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Muerdo mi chocolatina y me acerco más a la ventana. Algún día, si sigo así, me caeré del doceavo piso y tendré una muerte muy miserable. Y no habrá cuerpo al que poner guapo para el funeral y...
Se mueve!
Se acercó a la ventana... Se acercó a la ventana. Me inclino y achino mis ojos y lo veo ver hacia abajo, al parqueo.

CLACK.

Me alejo cuando escucho la puerta abrirse.
Quién es? Diablos.
Corrí al sillón floreado y me tiré. Mi cara cayó en alguna madera y se torció para la derecha, por lo que cerré los ojos para hacerme la dormida.
Joder, duele mucho.
Me está sangrando la nariz...?
-Levántate. No has visto tu casa? Y ese sillón, aún lo conservas? Parece de los años 60.
Mi madre.
Ella fue quien me dio mi sillón. Y me gusta. Sólo falta limpiarlo.
Arrugo mi nariz por el dolor y me despego unos mocos con el movimiento.
-Lara Langum, levanta tu trasero del sofá ahora mismo!
Vaya.
Sí que está enojada la pitbull.
Abro mis ojos y le frunzo el ceño.
-Déjame dormir. - hago mi voz "ronca" para que piense que estaba dormida.
Piedad, madre. Es mi casa!
-Oh, pobre. Ayer debiste haber cargado mucho, no es así? Pues hoy es otro día. Ya casi tienes todo arreglado, pero falta todavía. Donde pondrás tu escritorio? Y tus libros? Vaya, que grande es aquí - la voz de mi madre se fue alejando poco a poco.
Levanté mi cabeza con rapidez, por lo que me dio un calambre en el cuello y en el hombro izquierdo.
Me siento con lentitud y veo que mi madre está en lo que próximamente será mi cuarto de estudios, sale de ahí con una cara confundida.
-Compraste libreras.
-Algo debo hacer por todos mis libros. En casa, los tenía con los de Jena.
-Sí. La rubia.
-Seh...
-Tu cuarto parece de 1690.
Ella qué sabe de 1690? Acaso tan vieja se cree?
-Y leo mucho, Lara. Nada de decirme vieja.
-Sí, como sea. - dije con lentitud y mis ojos muy cuidadosos.
No la veas a los ojos.
No la veas a los ojos.
Los basiliscos pueden matar de una mirada.
-Lara Langum!
-De acuerdo. Bien. Ya voy.
Odiaba hablar tanto cuando me ponía nerviosa. Como ahora.
De acuerdo, bien, ya voy, sólo faltaba que dijera "claro, sí, bueno, okay"
Lara, Lara, Lara.
Me regaño mentalmente mientras me paro. Agarro mi planta y la pongo en el alféizar de nuevo. La había quitado ya que necesitaba espacio para ver bien al hombre sexy.
Suspiro y me giro hacia mi madre, está revisando mis facturas del apartamento.
Espera un momento.
Esas no son mis facturas. Son mis cartas! Mi diario!
Vieja metida!
-Mamáááá!
-Ya vale, vale. Está bien. Todo bien. Mucho. Claro. Sí.
Mi mamá se pone igual que yo cuando está nerviosa.
Me acerco a ella, le quito mis cosas y me voy a mi cuarto.
Los pongo debajo de mi colchón viejo ya que sé que ni loca mete las manos en mi colchón. Simplemente porque parece paja. Pero para mí es cómodo.
Observo mi trabajo y me enorgullezco. Quedó genial. Mi cama está en el centro del cuarto, mi armario enorme y de madera está inclinado en la esquina, el piso de madera lo pulí ayer mientras miraba al chico guapísimo y quedó súper brillante.
Muy bien hecho, Lara.
Te mereces otra chocolatina.
Agarro una de mi mesa y me la meto a la boca de un bocado.
-Deja ya tus modales de cerdo.
Miro a mi madre con mis ojos entrecerrados.
Me tiro al suelo y comienzo a rodar. Ella grita y me alega de que me levante. Yo saco mi lengua y lamo el piso. Un largo lametón en el suelo.
-Agh, que asco! Lara Jean Langum
-Vale, ya. Ayúdame a pasar mi escritorio a mi estudio. Y a poner todos los adornos en la cocina para luego... ponerlos?
-Colocarlos. Claro. Ven y ayúdame que no puedo cargar menudo escritorio yo sola.
Mi madre tiene sus brazos flacuchos y... básicamente todo en ella es flacucho.
Mala genética.
Gracias a mi padre no salí del vientre de mi madre así. Como ella.
No soy nada interesante.
Me acerco a la ventana en donde se encuentra mi planta (Y el gato sexy) y agarro mi escritorio. Mi madre se acerca al otro lado y agarra el otro extremo del escritorio. Cargamos hacia el estudio (Yo cargo, pero sería muy mala si no la dejase hacer nada) y lo colocamos cerca de la ventana. En esta ventana se ve la granja y bosque. El balcón está en el otro extremo del cuarto (Ese apunta hacia su balcón) y se ve el enorme edificio de apartamentos. Este condominio me gusto por ser nuevo (Y barato) de dos edificios, el primero es el más grande... de apartamentos más grandes y el otro es más pequeño. Yo vivo en el grande. Vi el edificio II y no me gustó. Yo necesito un enorme lugar para mis cosas. El II era sólo de una persona o dos, tal vez.
En fin.
Comienzo a meter mis hojas y lapiceros en mi escritorio (Sólo los tengo para hacer bulto) y termino rápidamente.
Mi madre está pasmada en el balcón, las puertas francesas aún cerradas.
Las abro, no por ella, sino porque quiero husmear por si está el guapísimo gato sexy.
Gato sexy.
Gato sexy?
A veces tengo unos horribles pensamientos de apodos.
-Mira esa piscina. Allá arriba...
-Lo sé. Después podemos ir.
-Y la de abajo es más grande aun.
-Lo sé.
Un pensamiento hizo que me removiera incomoda. Si iba a aquella piscina de abajo habría alguna posibilidad de que me lo encontrara nadando como todo un gato sexy y revolviéndose?
Me ahogo con mi saliva.
-Hija, ya te he dicho que no mantengas el chocolate en el cielo de la boca.
Tiene razón. Niego con la cabeza y una sonrisa maniática se forma en mis labios.
Comienzo a gritar y correr hasta llegar a la cocina, salto y toco el techo.
Tengo una muy genial idea.

Debo conseguir trabajo.
Sí. Gran idea.

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Quien no pensó que iba a decir "Tengo una gran idea, pongámonos el bikini"
Jajaja
Qué les parece Lara Jean Crazy Langum?

Voten y comenten.

P.K Martínez.

Mi Amor de Ventana      #Wattys2015Where stories live. Discover now