Capítulo 41. FINAL

4.6K 178 4
                                    

Ella se acercó a mí y me apoyó contra la pared.

—Daniela...

—Shhh... —Me miró a los ojos fijamente y me inclinó la barbilla para llegar a mis labios—. Señora Calle..., no se imagina las cosas que he querido hacer con usted. —Me besó tan a fondo que se me debilitaron las rodillas, y cada nervio de mi cuerpo volvió a la vida al instante.

—Daniela, quiero ir a la recepción... —dije sin aliento.

—Después. —Se puso a mi espalda y me bajo la cremallera del vestido—. He esperado demasiado tiempo para esto...

Me quedé quieta mientras me desnudaba lentamente, bajándome el vestido hasta que formó un charco blanco y esponjoso en el suelo.
Me pasó las manos por el corsé de satén, dedicándose a desatar muy despacio cada uno de los ganchos. Cuando la prenda estuvo en el suelo, se inclinó hacia mi cintura y cogió el borde de mis bragas con los dientes para tirar de ellas hasta que se unieron con el resto de mi ropa en el suelo.
Luego se incorporó y me miró a los ojos, mientras me decía en silencio que la desnudara.

Feliz de obedecerla, le deslicé la chaqueta por los hombros y le desabroché los pantalones, lo que me demostró que estaba más que dispuesta para hacer el amor conmigo. Le abrí la camisa poco a poco, y también se la bajé por los brazos.
En cuanto su vestimenta cayó al suelo, me cogió en brazos y me llevó hasta el sofá de cuero, donde me tumbó con ternura. Cubrió mi cuerpo con el suyo y, aunque llevaba semanas esperando ese momento, vaciló. Luego me rozó los labios con los suyos mientras me miraba a los ojos.

—Eres mía, María José... —susurró—. Dime que eres mía...

—Soy tuya.

Me cogió las manos con una de las suyas y las mantuvo por encima de mi cabeza mientras hundía su polla en mí, empujando cada centímetro más y más dentro hasta que estuvo completamente enterrada en mi cuerpo.
Nos quedamos así durante varios segundos, mirándonos la una a la otra mientras nuestros cuerpos se acoplaban por primera vez desde hacía semanas. No me podía creer lo bien que me sentía al tenerla dentro, pues hacía demasiado tiempo que estaba sin ella.
Jadeé cuando se puso a empujar dentro y fuera, mientras me cubría el pecho con besos calientes y me hacía retorcerme debajo de su cuerpo.

—Silencio, María José.

—No puedo... —Me solté de su mano y le rodeé con los brazos, arañándole la espalda cuando aceleró las embestidas.

—He echado de menos esto... —Su boca buscó de nuevo la mía y recompensó cada uno de mis gemidos con un beso más profundo—. No sabes cuánto...
Se hundió en mí una y otra vez al tiempo que me acariciaba la cara sin romper nunca el contacto visual conmigo.

—Me voy a... Me voy a... —Cerré los ojos y grité cuando las oleadas de placer atravesaron mi cuerpo. Me estremecí de nuevo en el momento en el que se corrió dentro de mí y se derrumbó sobre mi pecho.
Deslizó las manos a mis caderas y nos dio la vuelta para que yo quedara encima de ella.
Mientras luchaba para recuperar el aliento, me acarició la espalda desnuda.

—¿La boda ha sido todo lo que querías? —murmuró.

—Sí... —suspiré.

—¿Estás segura? Podemos volver a hacerlo de nuevo hasta que sea perfecto.

—Ha sido perfecta...

—No sabes lo preciosa que estabas cuando has aparecido al final del pasillo... He tenido que reprimirme para no tumbarte en la hierba, delante de todo el mundo.

—No te habrías atrevido... —aseguré, sentándome de golpe.

Ella arqueó una ceja de tal manera que ni siquiera supe por qué lo había dudado. Lo habría hecho.

MI JEFA OTRA VEZ | PT2Where stories live. Discover now