Capitulo 2

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Pov. Lalisa

Iba entrando a paso firme y sin ninguna expresión en el rostro a la empresa, en cuanto los empleados se percataron de mi presencia se empezaron a poner rígidos y serios.

Solo pasé directamente a mi oficina mientras mis empleados me saludaban, antes de poder cruzar la puerta que daba al interior de mi oficina sentí como alguien ponía su mano en mi hombro derecho, sin más me di la vuelta para ver de quien se trataba.

-¡Manobal!, ¿A mi no me saludas?-dijo Kim Jong-In mientras me veía con una sonrisa.-Hola-dije sin darle más importancia y adentrándome a mi oficina sin más.

Jong-In me siguió quedando al frente mío cuando me senté en la silla atrás de mi escritorio.

-Sobre la reunión con los empleados, creo que sería mejor si yo la llevara a cabo -dijo Jong-In viéndome directamente mientras se abotonaba el saco, patético pensé.

-¿Alguna razón en específico?-pregunté viéndolo seriamente mientras me cruzaba de brazos y me recostaba en el respaldo de la silla.

-Sabes que la mayoría de reuniones con los empleados yo las eh llevado a cabo-dijo Jong-In poniéndose rígido mientras me miraba fijamente.-Escuché a unos empleados decir que, estarían más cómodos si yo hiciera la reunión.-dijo Jong-In con una expresión victoriosa en su cara.

-Bien, hazla-dije secamente para acomodarme nuevamente y empezar a revisar unos papeles que tenía que firmar.

-Nos vemos luego Manobal-dijo para hacer una reverencia en mi dirección y salir por la puerta de mi oficina.

Jong-In, ¿Jong-In?, es como una grano en el culo, al menos para mi, por qué aquí en la empresa todos lo aman, ¿Y por qué si es como un grano en el culo no lo despido?, respuesta fácil, el papá de Jong-In es amigo muy cercano de la familia, el siempre me trató muy bien, pero nunca me pude llevar bien con su fastidioso hijo, prácticamente solo lo hago por el señor Kim.

Mientras firmaba unos papeles unos ojos gatunos se vinieron a mi mente, no dejaba de pensar en ellos y es su dueña.

Esa mañana quería ir a visitar a la señorita Kim al cementerio, ¿Por que no mandar a un empleado? O ¿Por qué ir caminando en lugar de llevar un carro? Quería ir personalmente, la señorita Kim había sido una gran trabajadora en la empresa, decidí ir caminando para despejar mi mente al mismo tiempo, ¿Cómo pasaron dos años así de la nada?.

Mientras venía de regreso, alguien chocó accidentalmente conmigo, la chica estuvo a nada de besar el piso, pero fui más ágil y la tomé de la cintura evitando que se cayese, cuando me vio, no pude evitar despegar mi mirada de sus ojos, ella se soltó de mi agarre y yo la miré fijamente a los ojos, ella después de decir gracias a una sugerencia que le di, que consistía en que tuviera cuidado a la próxima, siguió con su camino y yo con el mío.

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en eso y enfocarme en los papeles que tenía en mis manos, me llevaría toda la tarde revisarlos y firmarlos.

Y efectivamente me tomó toda la tarde revisar y firmar los papeles, ya los había puesto en un folió para entregárselo a mi secretaria.

Ya no tenía nada que hacer en la empresa, al menos por este día, esta semana va a ser muy ocupada, tengo que hablar con un inversionista de Estados Unidos.

Sin mas salí por la puerta de mi oficina en dirección al estacionamiento, mi chofer me estaba esperando, cuando empecé a caminar se empezaron a escuchar voces, y cuando di media vuelta vi claro, los empleados caminando al lado de Jong-In mientras reían con el y le decían cumplidos.

En una de esas no evite escuchar como una empleada le decía que el era mejor que yo, al escuchar eso, solo me apresuré a caminar hasta el auto sin que se dieran cuenta de mi presencia.

-Llévame a mi casa por favor-le dije a mi chofer y el solo asintió y dijo si señora.

El camino fue callado, nadie hablaba, en realidad no me gustaba hablar cuando estaba en el auto, mientras yo veía por la ventana vi a la chica de hoy caminando con otra chica a su lado, me acomode en mi lugar y puse mi vista al frente restándole importancia, Seúl es más pequeño de lo que creía, 5 minutos después el auto se estaba adentrando al portón de mi casa, cuando el chofer detuvo el auto tomé mi bolso y salí.

Al adentrarme a mi casa vi como mi hermana menor estaba viendo la televisión, solo sonreí al ver que se había quedado dormida mientras veía Rapunzel, dejé mi bolso en el sofá y tomé a Minnie en mis brazos y la cargué hasta su habitación.

Abrí la puerta con mi mano derecha y con cuidado me fui adentrando a la habitación, la acomodé en su cama y cuando me iba a dar media vuelta para salir de allí unas manitas me tomaron el brazo.

-Lis, quédate conmigo-dijo Minnie viéndome con los ojitos suplicantes.-Y léeme un cuento ¿Si?-volvió a decir cuando vio que me empezaba a acomodar a su lado.

-Bien, ¿Cual cuento quieres?-pregunté mientras le regalaba una sonrisa.

-El de 'Los tres cerditos'-dijo Minnie con un tono de emoción en su voz.

Me acomodé mejor y empecé a relatar la historia de Los tres cerditos hasta que Minnie se quedó dormida, al darme cuenta también me acomodé y empecé a dormir con ella.

Minnie es mi tesoro, mi peque, siempre trato de cuidarla cuando está junto a mi, mis padres siempre la dejan en mi casa cuando tienen asuntos importantes que hacer, Minnie tiene su propio cuarto aquí en mi casa, y le encanta venir a visitarme, y yo más que encantada.

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Sentimientos Dolorosos [Jenlisa]Where stories live. Discover now