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No. No cuesta nada intentarlo.
-Entonces ven, Lara.
Ah, no puedo. Hombre, qué le sucede a Giulio? Me alejo de la orilla de la piscina y luego me acerco corriendo, para luego parar justo al final.
-Ah, vamos, Lara Jean.
-No. Puedo. - eso fue un chillido?
Sí.
Tengo miedo.
Aprieto mis nalgas y me alejo de la orilla. Corro de nuevo, pero esta vez no pienso nada y salto. Suelto un grito y siento los fuertes brazos de Giulio sostenerme.
-Tan gritona. Fue sólo como metro y medio.
-Está muy hondo. Mucho.
-No te preocupes. Yo puedo tocar el suelo.
-Porque tú mides dos metros!
-No - se quejó él. -1.96.
-Ja, da igual.
-Estoy de puntillas, si eso te hace sentir mejor.
-Suéltame. -jadeé y él lo hizo.
Comencé a flotar y luego nade hacia abajo y vi sus pies. Ya no estaba de puntillas, sino que estaba flotando.
Salí y le sonreí.
-Eres toda una bailarina. -dije, apretándole la nariz.
Él me frunce el ceño y veo cómo una pelota de colores raros se acerca directamente a mi rostro.
-Oh, no...
PLAF!
Arde. Ah, diablos, arde.
-Perdona, Lara Jean!!
Abro mis ojos y veo cómo Evan se acerca. Ah, hombre, mátame ahora. Qué le sucede a Evan, con venir con el pecho descubierto?
Espera.
Concéntrate Lara Jean Langum!!! Acaba de golpearte la cara tan fuerte que seguramente tienes la cara como un trasero!!
-Hombre, qué imbécil! - ese es Giulio. -Y qué jodida tu puntería.
Asiento, estando de acuerdo pero con una sonrisa idiota en mi cara. Seguramente parezco retrasada mental. Ya puedes imaginarme, con un labio más arriba que el otro y un ojo más pequeño con mi nariz abierta en su totalidad dejando ver todos los mocos que olvidé quitarme hoy. Ah, hombre.
-No, no. Mi puntería es perfecta.
Sonrío como estúpida y luego me doy cuenta de lo que dijo. Qué quiere decir? Quería golpearme? Y si quería, por qué me golpeó tan duro? Tal vez hubiera aceptado uno menos duro.
-Qué? - pregunto con voz apagada y extrañada.
Él me sonríe con ternura y se para frente a mi.
-Nada, cariño. Ven aquí. Te llevaré a tu departamento y ahí podré cuidar correctamente de ti.
Esperen. Qué?
-Mm. No lo creo, Gato sexy.
-Es verdad, idiota. No te llevaras a nadie de aquí. -dijo Giulio, alzándose en toda su longitud.
-Ja. Definitivamente no. Tú eres Nadie. Ella es Lara Jean.
Giulio frunció el ceño, supuse que tratando de descifrar lo de Nadie. Evan aprovechó ese momento para cargarme en ambos brazos y nadar a la orilla. Yo estaba como estúpida, sin hacer nada, viéndolo y tratando de averiguar qué era lo que tramaba.
En mal momento lo descubrí. Él ya me llevaba hacia su edificio y comenzaba a secarse. Luego me tiro su toalla apestosa (a maravillas, pero por decir alguna grosería. Rayos, el hombre huele ridículamente bien. Perfecto. Pero, regresando al tema...) me limpio con su toalla y entonces sé por qué me golpeó. Sé por qué me lleva en brazos y sé adónde me lleva.
Me golpeó porque quería tener la excusa de separarme de Giulio, llevarme con él y luego regañarme como un idiota por juntarme con Giulio.
Lo sé.
Simplemente creo que mi instinto de mujer despertó.
O... me golpeó porque quería lastimarme porque no le hice caso con lo de juntarme con Giulio.
Creo más la última.
Yo, Lara Jean, le gusto a Gato sexy?
Bailo mi baile de la victoria porque puede que sea posible. Aunque sea un poco. Tal vez haya una micra de posibilidad de que le guste!! Le gusto!? Sigo moviendo mi trasero con rapidez y energía.
-Odio cuando haces tu baile de la victoria sobre mi. Ah, Lara Jean. Te lo advierto, vas a caerte. Estas toda mojada y vas a resbalarte...
Efectivamente.
Ese hombre era brujo.
Aléjate de mi!! Cruz.
Mi culo duele y lo miro desde abajo cuando él se agacha para recogerme. Ah, que dulces pueden ser sus manos, a veces claro. Definitivamente no cuando te golpean con pelotas. O te sueltan de sus brazos...
Me agarra de la cintura y me pega a su cuerpo para luego acariciar mis nalgas.
EH!!
Me alejo de golpe y lo empujo.
-Idiota!
-Ah, pero que...? Cariño, lo estaba haciendo porque creí que te dolía.
Ja. Como si fuera a creerle. Es hombre! Incluso yo me he aprovechado y sé que no pensaba en "ah, voy a sobarle su nalguita" cuando lo hizo.
No, no, no.
Inaceptable. Nadie toca mis nalguitas.
-No me veas así! Como diciendo "aprovechado".
-Lo...- comienzo a decir.
-No! No lo soy. Es verdad! Te estaba...
-Vale, cállate ya. Llévame a mi departamento.
Él me frunce el ceño, me envuelve en su toalla y me carga.
-Qué haces?
Obvio. Me lleva a su casa. Pero no quiero!!
O...
Quiero?
-Gato sexy, bájame ahora mismo.
-Vaya, casi pareces enojada. Inténtalo otra vez, cariño.
-Bájame, Evan.
-Mm. No. No me convence, nena.
Entramos al ascensor y este se mueve.
-Te puedo prestar una ropa, si quieres.
-No entiendo por qué me estás llevando a tu departamento.
-Simplemente... se me ocurrió. Fin de la historia.
Lo veo atentamente y él me sonríe de lado.
Tengo un moco.
Que no me vea!! Ah, evita el contacto visual.
Mira! Que interesantes son tus pies. Súper bonitos. Sí.
-Lara Jean...
Lo ignoro y sigo viendo mis pies, moviendo mis dedos.
-Lara Jean!
Lo veo, confundida. Estamos frente a su puerta y me ve frunciendo el ceño.
-Necesito abrir la puerta.
-Ah, claro. Dime en dónde están las llaves.
-En el bolsillo trasero, pero para que bajes...
Comienzo a buscar las llave y abro la puerta. Él suspira, un suspiro que suena como "Ah, Lara Jean, nunca serás normal"
Yo le frunzo el ceño pero él me suelta en el sillón y se va, por lo que no me pudo ver. O si lo hizo, no me prestó atención. Me levanto y siento un dolor en mi nalga. La aprieto para tratar de quitarme el dolor pero no funciona. Voy a la pared de enfrente del sofá y veo las fotografías.
Todas son en blanco y negro, hay muchísimas fotografías. Veo el balcón y también a Gato sexy que está en la cocina buscando algo en los estantes. Me acerco, pegada a la pared como una "espía" y llego al balcón. Hay un trípode con una cámara profesional y una mesita donde hay un libro y sobre el libro, sus anteojos. Me los pongo y veo mejor de lo que veo sin anteojos. Wow, que claro es el mundo. Siento como si estuviera viendo agua pura y clara. Me han lavado los ojos?
Me acerco a la cámara y la enciendo. Veo mi ventana, mi plantita con su maceta destartalada y una pequeña flor. También veo mis binoculares. Ah! Me espía!! Sí!!!! Comienzo a dar pequeños saltitos.
-Te dejo en el sofá y apareces aquí, con mis anteojos y viendo tu casa como si no la hubieras visto hace una hora? Vaya que estas mal, Lara Jean.
Me giro y le frunzo el ceño.
-Fuiste tú quien puso la cámara aquí.
-Ja, sí claro.
-Sí!! Eres un mentiroso. Tú tenías tu cámara apuntando a mi casa.
-Okay, como quieras.
Lo veo con la boca abierta y entro a la casa con pasos fuertes.
Idiota, idiota, idiota. Como si fuera loca! Para qué querré yo ver mi casa!? Era él!! Él!!
-Hey no te vayas! Te hice comida...
-No quiero. Debo bajar seis kilos y ya voy tarde para preparar mi horario...
-De qué?
Ballet!
-De... nada. Sólo ya me tengo que ir.
No quiero hacerme la interesante y decirle que voy a ir a clases de ballet de nuevo. A intentar. Mi rodilla tal vez no me deje pero con mi expediente tal vez me acepten.
-Y no creo que mañana pueda ir contigo...
-Ah, no. Eso no. Cállate y yo te recojo mañana. De tu trabajo.
Abro la puerta y él me toma de la mano. Me besa la mejilla con una hermosa tierna sonrisa en sus sexys labios y me cierra en la nariz.
Mi mejilla se siente dichosa. Ah, paz mundial. Lindos labios. Mejilla.
-Hey! - le gruño.
No abre. Ya lo sabía. Idiota. Pero lindos labios en mejilla mía. Sí. Creo que hablo como Yoda.

::::::

Ya!!
Voten y comenten qué les pareció!

... tal vez suba otro capítulo hoy.
P.K Martínez.

Mi Amor de Ventana      #Wattys2015Where stories live. Discover now