Love Song.

Capítulo 2.

–¿Cómo estuvo el primer día de orquesta?

Richard ponía los platos sobre la mesa en su nuevo y lujoso departamento, por suerte había decidido no vivir muy lejos de mí.

–Estuvo bien.

Fue lo único que pude decir, no quería que comenzara a preguntarme nombres para que después fuera a buscarlos, ya no estaba en secundaria y no quería que mi hermano mayor saliera corriendo a defenderme todo el tiempo.

–¿Sólo bien? En todo el verano no te podías callar de la emoción y vas a decirme que "sólo estuvo bien"

Asentí, me conocía demasiado bien.

–¡Hola Sophie!

Interrumpió Lucy, la novia de Richard, vivían juntos desde hacía unos meses pero eran novios desde hacía unos cuatro años.

Lucy es mi mejor amiga después de Richard, es reportera en un programa de noticias local. Pelirroja, alta, esbelta y hermosa, ella definitivamente es la chica perfecta para Richard.

–Hey Lucy, vi tu reportaje de armas en las escuelas.

Lucy puso los ojos en blanco.

–Vamos no te burles, ¿qué tal fue todo hoy en la orquesta?

–Estuvo bien.

–¿Bien?

Preguntó Lucy de la misma manera en la que lo había hecho Richard.

–¿Podemos no hablar de esto por favor?

Ambos asintieron y seguimos poniendo los cubiertos sobre la mesa y cenando mientras escuchábamos una historia asquerosa del hospital de Richard.

–Chicas tengo que irme, esta noche tengo guardia.

–Sería bueno que yo también me fuera, se me está haciendo tarde para tomar el bus.

Me puse de pie pero Lucy me tomó de la mano.

–No te vayas Sophie, es tarde y sabes que puedes quedarte aquí a dormir.

Asentí sin pensarlo dos veces, lo último que quería era verle la cara a mi compañera de mi cuarto.

Richard se despidió de nosotras y finalmente nos quedamos solas.

Ayudé a Lucy a limpiar la mesa, después cuando ella lavaba los platos y yo le ayudaba a secarlos me habló en voz baja.

–¿Qué fue lo que paso en el ensayo?

Suspiré con fuerza, acomodando los platos en la repisa. Le conté todo lo que había pasado mientras ella me escuchaba con atención.

–Lamento que hayas tenido que pasar por eso, las personas son idiotas.

– Está bien Lucy, ya estoy acostumbrada.

–¡Claro que no está bien!– Chilló Lucy– Nunca deberías acostumbrarte a que alguien te trate de esa manera. Eres hermosa Sophie, mereces darte cuenta.

–Gracias.

La abracé, esta era una de las razones por las que adoraba a Lucy.

–Bien ahora dime, ¿Cómo es el director? Había escuchado que era joven... Sophie ¿por qué estás tan roja?

–¡No estoy roja!

–¡Oh por dios! ¡Te gusta! Dime ¿cómo es él?

Negué con la cabeza.

–Es muy guapo no lo voy a negar, pero tiene algo... no sé, tal vez haya sido el hecho de que me defendió de todos, pero hay algo en el que lo hace tan... masculino.