UN POSIBLE AMOR © [EN PROCESO] (libro 1 Fisk)

43. Sólo será una foto

       

      
                      C A P Í T U L O   4 3

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                      MARK WILLIAMS

Jodido día.

— ¿Cómo está ella? —me habló Tatiana.

— Estará bien —fue lo uníco que quise hablar.

—¿Pero como esta ella? —me exigió una respuesta.

— No me han dado noticias.—mascullé en frustración. Tatiana no entendía que al igual que ella, también estaba atemorizado de que esto fuese algo peor.

— Mamá está llamando a cada segundo, debo darle noticias o ella tomará un vuelo y vendrá. —aludió la chica con una expresión preocupada. Se rascó frustrada la parte delantera de su cabeza y clavó su rostro en sus manos.

¡Qué carajos!, me pasé una de mis manos por el rostro inhale entre cerrando la vista y miré mi reloj, había pasado media hora desde que ella fue internada en la clínica.

— Familiar del paciente Andreina Fisk. —comentó una voz en tono alto y levanté la mirada de inmediato. Me puse de pie y Tatiana también lo hizo.

—Soy su hermana y él es su pareja.—respondió de lo más rápido si dejar que yo hablase.

—¿Ella está bien? —le pregunté tragando grueso.

— Si, lo está, las causas de su desmayo no fueron graves por esta vez, agotamiento y estrés fueron los responsables de su desmayo, la falta de aire y sangrado nasal todos estos causados por cansancio físico.—Nos explicó el hombre de manta blanca y yo solo quería que me dijese si podía ir a verla.

— ¿Ya despertó? ¿puedo ir a verla? —cuestioné, que Tatiana tuvo que agarrar mi hombro para dejar que el médico hablase.

— Claro, pueden llevarla a casa, sin embargo debe guardar reposo, me refiero a que sé que es cantante y deberá disminuir salidas que le causen estrés hasta que esté recuperada y luego de su recuperación que sea con moderación lo que haga, además como no fue grave esta de alta desde hoy mismo. —propuso el médico.

— Muchas gracias. —le agradecí.

—Mark ve a la habitación de Andreina, llamaré a mamá para que no siga preocupada ¿si? —me ordenó Tatiana y asentí.

Me despedí del médico y busqué la habitación de hospital de Andreina, abrí la puerta de la misma, para encontrar a la chica, probando de una ensalada que parecía no agradarle nada.

— Mark, llévate esto, no sabe nada bien.—dejó el plato sobre la mesa y se cruzó de brazos, quejándose en lo bajo.

— Tranquila chica oreo, nos iremos a casa cuando quieras y podrás comer lo que gustes.—le propuse sentándome en la orilla de la camilla de hospital.