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PARK JIMIN

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PARK JIMIN


— ¿Desde cuándo la cocina es una cocina? —pregunté ya que todo parecía un desastre.

— Intento hacer el mejor almuerzo de nuestras vidas, cariño —besó mi nariz—. La situación en la empresa ha ido de bien a mejor cada hora que pasa, así que quiero que este día sea perfecto. Hoy iremos a cenar en familia para celebrar —sacó del microondas sobras de ayer.

— Ehm... Claro, y las sobras de la cena que ninguno comió ayer es un almuerzo perfecto —crucé de largo hasta la nevera con lo mejores ánimos que no tenía y tomé un vaso con agua.

— Aish, deja lo malhumorado. Tienes semanas actuando grosero con todos, cambia de actitud que no te queda.

— ¿Qué no me queda? —bufé con una sonrisa sin gracia. Miré a Jisoo con repugnancia y dejé el vaso a un lado— Todos son los que andan con sus peores caras, no intentes culparme.

Caminé hasta la salida pero ella me lo impidió con sus uñas filosas en mi antebrazo.

— Jimin, dime la verdad. ¿Pasa algo en el trabajo? ¿Hay bajas acciones?

Carcajeé.

— ¿Es en serio? —la observé con decepción y me zafé—. Lo único que te importa es el dinero, ni siquiera que esté con otra mujer.

— ¡¿Estás con otra mujer?!

— No voy a comer aquí, nos vemos en el restaurante —agarré mi chaqueta y subí a mi auto después de huir de los reclamos de Jisoo.

Ya dejé sembrada la semilla de la duda, ella verá qué hace.

— Hola, Blue. ¿Ya comiste?, pensé que podíamos almorzar juntos en ese puesto de comida italiana en...—estaba hablando solo— ¿Qué mierda? No contesta —dejé tirado mi teléfono por ahí en el auto.

Nunca me había pasado esto. ¿Ella estaba bien? Debería confirmarlo yo mismo yendo a su casa pero, es sábado, lo más seguro es que esté con sus amigas por ahí.

— O con Yeonjun —rodé mis ojos y conduje a su casa para asegurarme de no verla con mi hijo. Aquel día sigue en mi puta cabeza y cada vez que me acuerdo lo único que quiero es castrar a ese malcriado, follarme a T/N en su cara como lo hizo conmigo y escupirle la cara.

Al estacionarme me bajé y toqué inmediatamente el timbre, para mi suerte ella sí estaba y me abrió la puerta.

— J-Jimin —jadeó sorprendida y se tapó la boca, miró hacia atrás y luego a mí— ¿Qué haces aquí?

Sonreí emocionado, hoy sí almorzaríamos juntos después de tiempo.

— Pues no contestabas y quise venir a ver que todo estuviera bien. ¿Quieres que comamos juntos?

— Ya comí.

— Oh, grandioso. ¿Quieres ir al parque? El día está lindo hoy.

— No puedo.

— ¿Por qué? Los exámenes pasaron.

— N-No es eso... Debes irte, por favor.

La sonrisa de marica se me esfumó.

— ¿Con quién estás?

— Con n-nadie.

— ¿Con nadie? —me enserié— Habla, no eres buena en mentirme.

— Y-Yo estoy sola en casa, solo quiero que te vayas.

— ¿Quieres que me vaya? —embocé una sonrisa irónica y crucé mis brazos, inclinando levemente mi cuerpo hacia atrás— T/N, dime la verdad. ¿Estás con Yeonjun? No le veo nada malo a que esté aquí, soy su padre, tu suegro.

— N-No es eso... Es que...

Y una sombra se asomó de espaldas en las escaleras, yendo directo a la cocina. Era una espalda algo pequeña pero ancha a comparación que a la de Yeonjun, cabello cobrizo y piel pálida.

— Ése no es Yeon —musité y la alerté.

— Es mi padre. Nos vemos en la noche, no está bien que estés aquí, adiós.

Cuando iba a tener las bolas de entrar sin importarme un carajo qué le pasara a la puerta de madera color blanco que yo mismo pinté, T/N me cerró la puerta en la cara.

— ¿Qué mierda? —gruñí y me di la vuelta para irme a otra parte.

¿Quién era ese tipo?

¿Su padre? Sí, claro, ya me lo voy a creer. 

— ¡¡¡MIERDA!!! —golpeé el volante.

Estaba frustrado, con hambre y creo que no lograba nada en gastar el combustible manejando por toda la ciudad desde hace cuatro horas. Ya iba siendo hora de prepararme para la estúpida cena de la estúpida de mi esposa, dijo que invitaría a otras personas, avergonzarla no está en mis planes.

Aunque lo más seguro es que ella misma lo haga.

Regresé a mi casa y para mi sorpresa todos se encontraban en la sala terminándose de alistar.

— Papá, llegaste. ¿Dónde estuviste toda la tarde? La cena es en una hora, te ves del asco —hizo una mueca Yeon.

— ¿Y tú? ¿Dónde estuviste toda la tarde? —cuestioné.

— Por ahí.

— Hueles mal a pesar de haberte bañado en perfume. ¿Todo bien?

— ¡Basta de tonterías! —interrumpió Jisoo— Jimin, ve a cambiarte.

— Como sea —dije y subí a la habitación.

El tiempo pasó rápido y de la nada nuestro chófer estaba conduciendo camino al restaurante que Jisoo reservó para todos. La camioneta se sentía extraña, como si las vibras que antes teníamos se esfumaran.

Jisoo con una actitud más irritante.

Yeonjun sospechoso.

Hoshi sabiendo de más.

Y yo... Un poco de los tres.


La familia perfecta era solo una máscara de lo que no somos realmente...


— ¡T/N! —chilló de alegría mi esposa.

— Buenas noches, linda —besó la mano de su novia, mi hijo.

— Hola, amor. Hola, señor Park, hola Hoshi.

Le sonreí sin ganas y todos nos sentamos al terminar de saludarnos.

— Oh, no, amor. Ese está ocupado —detuvo T/N la acción de Yeon al sentarse a su lado.

— ¿Ocupado? ¿Por quién? —preguntó intrigado.

— Por mí —respondió una voz grave a nuestras espaldas. Al girarme, no lo podía creer.

— Yoongi —balbuceé de la impresión.

Estaba en shock.

— ¿Jimin? 


...Y lo confirmé con su simple presencia luego de 30 años.



𝕮𝖔𝖑𝖔𝖗𝖘 | Pjm '+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora