Capítulo 5

5K 243 41
                                    

Corrí hasta el baño, me daría una ducha rápida. Al salir, tome unos pantalones entubados, junto a una sencilla blusa color negro con tirantes delgados y un suéter color gris oscuro. Tomé mi cabello en una media coleta con un lindo moño en el lugar que estaba atada. Terminé con lo demás, ya saben, maquillaje, accesorios, no importa.

Tomé mi típica mochila, la que llevaba a todos lados conmigo. Guardé mi móvil dentro, escuchando el 'ding, dong' del timbre. ¡Shawn ha llegado!. Me miré por última vez en el espejo. Subí el cierre de mi suéter hasta la mitad y bajé. Ethan ya había dejado pasar a Shawn, por lo que entré a el living.

-Hola, Shawn. -dije. Esboze una suave sonrisa y sacudí mi mano en forma de saludo. Sin esperarlo, él se acercó a mí y beso mi mejilla. Si, así, sin previo aviso.

-Hola, _____ -dijo. Me regaló una sonrisa bastante sincera y cálida a mi parecer.

-¿Nos vamos? -pregunté, a lo cual el asintió.

-Hasta luego, Ethan. -dijo despidiéndose de mi hermano con ese típico choque de puños.

-Adiós, Ethan. -me acerqué a besar su mejilla y despedirme sacudiendo nuevamente mi mano izquierda.

Shawn fue hasta la puerta principal, abriendola y dejandome pasar primero, tal y como un caballero lo haría. Lo mismo hizo con la puerta de su lujoso auto, era tan dulce de su parte, me sentía alagada.

-Lindo auto, Shawn. -dije mientras sonreía. Él no apartaba su vista del camino.

-Ya sabes lo que dicen. "Las cosas se parecen a su dueño". -bromeo, para después soltar una carcajada al igual que yo.

-Bueno, creo que si aplica esa frase en tu caso. -dije, sonreí guiñándole un ojo, a lo cual él me observó de reojo y rió.

Al llegar a casa de Hayes, no nos dimos la molestia de bajar. Shawn sólo hizo sonar el claxon del auto, haciendoles sabes que ya estábamos ahí. En tan sólo un par de segundos, pude ver a Matt y Hayes salir por la puerta principal, dirigiéndose a las puertas traseras del auto, ya que yo iba en el lugar del copiloto.

-¡Hola! -dije mientras me giraba sobre el asiento para poder ver a los chicos.

-Hola, enana. -dijo Hayes, sonriente.

-Hola, niña. -dijo Matt, supuse que me llamó así por la conversación de ésta mañana. Les sonreí a ambos y Shawn saludó también, para después arrancar el auto de nuevo, pero esta vez en dirección al centro comercial.

Me sentía ciertamente extraña. Digo, últimamente me la pasaba con solamente chicos, no tengo amigas aquí. Aunque debo admitir que no me siento mal, me la paso muy bien con ellos.

Recorrimos la mayor parte del lugar, los chicos me arrastraban a locales que no quería entrar. Por ejemplo, los dedicados solamente al deporte. Fútbol, baseball, basketball, de todo tipo. Pasamos frente a uno de zapatos. Me giré a ver a los chicos con una mirada algo retadora. Ellos entendieron el mensaje y negaron una y otra vez.

-¡No, no, no! -dijo Matt.

-¡No, _____! -suplicó Hayes.

-Dios, no. -se quejó Shawn.

Solté una carcajada y negué.

-Es mi turno, chicos. -dije encogiendome levemente de hombros.

Literalmente, los obligué a entrar. La verdad es que no soy mucho ir de compras, ver zapatos y probarmelos, pero lo hacía para molestarlos solamente.

-¡Miren! Esos son tan lindos, me enamoré. -dije, sonreía ampliamente. Sus caras de disgusto me provocaba bastante risa.

Después de hacerlos sufrir alrededor de 15 minutos ahí dentro, decidí que era suficiente. Salimos del local y pude escuchar los suspiros de alivio provenientes de los chicos.

-¡Oh, vamos! No fue tan malo. -dije golpeando con suavidad el hombro de Hayes.

-¡Si lo fue! -se quejó Matthew

-Chicos, deben acostumbrarse. Cuando tengan novia será así la mayoría del tiempo. -dije encogiéndome de hombros. Ellos resoplaron y hasta rodaron los ojos.

-Diablos. -dijo Matt y arrugó la nariz.

-Será una tortura. -comentó Hayes con cierto disgusto.

-Yo soportaría lo que fuese por mi chica. -dijo dulcemente. Yo sonreí, Shawn me causaba tanta ternura.

-¿Lo ven, chicos? Deberían aprender algo de Shawn. -dije tomándome del brazo de Shawn y recargué mi cabeza en su hombro.

Algo me llamó la atención, Shawn se tensó un poco al tenerme tan cerca, era raro. Me alejé un poco de él y sugerí seguir visitando los lugares. Llegamos a aquel lugar. Si. Ahí donde..¿conocí a Matt?. Nos adentramos en el lugar, odiaba entrar ahí porque me daban ansias y deseaba comprar todo. Después de dar un vistazo a todo, bueno, la mayoría, salimos. Nos dirigimos a una heladería, yo rogué órbita ahí, y los chicos no se pudieron negar.

Volvimos a casa, invité a los chicos a pasar y ellos aceptaron.

-¿_____? -escuché la voz de mi madre provenir del living.

-Hola, mamá. -dije y sonreí.

-Hola, señora Dolan. -saludo Hayes. Anteriormente ya había venido a visitarme, por lo que conocía a mamá.

-¿Cómo estás, Hayes? -preguntó mamá amablemente.

-Mamá, te presento a Shawn Mendes y Matthew Espinosa. -dije señalando a cada uno cuando memocioné su nombre.

-Hola, chicos. -dijo mamá.

-Subiremos a mi habitación. -avisé, mamá asintió.- ¿Dónde están Gray y Ethan?

-Salieron con unos amigos. Me párese que Nash iba también.

Subimos a mi habitación, me sentía más libre para charlar entre nosotros ahí.

-Linda habitación. -dijo Shawn observándola detenidamente.

-Bueno, ya sabes lo que dicen. -sonreí y le guiñe un ojos.

-Si, contigo también aplica la frase. -dijo Shawn. Sentí mis mejillas arder y reí un poco nerviosa.

Hayes se dejó caer sobre mi cama y se abrazó de una de mis almohadas. Mientras, Matt se sentó en una silla giratoria, la tenía junto a un escritorio, donde se suponía que debía hacer mis tareas, pero siempre terminaba haciéndola sobre mi cama. Shawn tomó un sofá pequeño que tenía situado cerca de mi cama.

Reía al ver cómo Matt se divertía dando vueltas en la silla y hacía ruidos graciosos con su boca.

-Si, claro. Eres tan maduro, Matthew. -dije y los chicos rieron conmigo. Matt entre cerró sus ojos y se cruzó de brazos.

-Por lo menos yo ya dejé de jugar con muñecas. -dijo señalando un pequeño estante donde tenia un par de muñecas que conservaba de pequeña.

-Cállate, Espinosa. -me quejé. Tomé una almohada y se la lancé golpeándole en el rostro.

Tomó de vuelta la almohada y me la lanzó de regreso. Antes de que golpeara mi rostro, Shawn intervino y logró alcanzar a tomarla, lanzandola a Matt de nuevo. Hayes y yo reímos al verlos, parecían un par de niños.

Estuvimos charlando después de la pequeña pelea de almohadas. Conocí mejor a cada uno de los chicos, ya que decidimos hacer un pequeño juego, en el cual preguntábamos sobre cualquier tema a quien quisieras. Me recosté de costado, de forma que pudiese ver a Matt y Shawn, que estaban sentados frente y a un costado de mi, respectivamente.

Seis meses, que rápido corre el tiempo. Hace seis meses conocí a los chicos, que ciertamente nos volvimos buenos amigos. Era la última clase del día, no observaba nada más que las manecillas del reloj, una caminando más rápido que la otra. El tiempo era eterno ahí dentro. Mi ruido favorido apareció. Si, suena estúpido pero, ¿quién no ama el sonido del timbre de la escuela?. Todos salieron casi corriendo. Era difícil caminar entre tanta multitud. Sentí como un par de manos cubrían mis ojos, impidiéndome ver.

-¡Sé que eres tú, Haass! -dije entre risas. Coloqué mis manos sobre las que cubrían mis ojos. Las quité lentamente y me giré topandome con él. Si, no era quien creía, sino a quien menos imaginaba ver ahí.

Waiting for this love » Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora