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Entro a mi casa y me acerco a la ventana. Él me ve y yo me escondo detrás de mi maceta. Estaba esperándome?
Me sonríe y yo me río estúpidamente. Algo así como jejepufaja, repetidas veces. Me enderezo y me quito la gabardina. Él me silba y yo ruedo los ojos.
Vaya que es coqueto.
Me hace señas que no comprendo y digo: -Ah, sí, sí, claro. Cómo sea. No entendí...
-QUE... VAYAS... ABAJO!! - grita.
-LARA JEAN, CÁLLATE. -Erick.
Qué nunca trabaja?
Holgazán metiche.
-NO FUI YO!
Evan me frunce el ceño, no entendiendo lo de "no fui yo".
-YA VOY!
Nos asentimos repetidas veces, sin saber a qué hora o momento bajar, hasta que él hace la cuenta: -UNO... DOS... TRES!
Corro hacia la puerta, girando mi cabeza al mismo tiempo en el cual él lo hace, me sonríe tímidamente y yo me ruborizo.
En el ascensor, voy riendo como idiota y viendo mis pies. Mis calcetas son color verde esta vez, con corazones rojos. Ya sé, ya sé, y sí. Me pongo mis calcetas porque sé que a él le gustan. Llevo una semana usándolas y cada vez que veo unas me las compro. Fay me ha dicho que parezco nerd con mis calcetas altas y yo le digo que traduzca más rápido. Buena excusa.
No sé por qué a él le gustan mis calcetas pero me las pongo. Llevo mis botines negros y un vestido.
Cuando salgo del ascensor, me dirijo como si fuera a la piscina y lo veo esperándome en una silla.
-Qué lento corres. Apresúrate!
Corro a su lado y él me agarra de la mano. Me sentía como una niña cuando hacia eso. Y peor si me llevaba jaloneando. Como ahora.
-Suéltame, ya puedo yo...
-Sabes que no te haré caso, cierto?
-Sí... - dije lentamente.
Él me sonrió y me llevo al otro edificio. Esperen... era a su casa?
-No, no. No.
Paré en seco pero él siguió caminando, arrastrándome. Mis botas sonaban "crisshhhh" mientras se arrastraban por el suelo. Cuando el suelo pasó de ser liso a piedras, él se desesperó y me agarró de la cintura fuertemente.
Gruño y lo alejó pero él es más fuerte que yo, por lo que me acerca y me lleva de la cintura, mis pies arrastrándose.
-No seas así! Suéltame. No quiero ir a tu casa.
-Como si me importara.
Llegamos al ascensor y yo jadeaba. Diablos. Me estaba tocando la cintura!
Comencé a reír diabólicamente y él me miró con una sonrisa pequeña.
-Vas a darme comida? Si me das comida, me quedo.
-Te quedarás hasta que yo diga, pero sí. Te daré comida. Incluso te compré un pie de limón. Quieres pie de limón?
Me gustó lo de pie de limón. Ahora, lo de quedarse hasta que "yo diga", no.
Pero me tenía cuando pronunció pie de limón.
Se me hace agua la boca sólo de pensarlo.
Ñam.
-Deja de sacarme la lengua como si mueres de sed.
Meto mi lengua y le sonrío. Él se pasa una mano por el cabello casi rubio y yo me fijo en sus ojos. Son café rojizo. Que guapo es.
Me arrastra un poco más, fuera del elevador y entramos a su apartamento.
Wow.
Qué...
Masculino.
El piso es de madera, las paredes color crema y no tiene ningún cuadro de él, sino que sólo de fotografías en blanco y negro en una pared y en otras partes, unas cuantas de colores.
Sillones de cuero dignos del trasero de gato sexy... y no tiene televisión.
Sí.
Así como escuchas.
Veo la puerta para el balcón y salgo... o lo intento.
Gato sexy me toma del brazo y me jala.
-No, no, no, no, no. Nada de eso. No quiero que veas mi centro de espionaje.
Esperen...
Qué caba de decir?
Me logro escapar, después de forcejear y pegarnos, y veo un trípode y una cámara profesional. Logro ver algunas fotografías de mi ventana pero mi miopía no me deja ver nada más.
-Ven aquí, Lara Jean. Ven aquí.
Forcejamos un rato hasta que logra de nuevo tomarme de la cintura con su enorme brazo y jalarme hacia lo que sería para mi, en mi casa, mi cuarto vacío.
Entramos y es un cuarto oscuro.
Vale, esto es genial. Lo admito.
Gato sexy, Evan, es fotógrafo.
-Vas a tomarme fotos desnuda?
Él me suelta y me mira, pero sólo logro ver sus ojos porque está todo oscuro.
-Vale, lo siento.
-Ojalá pudiera pero ya tengo a alguien para eso.
Eh.
A qué se refiere?
Diablos.
Diablos.
Qué quería decir con eso?
Qué significa ojalá?
Ojalá?
Si lo repites demasiadas veces en tu mente comienza a sonar raro.
Ojalá.
Me hace entrar al cuarto y cierra la puerta.
-Juro que la dejé por acá.
-Qué cosa?
-Mi guitarra. - contestó él con voz de "obvio"
Lo ignoro y veo la oscuridad.
-Enciendo la luz?
-Se arruinaran mis fotografías.
Me siento rara, incomoda, por lo que encojo mis manos y las mantengo cerca de mi pecho.
No toques nada, Lara Jean.
NADA!
-Aquí esta.
-Cuál?
En lugar de responderme, él me llevó de nuevo de la cintura a la sala. Me sienta en el sillón con un poco de fuerza y se sienta en el suelo, frente a mi, con su guitarra acústica.
-Quiero que escuches y me digas si te gusta y esa mierda.
-Vale.
Comenzó a tocar y rápidamente reconozco More Than Words. Él está viendo su alfombra.
No canta la canción, pero yo comienzo a tararearla, moviendo mi pie de un lado a otro.
Simplemente escucharlo hace que mi corazón se vuelva loco, mi estomago se quedó a tres metros sobre mi, porque... Diablos.
Cuando termina me mira de manera extraña. Yo suspiro y me ruborizo. Que guapo es.
Tuerzo mis ojos y él sonríe.
-Está linda, me gusta, y esa mierda.
-Que bueno.
-Y a quién...?
-Sólo haré el sonido para una amiga... Mm... Amiga mía.
-De acuerdo.
Nos miramos un momento incómodos y luego él se levanta y se va a la cocina.
-Pie de queso. Pie de limón. Tres leches. Cual quieres?
-Pie de limón. Y queso.
Sigo tarareando la canción de More Than Words cuando él llega con un plato pequeño y apenas dos pedacitos de pastel.
-Es tan poco...
-Sí, pero no quieres que te ande rodando por la casa, no?
Diablos.
Él era cruel cuando se lo proponía. Tal vez esté un poquito gordita. Dos kilos extra o seis pero... aún no se me nota, cierto?
Ah, cómo desearía ser como las modelos de Victoria Secret.
Mi cabello no brilla demasiado, mis ojos no son azules y mis pechos no son demasiado pequeños. Son tan grandes que parezco hipopótamo. Cuanto odio a mi abuela por eso. Si tan solo las tuviera tres o cuatro tallas menos no me costaría correr tanto y pudiera hacer ejercicio.
Okay, eso no es excusa, Lara Jean.
Él me sonríe de una manera muy coqueta y yo muerdo mi labio mientras lo veo sentarse a mi lado y pasar un brazo por mis hombros. Me ve con ojos brillantes, dandole vueltas a un mechón de mi cabello.
-Te ves linda hoy. - alcanza mi bota y me la quita a pesar de que intento alejarlo y comienza a juguetear con mis calcetas.
Diablos.
Amo cuando hace eso!
-Lara Jean, no hagas tu baile de la victoria cerca de mis nalgas.
Sonrío y él aprieta mi tobillo.

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Aw
Perdón por tardar!
Es que tengo otro libro que hacer y no quiero perder a mis lectores.
Perdón.
Pero ya les traje el capítulo.
Lara me acaba de decir que deben comentar y votar para que siga haciendo idioteces.
Háganle caso a Lara sabia Jean.
P.K Martínez.

Mi Amor de Ventana      #Wattys2015Where stories live. Discover now