39. Estúpida

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C A P I T U L O 3 9

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C A P I T U L O 3 9

Después de la lluvia sale el arcoiris, decían. Pero en mi vida solo llega más lluvia con relámpagos.

Golpeé mi escritorio del auditorio universitario con el plumón, esperando a que el maestro termine de dar su clase, he hecho todo lo posible para prestar atención en aquella materia, pero soy sincera. Es imposible, lo extraño es que al parecer, el señor Franklin no explica bien su clase de finanzas.

Suspiro, para mirar su coexistencia mientras él enseña la pantalla con un lápiz digital su presentación de PowerPoint, no dudo en que su personalidad de cansancio sólo aburre más el tema.

- ¿La princesa esta aburrida? -habla Annie, quién literalmente está a mi lado, no entiendo que bicho le picó hoy. Su extravagante aroma no ha dejado de querer que mi cuerpo reaccione para vomitar, ella acostumbra a mezclar perfume de hombre en sus sudaderas y junto a su aroma femenino conduce un olor tan fuerte que causa nauseas.

- Si. ¿Quieres hacerme alguna distracción para sacarme este aburrimiento? -le dije con sarcasmo.

Ella hizo una mueca bucal y giró los ojos. -Prácticamente lo estúpida siempre te acompaña. -dijo al final.

- ¿Y a ti?, no creo que sea de inteligentes preguntar lo obvio.-le respondí.

Ella gruñó - No entiendo que haces a mi lado, solo me provocas pelear contigo.-comentó frustrada.

Giré los ojos. -Llegué antes que tú, que hayas sido tan tonta que no te diste cuenta que estaba aquí, te aseguro que no es mi problema. -contesté y le di una sonrisa, soplando mis uñas.

- Enana.-me insultó.

-Ciega.-le expuse.

Yo también lo soy.

- Estúpida. -añadió.

-Recuerda -la miré de cerca. -No más, que tú.-pinté y mordí mi labio inferior en burla.

Ver cómo no sabía que responder fue divertido hasta que noté la silueta del señor Franklin frente a nuestras coexistencias.

Fingí darle un sonrisa que al parecer no funcionó, porque su anciano rostro estaba aún más molesto de lo habitual.

- ¿Risas? -Preguntó mirando mi completa imagen y luego se dirigió a la coexistencia de Annie.

- ¿Tiene algún problema? -se atrevió a decirle Annie.

- ¡¿Cree que no?! -vociferó el hombre.

- Qué usted sea amargado, no nos quita el derecho a reír. -dije en mi opinión.

La vista del señor Franklin se volvió a la mía. -¡¿Qué acabó de decir?! -comentó él. -habló que incluso la saliva de su habla cayó en todas partes.

UN POSIBLE AMOR © [EN PROCESO] (libro 1 Fisk) Where stories live. Discover now