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El primer mes en la universidad había salido de maravilla, tenía al mejor compañero de clases. Y al joven Osborn cómo mi máquina de café gratuita.

A veces esperaba que llegara y me cobrará a mi y a Peter todos los cafés que nos daba de ves en cuándo, ya sea en los salones o en la biblioteca.

Peter se había unido de forma oficial a mi grupo de amigos, había venido a los viernes de películas y les ayudaba a los demás a estudiar. En otras palabras, Peter nos salvaba de no reprobar y nosotros le pagabamos con nuestra amistad.

Al comienzo sentía a Harry y a Peter un poco extraños, en especial a Peter. Había algo que no le permitía acceder al cien por ciento a tener una amistad con Osborn. Pero no fue hasta que falleció el papá de Harry cuándo los tres nos volvimos un poco más unidos.

Peter también era huérfano, así que, de una u otro forma, ambos sabíamos cómo es que Harry estaba pasándola.

Abrí la puerta de la casa, las luces estaban oscuras pero los ruidos de la habitación de Harley me hicieron salir de casa nuevamente.

Podría entrar y pasar el resto de la noche con mis auriculares puestos, pretendiendo no saber lo que estaban haciendo en la habitación del frente, pero era fin de semana y aquellos tórtolos, tomaban maratón.

Llamé a Aisha pero está no contestó, mi segunda opción fue llamar a Ned, pero este sólo respondió diciendo que estaba en una emergencia familiar. Mi tercera opción fue Martin, pero también envío a buzón.

Comencé a caminar nuevamente hacia el centro de Queens. Una sopa instantánea no me vendría mal cómo cena.

Amaba está ciudad, amaba el hecho de que se volviera aún más viva por estas horas de la noche. Aunque, lo único que detestaba era que Queens no tuviera tantos 7eleven cerca.

Paré en una esquina y comencé a dudar si era buena idea ir por mi cena, dí media vuelta y noté aquella misma camioneta negra que llevaba días siguiéndome.

Tomé mi celular y volví a llamar a mis amigos- Vamos, es aún temprano para que no atiendan- dije a mi misma.

Caminé las dos cuadras que me faltaban y entre rápido al 7eleven, el chico de mostrador me miró mal, nada fuera de lo común.

Pase por los pasillos, ya con un poco más de tranquilidad. No creo que los sujetos de aquella camioneta entren a un lugar así, vamos, ya llevaban días siguiéndome y aún no hacían nada.

Tomé una soda de limón, un paquete de gomitas y la sopa instantánea. Pague por mi cena, dejé el paquete de gomitas y la soda sobre la barra que estaba al fondo y fui a preparar mi sopa.

-Ouch- lleve mi dedo a mis labios tratando de evitar más el ardor del agua hirviendo.

Tomé un tenedor y regrese a la barra, coloqué un poco de música y me puse mis audífonos. Vaya forma de pasar mi noche.

Me era inevitable girar hacia atrás sintiendo una mirada, miré al chico del mostrador, ¿Era acaso un requisito tener ojeras para trabajar en un sitio cómo estos?

Termine mi sopa y abrí el paquete de gomitas, unos toquesitos en mi hombro me hicieron sacarme los audífonos.

-¿No es un poco tarde para comer golosinas?- tomó un pandita de goma y lo metió a su boca.

-¿No es un poco extraño que la gente siga siguiendo a los demás cómo si los fuera a secuestrar?

Maria abrió su soda y asintió- Ya sabes, nosotros no hacemos las cosas cómo normalmente se hacen.

Arrugue mi nariz y también bebí de mi soda- Tardaste mucho en venir- murmuré aún comiendo las gomitas.

-Siempre estabas con alguien, necesitaba que estuvieras sola para acercarme a tí- asentí y miré hacía la puerta- No hay nadie más, sólo vine yo.

Paper Rings (Peter Parker/Spider-Man)Kde žijí příběhy. Začni objevovat