Las sombras en Hogwarts

Una noticia inesperada.

Llevaba 2 semanas y media sin saber de mis shadowhunters, le había enviado una carta a través de mi lechuza a Jace y a Izzy incluso aun sabiendo que no debía buscarlos pero no obtuve respuesta, me resigne a qué no volvería a saber de ellos, hasta que recibí esa noticia que me destrozó el corazón...

Las clases me han gustado, se me han complicado unas más que otras pero mis amigos me han ayudado y Hermione más, se volvió mi mejor amiga y bueno afortunadamente Dumbledore me dió permiso de tener un tutor para la clase de encantamientos y tenerla a ella como tutora fue de gran ayuda, aunque mi tutor de pociones fue todo lo contrario, Draco me ayudaba con esa materia y digamos que no me tenía mucha paciencia.

— Ya te dije que anotes todo lo que te voy diciendo, por eso luego no te salen las pociones.

— Oye, sólo me ha fallado una vez desde que me empezaste a dar tutoría y en mi defensa fue culpa de Blaise y tuya.

— Yo no hice nada, bueno tal vez por accidente agregué algo que no debía a la tuya pero porque creí que era la de Goyle — dijo Blaise.

— ¿por qué querías arruinar mi poción?

-— Porque últimamente te salen bien y Snape empieza a amarte y a Draco no le conviene.

— Gracias Blaise, ya mejor dile a Sol que yo le escondí sus libros.

— ¡qué tú qué!, eres un idiota Malfoy, sabías que los necesitaba para las tareas, no te soporto.

Todos voltearon a vernos, no fue mi intención llamar la atención pero en verdad Malfoy no tenía el derecho de hacer eso, ya se que no me soporta pero eso es muy infantil de su parte, casi no entrego la tarea de McGonagall por el estúpido libro, pero Hermione me prestó el suyo y pude hacerla a tiempo

pudiste usar magia para hacerla y salvarte antes.

Sí conciencia pero lo tenemos prohibido lo recuerdas.

— Me parece que llamar la atención es su especialidad señorita Emrys, igual que su padre, ambos son arrogantes y se creen intocables.

— Mi padre no es arrogante y no me creo, lo soy.

— Cinco puntos menos para Slytherin, bueno jóvenes la clase ha terminado, ahora váyanse o les dejaré un ensañó que no podrán dormir en una semana.

Afortunadamente es viernes y es la última clase que tenemos así que me fui con los chicos al gran comedor y con los chicos me refiero a Blaise, Theo y una chica llamada Samara, empezaron a servirse un poco de todo y de pronto ví a mi lechuza llegar.

— No sabía que se podía entregar a estas horas, normalmente es en la mañana — dijo Blaise.

— Si tu no sabes, yo menos.

— ¿Porqué Snape conoce a tu padre?

— Blaise ¿no tienes hambre? — pregunté para que se callará.

El chico se puso a comer y yo me puse a pensar de quién podría ser porque mi padre no es de escribir ni para saludar, dice que es una perdida de tiempo y no tenía ya a nadie afuera que me esperará, Enzo dejo caer una carta, Blaise curioso se acercó para ver de quién era pero lo empuje.

— ¿Te importa? — pregunté

— Adelante, sí puedes leerla en voz alta mejor.

— Hahahahahaha eres un idiota Blaise.

Blaise se alejo un poco dándome espacio de abrir la carta, es de Izzy.

¿Cómo le habrá hecho para enviar una carta y en lechuza, qué pasó con los mensajes de fuego?