su estadía en Japón.

—Pensé que estaría aquí —confesó bajo desviando la vista por la puerta de cristal que solo dejaba ver la calle vacía.

—Cambiaron su horario —respondió haciendo un gesto mientras sacaba de su bolsillo un papel—. Sabes yo... conseguí esto, puedes pensarlo —dijo estirando su mano para dárselo.

—No, no puedo —farfulló devolviendo el trozo de papel antes de terminar de ver su contenido.

—Sólo guárdalo.

—No servirá de nada… no quiere verme, no soporta hacerlo y no sé —dijo haciendo que su voz suene desenfrenada—, no sé si sea repudio, odio o decepción. Lo decepcioné.

El pelirrojo esbozó una media sonrisa negando y después caminó a la puerta de la agencia para abrirla.

—Debes ir a casa y descansar.

[...]

Recorrió su hogar con la vista cansada mientras se dirigía a la ducha; notó un silencio sofocante junto a aquel ambiente gélido que no mejoraba con las luces apagadas, presenciarlo no hacía más que recordarle lo inútil y miserable que había sido e...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Recorrió su hogar con la vista cansada mientras se dirigía a la ducha; notó un silencio sofocante junto a aquel ambiente gélido que no mejoraba con las luces apagadas, presenciarlo no hacía más que recordarle lo inútil y miserable que había sido estos dos últimos años.

Con pesadez arribó por fin al cuarto de baño mientras se miraba al espejo. Kirishima tenía razón, se veía deplorable.

No se reconoció, parecía que estuviera mirando a otra persona, una más mayor, repleta de arrugas, cortes superficiales y manchas, una de esas personas castigadas por lo que creía que eran malas decisiones. Tenía el rostro más afilado, como si le hubiesen quitado un tapón y se hubiera vaciado en parte. Apartó la vista avergonzado de su aspecto, ese donde tenía bolsas grises adornando sus ojos rojos y lucía un tono de piel poco saludable, encima, no se había dado el tiempo de afeitarse desde hace unos días y apenas caía en cuenta que seguía portando su traje en lugar de ropa normal. Su camiseta, principalmente, estaba sucia y rasgada, incluso creía que los pantalones comenzaban a quedarle grandes, tal vez era su físico o su cabeza, aunque para ese punto podría echarle la culpa a esta última, pues ni siquiera sabía dónde había dejado sus guantes.

SEMPITERNO  [Katsudeku]Where stories live. Discover now