Win Opɑs-iɑmkɑjorn y ɑinhɑrɑ Opɑs-iɑmkɑjorn son como el ɑguɑ y el ɑceite, ɑ pesɑr de ser hermɑnos no compɑrten ese vínculo, siendo lɑ sɑngre lo único que los une.
Después de eventos desɑfortunɑdos, ɑinhɑrɑ conseguirά lo que Win ɑnhelɑ con desesper...
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Las aguas se calmaron, y las siguientes dos largas semanas pasaron normales, sin ningún percance.
Ese día en especial, sus mejores amigos -que estaba seguro haber mencionado que eran pareja- llegaban de París, después de que Win les contara con luje de detalle todo lo que había pasado, ellos rápidamente movieron sus contactos prometiéndole que estarían ahí a su lado, lo más pronto posible.
No les había comentado nada acerca del embarazado, prefirió guardárselo para él, y esperaba que fuera una sorpresa. Quería que lo tomarán como una buena noticia, en especial Gun, su enano amigo, no tenía una buena referencia del azabache y temía por ello.
Off, probablemente se aventaría y deslizaría como fideo sobre un sillón o colchón como de costumbre. No sabía la razón del porque habían congeniado tan bien de pequeños, e incluso era sorprendente su amistad, sus personalidades eran completamente distintas, pero sin duda lo apreciaba.
Por otro lado, Bright se había tomado muy literal lo del reposo, y no bromeaba. Tanto así que le llevaba el desayuno todas las mañanas, el almuerzo durante el medio día y la cena para la noche. Casi no permitía que se parará de la cama, ni mucho menos que saliera de la casa. Era extremadamente cuidadoso con Win.
Habían comenzado a dormir juntos en la habitación del azabache (idea del mismo Bright por supuesto) e inevitablemente se acostumbro al calor que el castaño le brindaba.
Siempre que lo veía, el mayor aprovechaba para besarlo o abrazarlo fuertemente y su corazoncito se exaltaba de felicidad. No podía creerlo aún, no podía creer que estuviera junto con Bright, sin esconderse, sin temer a que los descubrieran. Podían decirle al mundo lo mucho que se amaban.
Estaba rebosando de alegría, su sonrisa de conejo relucía haciendo reír a quien lo observara, su felicidad era contagiosa y sus ojitos brillaban con emoción. Lo hacían ver más precioso de lo que ya era.
Aún no era un experto, estaba aprendiendo aún, ser padre era difícil y tenía riesgos, más si era un doncel. Por ello, su familia estaba más al pendiente de él, eso lo cohibía un poco, pero la relación con su padre era de nuevo estable.
Claro, después de que amenazará a Bright con romperle los dientes si lo lastimaba.
Durante ese tiempo, se dio cuenta de una cosa, nunca observó más a fondo lo que pasaba a su alrededor, ese fue su primer error. Desde pequeños Ainhara lo alejó y creo un sinfín de barreras entre ellos, quizá por ello no tenía un sentimiento fuerte por la castaña hablando fraternalmente. Win se negaba a destruir la relación que ella mantenía con Bright, principalmente por la culpa.
Ciertamente, sabía del favoritismo que tuvieron sus padres por él desde que eran unos críos y absolutamente nunca estuvo de acuerdo por ello, Win no tuvo el valor de acercarse más a su melliza después de que lo mandó al hospital por primera vez y le gritó aquellas feas palabras en la azotea, así que Ainhara estuvo prácticamente sola toda su vida.
