0.19 Ravi

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Eres todo lo que necesito en mi mundo.

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1 semana un día antes.

La habitación estaba en completo silencio, lo único que el peliverde podía escuchar era la baja respiración del alfa, tan apagada y a la vez sonando tan suave, siendo apenas audible y resultando como una melodía nostálgica

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La habitación estaba en completo silencio, lo único que el peliverde podía escuchar era la baja respiración del alfa, tan apagada y a la vez sonando tan suave, siendo apenas audible y resultando como una melodía nostálgica. Sus orbes verdes miraban funestamente los ojos frente a él, cerrados tan tranquilamente. Parecía estar más inconsciente que dormido.

Con un movimiento lento su mano viajó a su frente acariciándola mientras liberaba suaves feromonas que ayudaran al alfa a buscar un mejor sueño, aunque, después de todo, su aroma ya no era más brusco; se había vuelto tan delicado que resultaba reconfortante de percibir.

—No sé qué hacer para que esto funcione —confesó, y era la realidad, ¿Cómo podían estar en un punto intermedio sin ceder al impulso de correr a zancadas hacia el otro?

Para el omega, la creencia de que el tiempo curaba todo era lo que le había hecho pasar por cada mísero detalle de su vida. Y se arrepentía. ¿Por qué siempre tenían que ir a los límites? su relación podría haber tomado otro rumbo si no se hubiera empeñado en traer todos los problemas del pasado a su presente, sin embargo, ahora estaba tratando de tomar otro camino, aferrándose a algo que los ayudara a seguir adelante, uno al lado del otro.

Apoyó ligeramente su mano en la cama para acercarse más a su rostro y ver las heridas en este, ahora con la luz del cuarto encendida podía ver mejor el daño a su piel, habían moretones por doquier y algunas heridas abiertas se pronunciaban en su boca y mejilla, además, de su nariz descendía un camino seco de sangre que llegaba hasta las comisuras de sus labios.

—Pensé que podía confiar en él al decírselo —dijo levantándose lentamente de la cama mientras lo miraba, tenía que buscar algo que lo ayudará a mejorar el aspecto del mayor. Debía doler mucho.

Lo primero que hizo fue buscar algún kit de primeros auxilios que seguramente el rubio guardaba en el baño, pues él sabía que era una costumbre que el alfa tenía. Unos cuantos minutos bastaron para que regresara a su lado con un recipiente lleno de agua y una pañoleta en la mano, buscó algunas pomadas, algodón, alcohol y vendas, así como hielo y otras cuantas toallas que sabía necesitaría.

Con delicadeza pasaba el paño completamente húmedo sobre su piel, el trapo blanco había tomado un tono rojizo y marrón, y cada vez que lo pasaba podía ver mejor la extensión del daño. Cuando terminó de limpiar el líquido férreo, pasó la bolsa de hielo por cada parte inflamada que veía, lo retiraba cada cierto tiempo y volvía a repetir la acción. Una vez terminó, colocó las pomadas en sus heridas y luego los vendajes de algodón por encima.

El estado había mejorado, o tal vez solo era por los parches que cubrían su rostro y de esa forma no podía ver el verdadero aspecto qué poseía. Pero estaba satisfecho, a pesar de que en ningún momento el cenizo se movió mientras lo atendía y eso lo inquietaba.

SEMPITERNO  [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora