17

516 129 33
                                    

El hombre no respondió nada en absoluto

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.

El hombre no respondió nada en absoluto. Su rostro comenzó a palidecer desde lo último que le había dicho.

—¿Qué? —preguntó aún con la misma expresión sorprendida y desconcertada.

—No te hagas —se quejó Hoseok—. Sé que te gusto. Estás siguiéndome desde la última fiesta. Te recuerdo.

—¿Me recuerdas?

—No sé como hiciste para averiguar mi nombre o por donde vivo pero estoy seguro que fue de alguna forma turbulenta porque sé que jamás hablamos, solo te vi mirándome toda la noche. Eres un acosador. Y estás acosándome porque te gusto —acusó con firmeza y mirándolo a los ojos sin miedo alguno aun cuando lo siguiera asustando por dentro todo él—. No tengo dudas.

La expresión del contrario se volvió ilegible, ahora no estaba sorprendido pero tampoco se le veía ningún tipo de emoción.

—Estás equivocado.

Hoseok entrecerró los ojos y susurró molesto: —¡Estás mintiendo!

—No me gustas y no te estoy acosando, simplemente pasaba por aquí —respondió sin titubear pero Hoseok no le creyó—. Y si hablamos. Deberías no beber hasta perder la consciencia, ¿no te enseñaron eso tus padres... niño?

Otra vez se enojó por ser llamado de esa forma tan humillante.

—¡Ya soy un adulto independiente! —protestó como todo un adolescente rebelde sin darse cuenta.

—Si, por supuesto.

—¡Tú...! —Sin darse cuenta había gritado eso. Entró en pánico y miró a todos lados sabiendo que su hermano podría haberlo escuchado.

—¿Qué? ¿El señorito independiente tiene miedo que su hermano lo haya escuchado y venga a retarlo por hablar con extraños? —preguntó el contrario con clara diversión.

Y Hoseok quiso golpearlo. Pero en vez de eso, agarró de la muñeca al más alto, sin miedo alguno, y lo jaló hasta un lugar que su hermano no podría encontrarlos. O, bueno, al menos lo intentó porque el hombre no se movió, ni siquiera se inclinó al menos un poco cuando Hoseok intentó jalarlo.

—¿Qué crees que haces? —preguntó aquel hombre, mirándolo como si fuese una hormiga insignificante que apenas lo rozaba.

—¿Qué...? ¿Cómo...? ¿Cuánto pesas? —soltó entre impactado y desconcertado, agarró de nuevo la muñeca contraria pero esta vez con ambas manos y tiró de él. El hombre apenas dio unos pasos hacia donde quería llevarlo pero casi podría jurar que solo lo hizo para hacerle creer que no era exactamente una especie de ser humano con una fuerza sobrenatural—. ¿Cómo es que...?

—Suéltame —ordenó mirándolo desde su altura, sin gesticular nada—... o te denunciaré por acoso.

Hoseok lo soltó de inmediato casi jadeando incrédulo: —¡Tú eres el que me está acosando!

Príncipe de la Oscuridad [ vhope ]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu