UN POSIBLE AMOR © [EN PROCESO] (libro 1 Fisk)

47.¿Y si me rechaza?

           
                     C A P I T U L O   4 7

No fue una buena idea, no parecía serlo.

Al parecer Tatiana sólo había pasado de recuperada a nuevamente un paciente en espera. Ver la pura imagen de parejas frente a ella prácticamente solo hacían que ella se sintiera excluida de todo. Risher era quien más mostraba afecto a Patty, su comportamiento de niño enamorado era lindo, sin embargo no para quien no tenía una compañía, la entiendo bastante bien, en la preparatoria solían haber festivales de parejas y dinámicas, y como siempre  quedaba excluida de entre ellos, aunque en ese entonces no quería una pareja porque sabía que de amor no se vive.

Existen ocasiones en que la ideas ganan en una batalla mental, entre necesitar alguien que te quiera tan bonito como en las películas o en libros, cómics e historietas.

Aunque ella fingía estar bien, sabía que no lo estaba, por eso éramos hermanas, nos conocíamos muy bien, el reloj marcaba diez cuarenta de la mañana y apenas había escuchado un sonido en la cocina que de seguro era Valery recién levantada, buscando su desayuno.

—Buenos días. —habló Valery con un pan en sus manos. Tenía un conjunto jeans de jumper y una chaqueta jeans, tenis color blanco, y unas gafas encima de su cabeza. ¿A dónde iba esta? La vista de todos estaba en ella.

Valery pasó a darles un beso en la mejilla a Patty, Mark y Risher y a nosotros solo nos sonrió.

— ¿Y tú? ¿A dónde? —le pregunté.

— Voy hacer tareas a casa de Scarleth —dijo ella cogiendo un par de libros de la repisa.

— ¿Y con permiso de quién? —volví a preguntar.

— Tú no vas a ir sola.—le mencionó Tatiana.

— Le he pedido permiso a mamá. —contestó ella sacándose los lentes de la cabeza.

— ¿Cuándo? ¿papá lo sabe? —cuestioné.

— ¿Vas a ir sola? —le oí decir a Mark.

— Se lo he dicho a papá, él dijo que no pero mamá dijo que sí, además mamá dijo que lo convencerá.—contestó ella firme —y si, iré sola.

Tatiana se rió —Tú no vas a ir sola.

— Es cierto, tienes casi dieciséis años —le dije.

— Voy hacer tareas, no a ir de fiestas —afirmó molesta. —Además es mi mejor amiga del cole. En cinco minutos vienen por mí. —aclaró.

— ¿Te vienen a recoger y te traen de vuelta? —indagué.

— Obvio, de otra manera no iría.—compuso.

— Bueno si la mamá de Scarleth las estará vigilando, entonces puedes ir. —afirmé.

— Mamá ya me había dado permiso. —ella giró los ojos y miró a Tatiana —¿Qué? —habló mirando a Tatiana.