𝕮𝖔𝖑𝖔𝖗𝖘 | Pjm '+18

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MIN T/N

Retiro lo dicho, esa mierda no era mi talla.

— ¿Todo bien con eso? —dijo a carcajadas mi amiga al ver que mis pechos estaban apretados y mi incomodidad tan notoria— ¿No puedes ponerte otro? ¿Tiene que ser ese específicamente? 

— Sí —arrastré la palabras sin ganas—. Carajo, la idea era verme sexy causar malos pensamientos, no ser un bollo mal amarrado —gruñí.

— Es obvio que tus tetas son demasiado para ese pedazo de látex.

— ¡Lo sé pero, Jisoo dijo que lo llevara al viaje!

— Pues que se pudra y coma una hectárea de porquerías marinas porque así, no te irás. Te harás daño y me niego a pensar que algo te pase —regañó.

— Bien, llevaré uno de los míos por si mi tierna suegra tiene piedad de mí al notar lo obvio.

— Por favor —exclamó y se tiró en mi cama nuevamente. 

Exactamente, era lunes. Lunes donde nos veríamos en el aeropuerto y subiríamos al avión privado del hombre que se roba mis suspiros en unos minutos.

Ryu se enteró justo hace una hora porque olvidé avisarles de mi futura ausencia hace unos días, vino a buscarme para ir a la universidad y me agarró con las manos en la masa, haciendo maletas. Por lo que tengo entendido no será mucho tiempo, solo tres noches y de retorno a casa. No me sentía tan animada con la idea de ir a Dubai y oír los comentarios fuera de lugar de mi novio; sin embargo, ver el abdomen de mi suegro me daría la felicidad que necesitaba.

— ¿Debería llevar mi cámara?

— No lo sé. ¿Es a prueba de agua?

— No, es antigua. Lo dudo mucho por más que me hayan dicho que sí —la metí a un cajón con llave—, moriría si deja de funcionar. 

— ¿Un regalo familiar?

— Algo así. 

Mi celular comenzó a sonar y a juzgar por la cara de Ryujin, era Yeonjun.

— ¡¿Qué quieres?! —puso el altavoz ya que ella fue la que contestó.

— ¡¿Qué haces con mi novia?!

— Primero fue el número uno antes que el nueve.

— Pregúntame si me importa. ¿Dónde está?, pásamela.

— Quisieras.

— Aquí estoy, Yeonjunnie —reí al oírlos—. Ya estoy lista, ¿Vendrás por mí o voy en taxi?

— Oh, bebé, por eso te llamaba. Hoshi cambió de opinión así que nos atrasaremos un poco, ve tomando un Uber, yo lo pago... ¿Qué?, sí, sí, ya estoy en eso. Te tengo que dejar, bonita. Cuando llegues ve guardándome un espacio.

— Ni en tu sueños, animal —gritó la labios gruesos. 

— ¡Aish, chao! 

Colgó y solté varias carcajadas 

— Bien, supongo que me voy a ir yendo de aquí porque nos abandonarás —cruzó sus brazos.

— No digas eso, tontita. ¿Acaso no te pone feliz saber que tu mejor amiga del alma podría tener contacto físico con el amor de su vida? —puse mi mano en el pecho para sonar más dramática.

— Sí, sí. Como sea, me voy.

— ¿Quieres ir conmigo hasta el aeropuerto?

— ¿Y que Yeonjun no pague porque sabe que subí?, estás demente. Traje mi auto, descuida.

— Okey dokey, ya te abro la puerta.

Al bajar y despedirme de mi mejor amiga, subí de regreso para pedir un auto y terminar de doblar mi ropa. A los minutos la camioneta llegó y me fui de allí. 

Tenía un buen presentimiento pero, al mismo tiempo, malo también.

Bajé y le dije al conductor el nombre de mi novio para que pagara en un rato. No era novedad, Yeonjun tiene buena fama en muchas cosas. ¡Hasta en un albergue de cachorritos al cual nunca va!, sin embargo da dinero y eso es más que suficiente para los dueños. 

— ¡Amor, hola! —salió corriendo a mí para besarme.

— Creí que tardarían.

— Nah, a los cinco segundos que me dejaste un mensaje de salida, Hoshi ya había terminado. No sé qué tantas cosas tiene en su fea maleta pero el punto es ya estamos todos y nos iremos de aquí en unos instantes —me abrazó con fuerza—, ¿Algo que quieras de aquí antes de partir? —nos movía de un lado al otro.

— Que me dejes respirar.

— Oh, sí, perdón —soltó una risita—. ¿Sabes?, tuve un sueño extraño en donde te ibas de mi lado. No lo sé pero, desde la mañana he estado ansioso por verte y asegurarme que estás frente a mí y no irás a ningún lado.

Mi estómago se sentía vacío por más cereal que haya desayunado, mi garganta dolía y mis ojos picaban.

Ahora mismo lloraba.

— ¿Q-Qué pasa, bonita? —tomó mi rostro con ambas manos y con sus pulgares limpiaba cada lágrima que salía.

No lo entendía yo tampoco. ¿Por qué me sentía miserable con lo que dijo?, dejé ese sentimiento de culpa desde hace mucho tiempo. ¿Por qué regresa ahora?

¿Por eso mi mal presentimiento?

— Estoy bien, estoy bien —sostuve sus muñecas y bajé sus brazos—. Subamos al avión, quisiera dormir un poco.

— ¿Te puedo abrazar mientras lo haces?

Joder.

— Por supuesto, Yeonjunnie —le sonreí como pude—. No tienes que pedirme permiso para darme tu cariño.

Dios, ¿Por qué me cuesta tanto respirar?

— Lo sé, solo que también quiero que quieras —besó mi frente, pescó mi equipaje y subimos al avión. 

No vi a los señores Park en ningún momento antes de quedarme dormida, supongo que habrán ido a la habitación de atrás a hacer cochinadas como los adultos que son. El viaje no duró y eso me extrañó ya que de Corea a Dubai es mucho tiempo; sin embargo ahora todo se sintió muy rápido.

Eran las 20:00, fueron 11 horas de vuelo.

— Vaya, ¿El combustible de los aviones ahora qué tie... ne? —dejé mi habla en el aire cuando me di cuenta que habíamos llegado a otro destino.

— ¡E komo mai! —pronunció en el idioma—, o "Bienvenida", como quieras. Solo necesitaba decirlo porque llevo un par de horas tratando de pronunciar varias cosas. 

— Y-Yeonjun...—no podía hablar.

No puede ser, nada ha cambiado. Todo sigue igual de perfecto y hermoso como la última vez que vine cuando era casi una adolescente.

— Hawaii, Hawaii —decía el señor Park, bajando del avión y admirando el paisaje igual que yo. Me miró con su linda sonrisa y revolvió mi cabello—. Jisoo nos contó lo que habló contigo, así que cambiamos de destino. Espero que disfrutes mucho y revivas esos buenos recuerdos con tu familia.

— ¡Por supuesto! —expresé contenta.

Este viaje será inolvidable.