Capítulo 31

3K 162 12
                                    

-Espera. -pidió.

-¿Qué pasa? -fruncí el ceño. Matt colocó su mano en mi mejilla y me atrajo aún más hasta él, pegando sus labios a los míos. No pude evitar sonreír sobre sus labios, esto me hacía tan feliz, pero a la vez me sentía culpable.

-Listo, ya puedes ir. -dijo, después de separar nuestros labios, haciéndome desear más. Lo miré entrecerrando los ojos y negué, quería lucir seria, pero la enorme sonrisa sobre mis labios volteaba todo.

-Eres tan.. Ah. -dije, soltando una leve risita. Me reincorporé sobre mis pies y caminé hacia la puerta. Antes de salir por esta, me giré hacia él.- Ya vuelvo, no te muevas de aquí. -dije.

-No lo haré, sabes que no puedo. -dijo Matthew, alzando ambas cejas. Reí, era cierto, lo había olvidado.

-Lo siento, sólo no trates de ponerte de pie, ¿si? -pedí entre risitas. Él sólo asintió, sonriendo ampliamente.

Bajé las escaleras, dirigiéndome a la cocina para preparar el desayuno favorito de mi chico favorito: Un par de panqueques con fruta y zumo de naranja.
Tomé lo necesario para comenzar. No necesitaba ayuda para encontrar todo, Matt y yo habíamos cocinado demasiadas veces aquí juntos, por lo que recordaba perfectamente donde estaba situado todo.

Recuerdo una de las veces que lo hicimos fue todo un desastre. Tratábamos de hacer un par de muffins, teníamos la receta e ingredientes, pero todo se salió de control a medio camino. Ambos acabamos cubiertos de harina y chocolate. En mi defensa puedo decir que él comenzó todo.
Tuvimos que encargarnos de la limpieza, la cual nos llevó por horas y no pudimos hacer los muffins, fue una lástima.

En un par de minutos ya me encontraba terminando. Hice lo suficiente como para que ambos comiéramos. Coloqué la fruta picada encima de los panqueques y serví el zumo de naranja en los vasos.
Subí de regresó a la habitación, empujando la puerta con mi pie, pues mis manos estaban ocupadas tomando la charola con la comida. La dejé sobre la mesita de noche junto a la cama.

-Por dios, huele delicioso. -dijo Matthew, llevando su mirada hasta los platos.

-No es por nada, pero soy buena cocinando. -me encogí de hombros, con aires de grandeza. Reí levemente.

Coloqué la charola sobre la cama, para después acomodarme. Comenzamos a desayunar, no quiero sonar engreída pero realmente me había quedado delicioso. JAJA.
Nuestro desayuno se puede resumir en charlas sin sentido y risas, demasiadas risas.

-Enserio, voy a contratarte como mi chef personal. -bromeó Matt, bebiendo el último sorbo de su zumo de naranja.

-Bien, pero debes saber que me quedaré solamente si me pagas bien. -dije, encogiéndome de hombros. Matthew alzó su ceja izquierda y sonrió.

-¿Cuándo pides? -cuestionó.

-Realmente no lo había pensado. -fruncí los labios y entrecerré mis ojos, pensativa.

-Puedo ofrecerte demasiado. -dijo, meneando las cejas arriba y abajo, mirándome con cierta perversidad. Abrí mi boca y golpee con suavidad su brazo. Claro, con cuidado de no lastimarlo.

-Matthew Lee Espinosa, eres un mal pensado. -le reclamé, negando desaprobadoramente.

-¿Qué? ¿Te parece poco? -cuestionó, curveando sus labios.

-¡Matt! -me quejé.

-Ya, ya. Lo siento. -dijo entre risas.

-Bobo. -dije, sacándole la lengua en un acto total de inmadurez.

-Hey, no seas grosera. -curveó sus labios en un puchero.

-No lo soy. -me crucé de brazos.

-Si lo eres. -aseguró el de ojos claros.

Waiting for this love » Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora