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MIN T/N



El lugar que abarcaba la mayoría de mis pensamientos ahora estaba en mis pies. Nunca le había dicho a nadie sobre mi sueño frustrado de volver aquí, solo a mi suegra porque se dio la oportunidad. Sin embargo, el señor Park al escuchar mi historia anteriormente, fue tan bueno que nos trajo aquí.

Día uno, ocho de la mañana y en estos momentos desayunamos los cinco. Anoche quería hacer tantas cosas pero, Yeonjun no durmió en todo el camino estudiando palabras que cuando tocó la cama del hotel se desmayó de inmediato. La suite —que parecía más un loving— era agradable. Cocina, sala, vista al mar y tres habitaciones donde nos dividiríamos: Los señores Park, Yeonjun y Hoshi, más la mía. Por un instante creí que dormiría con mi novio pero, la señora de la familia no disimuló ni un poco y de una vez me guió a la puerta que se hallaba al final del pasillo.

Como si él no se fuera a escabullir y me follara ahí mismo con la puerta abierta, suegra. 

— ¿Cuáles son los planes de hoy? —preguntó mi bebé.

— Bueno, realmente no planeamos algo en concreto por el repentino cambio de camino —respondió la anciana en un tono irritando directamente hacia mí—, pero podemos planear algo.

— Papá, ¿Puedes hablar con tu amigo para que nos alquile una zona? —miramos al adulto que revisaba su computador.

— Sí, déjame hablar con él —alzó unos segundos su vista hacia Yeonjun y de nuevo al aparato—. ¿Qué te gustaría? 

No era idiota, menos ciega. Yeonjun le dio una pequeña patada a su padre para que tuvieran contacto visual.

De paso que el hombre no sabe disfrazar sus expresiones cuando se trataba algo referente a mí.

Tan tierno, suegrito.

— Vinimos aquí por T/N, ¿Por qué no escoge ella las actividades de hoy? 

— Mamá tiene razón —me sonrió—, ¿Qué quieres hacer?. Podemos tomar fotos como a ti te encanta, no tengo problema en posar para ti.

Reí un poco.

— No traje mi cámara.

— Que raro —habló por fin el rarito—. ¿A qué le temías?

— A nada, simplemente no quería que se mojara —le di un sorbo a mi jugo, finalizando mi desayuno. Ignorando la mirada acosadora del rubio, me dispuse a levantarme de mi asiento para proponer algo—. ¿Saben surfear? 

— No, pero si tú serás mi profesora no tengo ningún problema en aprender.

— Está bien —acepté.

— ¡Wuu!, T/N es mía, así que si nadie aquí sabe, pues no aprenderá —encogió los hombros y siguió comiendo su desayuno como un niño.

Dios, y pensar que es un fuckboy en todo el país.

— Tengo años que no hago eso —dijo el pelo griseo y observó a su mujer—. ¿Te gustaría?

La estúpida asintió.

— Ya somos dos profesores, ¿Quién le enseñará a Hoshi? —me sonrió.

— Tengo un límite estudiantil, señor Park. Aparte, usted es muy paciente, podrá con él —le regresé el gesto—. Con permiso —me despedí, yendo al ascensor para subir a la habitación. 

— E-Ey, espérame —me gritaba con la boca llena. 

Corrió y entró exitosamente por las puertas de metal. Me sonrió coqueto, agarrando mi cintura con fuerza y besarme con ímpetu. 

— Me quedé dormido y no pudimos hacer nada de las cosas que tenía planeadas para la noche de anoche —pasaba sus labios húmedos por mi cuello y sus manos ahora me tocaban con descaro el cuerpo.

— Y menos con que tu madre me haya excluido de todos en una habitación oscura —sonreí por su desesperación en hacer el sin respeto conmigo.

— ¿Te parece el sexo en el elevador? —se separó para mirarme.

— Yeon, hay cámaras.

— Vídeo porno gratis para los de seguridad —me besó los labios nuevamente e introdujo su lengua, arrinconándome a la pared. Solté un jadeo por no dejarme ni procesar lo que me hacía, los besos de contacto que nos dábamos siempre me habían parecido normales; sin embargo, en esta oportunidad no sé qué hizo para tenerme hipnotizada. 

Su pesadilla en serio lo traumó.

Incluso a mí.

El sonido de llegada no nos detuvo, si alguien estaba presente ahí, nos importaba una mierda. Tomó mis muslos y me sostuvo, enredé mis piernas en él y nos guió al lugar donde nos hospedábamos. Se dejó caer en el sofá y nos alejé de los deliciosos labios del otro.

— Puede venir alguien.

— No lo harán —intentó besarme otra vez y no lo dejé.

— Yeonjunnie...

— Amor, papá está trabajando en la computadora como pudiste ver. Mamá irá de compras por ahí y mi hermano dibujará sus tonterías en cualquier parte menos aquí —agarró mi blusa y la subió rápidamente, detallando mi pecho con su habitual lujuria— , estamos solos por un buen rato.

Devoró mi boca y mi confianza volvió. La baba de ambos cubría varias partes de nuestros cuerpos, y más el mío porque Yeonjun se dio el lujo de arrojar mi brasier a algún lugar de la sala. Su lengua abarcaba cada espacio de mis senos, estrujándolos entre sus manos, el sonido que provocaba dicho acto me estaba calentando más de lo que creía soportar.

— D-Duele...—gemía por la sensación de sus dientes cerca de mi pezón. Al no tener respuesta de su parte, comencé a moverme sobre él disfrutando de su erección atrapada entre sus shorts. Al escuchar un gruñido de él, comencé a meter mis dedos en el interior... Y para mi sorpresa, no cargaba nada más.

— Yo también puedo hacerte el trabajo fácil —sonrió de medio lado al recordar las veces que nunca usaba nada debajo para ser veloces. 

En el momento que iba a bajar y hacerle la mamada de su vida, la puerta se abre de golpe, dejando ver al hijo de puta de su hermano. Agarré un cojín y me tapé el pecho rápidamente, bajando de las piernas de mi novio. Yeonjun exhaló con fuerza por la presencia del enfermito y lo miró con la peor cara. 

— ¡Aish, si no es Shin, eres tú! —rugió molesto. Éste nada más se quedó inmóvil en su lugar, no hacía ninguna expresión— ¿Qué tanto ves, rarito? —regañó y le dio una seña de que iba a golpearlo. Hoshi cruzó por el pasillo y desapareció entre las paredes, entrando a alguna habitación.

Recuperé el aire y busqué mi blusa como pude para taparme.

— ¿Qué harás en la noche? —preguntó mi novio con los brazos posados en el respaldar del sofá.

Entendí perfectamente su interrogante y le sonreí.

— Ver alguna película, sola.

— Jumm —se levantó y me agarró por mi espalda baja—, eso veremos. Quién sabe y te llegue un visitante nocturno.

— Oh... Me interesa eso. Tal vez dejé la puerta sin seguro para averiguar de quién se tratará ese visitante.

Me dio una nalgada.

— Cuida de ese culo porque no seré tu Yeonjunnie. 

𝕮𝖔𝖑𝖔𝖗𝖘 | Pjm '+18Where stories live. Discover now