SEMPITERNO [Katsudeku]

0.08 Mermar [PASADO; Parte II]

En el amor hay 5 etapas de duelo:

Negación.

Ira.

Depresión.

Negociación

Aceptación.

Sé que es algo sentimental, pero amor es pasión, obsesión. Simplemente "no se puede" vivir sin ese alguien.

Y si tienes "suerte", si eres de las personas más afortunadas en el mundo... El destino encuentra a alguien que pueda amarte de la misma manera en que tú decides hacerlo.

El mejor amor es aquel que despierta nuestra alma y planta una flama en nuestro corazón, te da una razón para seguir, aún si amar no necesita de una.

Sabes, tú dijiste que formamos mejores momentos que algo "destinado". Me lo decías a mí y se lo decías a todo el mundo.

«Dijiste muchas cosas… hiciste muchas promesas».

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Aún sentado y con la mirada desorientada llevó su mano al rostro pasándola por sus pecosas mejillas que ahora estaban húmedas, dándose cuenta que aquel momento en el que había perdido la noción del tiempo, sus emociones habían hecho de las suyas con su mente divagando en mil recuerdos.

Pero sólo se encontraba ahí por dos razones.

La primera era recordar ese momento, pues resultaba la mayor razón para no dudar.

¿Y la segunda? Terminar con todo.

—Se supone que eras diferente —negó con la voz quebrada mientras tomaba la parte superior de su camiseta para secar sus ojos vidriosos y después se obligó a forzar en su rostro una sonrisa —que había terminado siendo más fría y triste que otra cosa—, al presenciar el sonido de varios pasos apresurados que se aproximaban. Al hacerlo su vista deparó en un retrato que se situaba sobre la pequeña mesa frente a él, tragó en seco mordiendo su labio, se sentía tan humillado, tan roto.

—La última vez dijiste eso.

«"¿La última vez? "». Logra escuchar y siente que un nuevo camino salado se ha formado en su rostro, ¿cómo había pasado esto? Piensa estrechando sus labios que forman una curva caída, y no pretende moverse en lo mínimo al escuchar ser llamado por esa voz que en esos momentos comenzaba a agrietarlo aún más.

—¿Terminaron? —cuestionó con claro desagrado e ironía en su tono al decirlo.

El color en el rostro del cenizo ya se había desvanecido y con apenas unas audibles palabras el pecoso escuchó de su voz entrecortada un —Largo de aquí— seguido de un reproche por parte de aquella voz aguda.