Capítulo 34

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Mi móvil sonó, me puse de pie de un salto y corrí por él. Con demasiado trabajo logre desbloquear la pantalla para darme cuenta que se trataba de un mensaje, que tenía como destinatario "Shawn".

"Cariño, soy la madre de Shawn. Siento tanto decirte que no se encuentra bien, está muy grave. Sufrió un horrible accidente el domingo por la tarde. Puedes venir a verlo cuando desees, cielo."

Dejé caer el móvil, sentándome sobre el sofá con cuidado. ¿Por qué diablos nadie me había avisado? ¿Por qué?
Llevé ambas manos a mi rostro, cubriéndolo y sollozando contra ellas.
Todo era mi culpa, por causa mía Shawn ahora estaba en el hospital. Si yo no le hubiera dicho nada, si no lo hubiera herido él se encontraría perfectamente bien.
Necesitaba ir al hospital, tenía que verlo, saber qué rayos pasará con él.
Corrí a las escaleras, subiéndolas con suma rapidez. Me dirigí hasta la puerta de Ethan, sólo él y yo nos encontrábamos en casa. Golpee con desesperación su puerta.

-¡Ethan! ¡Ethan, abre! ¡Ethan! -grité desesperada. La puerta se abrió de golpe, dejando ver a mi hermano con una expresión de preocupación en el rostro.

-¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien? -preguntó, miró mis ojos y me tomó entre sus brazos.- ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué lloras? -preguntó.

-Necesito que me lleves al hospital, ahora. -rogué, llorando contra su pecho.

-¿Por qué? -preguntó sorprendido, alejándome un poco de él para verme a los ojos.

-Shawn está muy grave.. -sollocé, mi voz estaba quebrada y era poco entendible. Ethan no dijo nada, sólo asintió y tomó mi mano.

Bajamos las escaleras, saliendo de casa con rapidez. Subimos al auto y mi hermano puso en marcha el auto, dirigiéndonos al hospital. Él camino fue tan silencioso, sólo se oían mis sollozos en el auto.
Ethan estacionó el auto, yo no esperé más y corrí fuera de este. Abrí las puertas con suficiente fuerza y me dirigí a la recepción, para pedir el número de habitación.

-Disculpe, ¿me podría decir en qué habitación se encuentra Shawn Mendes? -pedí, estaba tan agitada que me era difícil hablar.

-¿Está usted bien? -preguntó la mujer.

-Si, si. Sólo díganme en qué habitación se encuentra, se lo ruego. -dije. Ethan se colocó a mi lado, rodeando mis hombros con su brazo.

-¿Podría repetirme el nomb.. -le interrumpí.

-Shawn Mendes. -respondí con desesperación.

-Habitación 208, en el segundo piso. -dijo la recepcionista.

-Se lo agradesco. -dije, para después salir corriendo de ahí a toda prisa.

El ascensor era demasiado lento, así que opté por subir a toda velocidad los escalones, con Ethan siguiéndome detrás de mi.
Una vez en el segundo piso, observé todo mi alrededor, sintiéndome perdida, por lo que pedí ayuda a un doctor que pasaba frente a mi.

Habitación 208. Habitación 208. ¡Habitación 208!.

Estuve a punto de abrir, sin importarme qué, pero una voz detrás de mi me detuvo.

-_____. -me llamó la señora Mendes. Me giré de golpe, notando su presencia.

Lucía devastada, sus ojos tenían unas enormes bolsas negras que denotaban su cansancio y su falta de sueño, y me rompió el corazón en mil pedazos verla así.
No me limité a nada, así que corrí hasta ella, abrazándola fuertemente.

-Lo siento tanto. -sollocé, provocando el mar de lagrimas en mis ojos.

-No tienes por qué sentirlo, cielo. -dijo ella, su voz sonaba quebrada.

-Claro que si, es mi culpa que él esté aquí ahora. -me culpé.

-Por supuesto que no, _____. No permitiré que lo digas. -declaró, acariciado mi cabello.

-Es que lo es. Si yo no le hubiera roto el corazón no se habría molestado, y no..no habría tenido ese horrible accidente. -dije, sintiendo mi voz quebrarse.

-No, linda. Tú sólo hiciste lo que debías hacer, y no te voy a culpar, pues eso hubiese sucedido tarde o temprano. -dijo, terminando nuestro abrazo y secando mis lagrimas.

-Gracias. -susurré, sin animo alguno.

Al parecer aún no era posible pasar a verlo, así que la señora Mendes me llevó a donde ella se encontraba esperando por noticias de su hijo.
Sentí desmayarme al ver a todos los chicos ahí. Nash, Cam, Hayes, Carter, Taylor, Aaron, los Jacks, incluso Grayson estaba ahí.
Todos me vieron con sorpresa, sin saber qué decir.

-¡¿Por qué demonios no me dijeron nada?! -les reclame en un desgarrador grito.

-_____.. -interrumpí a Hayes.

-¡No traten de disculparse, no servirá de nada! -grité, sollozando por lo bajo.

-Hermana, tranquila. -pidió Grayson, acercándose a mi, pero me negué.

-¿Por qué no me avisaron? -pregunté a Ethan y Gray. Ellos sólo se quedaron en silencio.

-No queríamos preocuparte aún más de lo que ya estabas. -intervino Nash, hablando en un tono suave.

-Pero debía saberlo.. ¿Saben lo horrible que es enterarse por televisión que una persona muy cercana a ti está bastante grave en un hospital y tú no tenías ni la menor idea? -dije a todos.

-Yo les pedí que no lo hicieran. -intervino esta vez la señora Mendes.

-¿Qué? ¿Pero por qué? -pregunté, sintiendo derrumbarme.

-Sabía lo preocupada que ya estabas por Matthew, y preferí ocultártelo por un tiempo. Siento que tuvieses que enterarte de esa forma, cariño. -dijo la mujer.

Llevé mi mirada a cada uno de los chicos, que me miraban tan apenados y culpables. Negué con la cabeza, sintiendo las lágrimas seguir cayendo por mis mejillas y aterrizar en el suelo.
Me di la vuelta y salí corriendo de ahí, dejándolos a todos donde estaban.
Me detuve frente a la puerta donde Shawn estaba, deseando abrirla y poder abrazarlo y rogarle por su perdón. Era imposible hacerlo, lo sabía, así que me senté sobre el suelo, junto a la puerta, sin importarme nada, sólo a la espera de noticias alentadoras de su salud.
Atraje mis rodillas a mi pecho, escondiendo mi rostro en ellas y sollozando en silencio.

Al paso de al menos treinta minutos una enfermera se acercó a la puerta. Me puse de pie casi de un salto y la detuve.

-Aguarde, ¿me podría decir cómo es que se encuentra el paciente en esta habitación? -pedí. La mujer me miró por un par de segundos, seguro observaba el desastre que era en estos momentos.

-No le puedo dar demasiada información aún, pero puedo decirle que desgraciadamente no se encuentra nada bien. Aún no ha despertado, sigue inconsciente. -respondió, haciendo una pequeña mueca. Y fue ahí donde terminé de derrumbarme.

-Gr-gracias. -traté de decir, antes de que la enfermera ingresara a la habitación.

Waiting for this love » Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora