"Eras rojo, yo azul y te gustaba que fuera así."
La chica popular con el chico popular; sin embargo, un secreto perturbador se encuentra dentro de aquella cámara que tanto se niega ella en soltar. La familia perfecta solo era una máscara de lo que e...
— Sí, es gracias a la medicación. El doctor dijo que reposo durante seis semanas, así que no hay porristas por un largo rato.
— E-Está bien...
— ¿No te molesta?
— No.
— ¿Por qué? ¿Porque estás lucida que lo que te pasó fue por voluntad propia y no un accidente?
— ¡Prefiero morir que perder lo único que me queda de mamá! —lloré.
— Mentira. Siempre has sido una buena mentirosa, T/N, pero no le puedes mentir a otro mentiroso. No te importó la cámara, sino lo que había en ella. Vi tu respaldo en la galería de tu celular y no me gustó para nada lo que encontré allí.
— El que busca donde no debe, se entera de lo que no quiere.
— No me vengas con dichos estúpidos, T/N. ¿Por eso terminaste con Yeonjun? ¿No querías seguir engañándolo o querías estar con Jimin sin estorbos?
— Yeonjun no es un estorbo.
— Pero para lograr lo que quieres, sí. ¿Te gusta Jimin, no es así?... Habla, T/N, dime sí o no.
— Cualquier respuesta hará que empeore mi salud si sigues hablándome así.
Carcajeó sin gracia.
— Pequeña mocosa —gruñó y exhaló para tranquilizarse—. Cuando termine el reposo vendrás conmigo a China, vivirás con nosotros.
— ¿Nosotros?
— ¡Jin, ven! —lo llamó y el tan alabado esposo de mi padre, apareció.
— Hola, T/N —me saludó tiernamente.
— Es una pena que lo tengas que conocer en estas circunstancias, pero no permitiré que te involucres con Park.
— ¿Celoso de que yo sí lo tenga y tú no? —dije sin pensar. Mi padre aguantó con todas sus fuerzas no explotar frente a mí, pero sabía con certeza de que no le pesaría la mano para darme una buena bofetada.
Cerró sus ojos con tranquilidad y suspiró.
— Seis semanas. La universidad no será un problemas y harás nuevos amigos, sabes inglés, con eso basta —salió de la habitación y Jin me miró con lástima.
— No es lástima, es más como... ¿Deducible? Sí, digamos que es eso —me pasó un vaso con agua y una pastilla—. Ten, ya son las nueve de la mañana y con esto evitas el dolor —lo analicé sin pudor alguno y bebí lo que me ofrecía. Cabellera brillante color negro, alto con hombros anchos y varonil, piel blanca, labios gruesos casi como los de Jimin y un aura dual que sí se hacía ver que es gay—. ¿Cómo te sientes?
— ¿Por qué tanta bondad? No fue una buena impresión la que te di.
— Ya tengo una buena impresión de ti, linda. Conozco la historia y sé que estás actuando así por amor.
— ¿Amor?
— Sí, también estoy enterado de eso. Al igual que tú, he reaccionado parecido cuando se trata de amor... No está bien, pero al verlo sabes lo que se siente y lo que es.
— Yo...
— Cuéntame, ¿Cómo sucedió ese sentimiento hacia Park Jimin?
PARK JIMIN
Admiraba con una sonrisa el increíble aparato mientras intentaba repararlo. Blue sentía algo por mí desde mucho antes que estar con el idiota de Yeonjun, sus fotografías son las más excepcionales que vi en mi vida.
No por ser el modelo, sino por ser la razón de que su tierna obsesión.
— Oh, disculpe, no creí que estaría aquí —cruzó la puerta como perra por su casa.
Por mi casa.
— No, tranquila. Dime, ¿Qué necesitas de mi oficina? —la miré. Mis ánimos estaban en excelente estado y no los arruinaría por esta insolente.
— Limpieza —me mostró su cubeta con cosas de aseo.
— Ah, ya veo —volví a mi trabajo—. No, gracias, puedes irte.
Ella asintió y se iba a marchar, solo que uno de los envases se cayó y rodó hasta a mí. Se lo iba a pasar pero ella corrió detrás del objeto como si fuera una perra detrás de un juguete.
— Lo siento —lo recogió y miró la cámara, palideciendo en el acto—. ¡¿D-De dónde sacó esa cámara?!
— Señorita María, le recuerdo que usted y yo no tenemos ningún vinculo como para yo responderle esa pregunta. Por favor, retírese de mi oficina antes de que yo la eche de mi casa, no me importa si es la mejor amiga de mi esposa.
Sus ojos no se movían del aparato mientras se iba lentamente de la habitación.
— ¿Quién mierda eres, María? —sospeché en silencio.
