Las sombras en Hogwarts

El invitado especial.

Arregle las cosas al siguiente día con Harry, al parecer Blaise habló con él antes de qje yo lo viera y le explicó todo lo que había pasado con el disfraz de Draco, Yejun se había peleado a palabras con Blaise por lo que me había hecho, él más que nadie odiaba que me dijera algo sobre Draco después de enterarse que la chica que le gustaba a Malfoy soy yo.

— ¿Estás bien?

— Sí es sólo que agh, sabes de Alec y lo que pasó con mi padre, todos sabían que hizo de todo por separarme de él y odio que Blaise este haciendo lo mismo con Harry...

— ¿Aún extrañas a Lightwood?

— No...

El chico me vió con los ojos entrecerrados y empezó a analizar mis expresiones hasta que vio el anillo.

— ¿segura?

— Vale, sí que lo extraño pero hace un montón no se de él, probablemente es feliz con su estúpida novia perfecta.

— ¿y aún lo amas?

— Yejun...

— Dime.

— Ash, sabes que voy a terminar unas cosas, nos vemos después.

Me levanté enojada ignorando a los demás, ellos se quedaron en el gran comedor y yo me fui sola a la biblioteca a terminar unas tareas que había dejado pendientes por organizar la fiesta de Slytherin, quería acabar antes de la siguiente fiesta de Halloween la cual es dentro de una semana, la fiesta oficial de Hogwarts.

*Llamada entrante: Clary Fray*

Maldición lo que me faltaba

Colgué la llamada sin dudarlo, me había costado alejarme de esa vida, de todos ellos, de seguir adelante, no dejaré que lo arruinen de nuevo, continúe con mi tarea de la clase Historia de la magia , cuando mi teléfono volvió vibrar.

*Llamada entrante: Padre*

Salí de la biblioteca para responder, se me hacía muy extraño recibir una llamada antes de la pelirroja y luego de mi padre, seguro que algo andaba mal.

— ¿padre? ¿Está todo bien?

— Sí ¿Por qué?

— Mmmh, no lo sé, hace 1 minuto me llamo alguien del instituto y luego tú, supuse había pasado algo.

Mi padre se quedó callado, sabía que algo pasaba, lo conocía y ese silencio no era bueno pero aunque intentará no iba a decirme ni una sola palabra.

— ¿Hola? ¿Sigues ahí?

— Sí hija, todo está bien, no sé porque te están llamando esos nefilim, debe ser para arruinar tu existencia pero no les respondas ¿Qué tal la fiesta?

— Bien padre, gracias por los bocadillos, a todos les encantaron y ganamos la calabaza de oro, fue todo una locura, incluso yo gané ¿puedes creerlo?, Magnus me ayudó con los disfraces.

— ¿ganaste el concurso de disfraces? — preguntó sorprendido — Obvio, mi hija es la mejor, cuando quieras que te ayude en otra cosa, sólo pídelo, sabía que iban a ganar, bueno sólo marcaba para saber cómo estabas, en estos días voy a visitarte, te amo hija, cuídate.